El presidente de Honduras, Carlos Flores, cumple hoy sus primeros 100 días de gobierno, caracterizados por un férreo control sobre la oposición y la mayoría de la prensa y un severo ajuste económico.
Flores tenía, según las encuestas, una popularidad del 75 por ciento antes del anuncio de las medidas económicas orientadas a sanear el déficit fiscal de 156 millones de dólares con el fin de lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El último ajuste, el tercero desde 1990, elevó de siete a 12 por ciento el impuesto sobre las ventas, al tiempo que creó nuevos tributos en materia de peaje, turismo y liberalización de precios, entre otros.
El mandatario pidió a los periodistas que dejen de denominar "paquetazo" al "plan de estímulo a la competitividad, la producción y el apoyo al desarrollo humano".
Flores considera que sus acciones son "visionarias" y llevarán al país por el sendero sostenido del progreso y el bienestar.
En una reunión con representantes de medios de comunicación afines a su política y con un grupo de periodistas "asesores", el presidente admitió que las medidas son "dolorosas" pero que no tenía otro camino.
El gobierno se sacrificará con 56 millones de dólares que dejará de percibir por las rebajas hechas al impuesto sobre la renta y el activo neto, agregó.
Las medidas de ajuste estructural favorecen a las empresas al concederles amplias prebendas para invertir y desarrollar las maquila y el ensamblaje en todo el país.
Antonio Tavel, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa, dijo que el plan de Flores "calza" con los objetivos empresariales en "empujar el país hacia adelante".
"Somos conscientes que el impuesto sobre ventas golpeará fuertemente a la clase media y pobre del país. Pero tenemos que ser positivos y apoyar las decisiones que propone el gobierno para atraer la inversión, porque solo así generaremos empleo y combatiremos la pobreza", expresó.
A su vez, el ministro de Gobernación y Justicia (Interior), Delmer Urbizo, afirmó este miércoles que los primeros 100 días del gobierno se caracterizan por un "estilo diferente de mandar, donde se percibe orden en la casa".
"Por primera vez un gobierno propone el desarrollo humano como un factor en su política de Estado, y está dispuesto a dar computadoras a las escuelas, recintos deportivos, bolsones escolares y bonos nutricionales", argumentó.
Urbizo exhortó a ser positivos en el balance del gobierno, al tiempo que "exhortó" a la prensa a "enviar buenos mensajes y no cargas de negatividad como muchas veces caracterizan a los despachos internacionales".
La analista política Julieta Castellanos consideró que los primeros tres meses de Flores al frente del gobierno solo reflejan el "autoritarismo y control" hacia donde marcha el país, mientras se percibe que la oposición "se nulifica y la crítica parece inexistente".
A ello, se suma "la buena prensa" que "alaba todo lo que dice el mandatario, se conmueve de su último malestar estomacal y aplaude los paquetazos económicos como una 'bendición', porque así se fomenta el desarrollo humano", ironizó Castellanos.
"Es interesante ese control de la 'buena prensa' que tiene el mandatario, un hombre a quien no le gusta la crítica y que destituyó a un viceministro solo por anunciar sin su autorización el aumento al impuesto sobre la venta", dijo la analista a IPS.
Uno de los pocos puntos a favor que conceden los analistas independientes a Flores se refiere a su decisión de cesar a dos altos jefes de la policía militarizada implicados en actos de corrupción y atentados.
Pero se percibe en materia de desmilitarización un retroceso, evidente en la imposición desde el gobierno de la unificación de las policías preventivas y de investigación bajo un ministro de Seguridad, al parecer militar, al mando directo del Presidente de la República.
Los grupos de derechos humanos ven en esta tendencia una acción "nefasta" y de "retroceso" para la democracia, al concentrarse poder en una sola persona.
Este criterio fue compartido por los obispos del país, que en un comunicado pidieron evitar la "politización" y la impunidad en la policía civil que se creará este mes.
Sin embargo, Flores niega que su gobierno sea autoritario, asegura que existe una "voz de mando" y vaticina que la anarquía "no será la característica" de su administración. (FIN/IPS/tm/mj/hd ip/98