Unos 2,8 millones de ciudadanos habilitados elegirán este domingo un nuevo consejo legislativo en los primeros comicios directos desde que las autoridades británicas devolvieran la soberanía a China de lo que ahora es la Región Administrativa Especial de Hong Kong.
La elección es considerada una prueba de la autonomía de Hong Kong bajo el gobierno chino, pero la votación de este domingo no genera entusiasmo en la población.
Los nuevos legisladores tomarán el lugar de un organismo designado por Beijing en julio, poco después de la devolución, y cuyas funciones concluyeron en abril. A su vez, ese órgano había sustituido a los consejales electos en 1995, bajo el régimen británico.
Las autoridades presentaron la elección del domingo, anunciada poco después de la devolución, como una prueba de la sinceridad de China para sostener la fórmula "un país, dos sistemas" en Hong Kong.
Pero casi un año después del cambio de soberanía, sondeos de opinión y previsiones de analistas independientes señalan que la participación de los electores no será entusiasta. Algunos afirman que la misma no alcanzará al 35,8 por ciento de los ciudadanos, menos aún que en los comicios de 1995.
Sólo 23 por ciento de los electores participaron en una votación el 2 de abril para elegir un colegio electoral de 800 miembros que designará a parte del nuevo consejo.
Los factores que anuncian una baja participación del electorado el domingo son el complicado sistema electoral, la percepción de que la oposición tendrá poco peso en el órgano legislativo y los problemas económicos.
Muchos ciudadanos no están conformes con el sistema electoral en que la cantidad de votos recibidos por un partido quizá no se corresponda con el número de bancas que ocupará en el consejo.
Incluso si los candidatos por la democracia ganan la mayor parte de las 20 bancas en juego en los comicios directos, de todas formas serían una minoría en el cuerpo de 60 integrantes.
La razón es que las otras 40 bancas no será elegidas por el electorado. Grupos profesionales seleccionarán a 30 y el colegio electoral de 800 integrantes, dirigido por asociaciones comerciales, elegirá a las 10 restantes. Se estima que estos 40 consejales serán candidatos partidarios de Beijing.
Incluso funcionarios a favor de Beijing no niegan que el sistema actual podría minimizar la presencia en el nuevo consejo de los grupos demócratas, sobre todo del Partido Democrático, cuyo presidente, Martin Lee Chu-ming, asegura que obtendrá 10 bancas del total de los 20 puestos electos en forma directa.
Junto con los demás partidos democráticos, el bloque de esa tendencia podría obtener 14 consejales esta vez, frente a los 17 alcanzados en los comicios de 1995.
"¿Podemos afirmar que el nuevo consejo legislativo será creíble y representativo del pueblo?", se preguntó Joe Chan, administrador de una organización pública.
La ciudadana Leung Kuen señaló que el nuevo sistema de representación proporcional le resulta de muy difícil comprensión. "No voy a participar en los comicios porque el sistema es muy confuso", explicó.
Leung no es un caso aislado. Los últimos sondeos de opinión revelaron que casi 80 por ciento de los electores no comprenden el sistema electoral.
Michael DeGolyer, director de la organización Proyecto de Transición de Hong Kong, dijo que el nuevo sistema es "exclusivista" y diseñado para formar un órgano legislativo en poder de unos pocos elegidos.
Pero incluso este sistema podría no impedir el retorno de figuras demócratas, cuyo esperado dominio de los escaños elegidos directamente enviaría un mensaje político.
Encuestas previas revelan que muchos en Hong Kong asocian al Partido Democrático en particular como el grupo que defiende los derechos humanos.
Cuando el consejo legislativo comience a funcionar, "ya no será la criatura diluida que el gobierno de Hong Kong se propuso crear", escribió DeGolyer.
Los analistas esperan ver cómo muchos habilitados para votar se mantienen alejados de los centros de votación o emiten un voto en blanco, en protesta contra el sistema electoral.
Una baja participación electoral o una alta proporción de votos de protesta en blanco será una vergüenza para el gobierno de Hong Kong, e impulsará argumentos para que el gobierno cambie el sistema en la próxima elección directa en el 2000.
El gobierno de China ha dicho que no enviará funcionarios para supervisar la elección, para honrar el espíritu de "un país, dos sistemas".
Pero para el gobierno de Hong Kong esta es una de las últimas preocupaciones, mientras la cuestión clave es qué puede hacer para mejorar el sentimiento de particpación de los residentes locales bajo la consigna "la gente de Hong Kong gobernando Hong Kong".
Otro factor en la esperada baja participación electoral es que los votantes creen que la nueva legislatura no podrá encontrar respuestas para los problemas económicos de Hong Kong. Los votantes están preocupados por la economía, los precios de las propiedades, el mercado de valores y el creciente desempleo.
Cifras presentadas la semana pasada revelan que el desempleo alcanzó en Hong Kong un pico de 3,9 por ciento, el más alto en más de una década.
La desocupación creció a 3,9 por ciento en un período de tres meses que finalizó en abril, a partir de 3,5 por ciento en el período previo, debido a los efectos de la actual crisis financiera en el sudeste asiático.
A fin de año, podría alcanzar 4,3 por ciento, según proyecciones del Banco Asiático de Desarrollo.
Sectores como la construcción, el turismo y empresas orientadas al consumo y los servicios fueron duramente golpeados por la crisis asiática. Los servicios representan alrededor de 85 por ciento del producto interno bruto (PIB) del territorio.
La economía de Hong Kong se enlentece, con un crecimiento proyectado del PIB de tres por ciento en 1998, según analistas independientes. Sin embargo, el gobierno aún espera una cifra de 3,5 por ciento. (FIN/IPS/tra-en/ccy/js/aq-lp/ip/98