Los jefes de gobierno del Grupo de los Ocho (G-8) reunidos en esta ciudad se limitaron hoy a amonestar a India por sus pruebas nucleares y a Indonesia por el manejo de su crisis política y económica.
El G-8, integrado por los siete países más industrializados del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) y Rusia, condenó las cinco pruebas nucleares realizadas por India el lunes 11 y el miércoles 13.
Los jefes de gobierno apelaron a India y su enemigo Pakistán para que se adhieran a las normas internacionales de no proliferación nuclear.
Los líderes señalaron que India debe firmar el Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (TPTPN), el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y el Tratado de Control de Materiales Fisibles, considerados discriminatorios por Nueva Delhi.
Pero el G-8 dejó abierta una ventana al gobierno indio.
"Exhortamos a India que se reincorpore a la gran corriente de la opinión internacional, que se adhiera incondicionalmente al TNP y al TPTPN, y que participe de negociaciones para acordar un tratado mundial contra la producción de materiales fisibles para armas nucleares", continuó la declaración.
Luego de llevar a cabo las pruebas nucleares, Nueva Delhi ofreció firmar el TPTPN con algunas condiciones.
"Estos acontecimientos afectaron la relación de India con cada uno de nosotros", dice la declaración política del G-8. "Esto lo dejamos en claro en nuestros intercambios y relaciones directas con el gobierno indio y pedimos a otros estados que comuniquen inquietudes similares a India".
"Pedimos y alentamos a Pakistán para que ejerza la mayor moderación frente a estas pruebas y se adhiera a las normas internacionales de no proliferación nuclear", añade.
La declaración refleja evidentes diferencias en el G-8 sobre la manera de responder a las pruebas de India. Mientras Estados Unidos y Japón impusieron a Nueva Delhi un paquete de sanciones económicas, sus aliados europeos se niegan a adoptar medidas similares.
Mientras, los integrantes de la Unión Europea (UE) en el G-8 decidieron delegar la cuestión de las sanciones a la Comisión Europea que sesionará el miércoles 19. Pero una decisión al respecto debe contar con la aprobación del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la UE.
Sin embargo, la portavoz del presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, sugirió que entre las opciones no se encuentran las sanciones severas y añadió que tanto Francia como Gran Bretaña se oponen a ellas.
Los países de la UE pretenden que India y Pakistán comiencen negociaciones para firmar el TNP y el Tratado de Control de Materiales Fisibles, declaró la portavoz.
"Las relaciones entre India y la UE no serán iguales" tras las pruebas nucleares, pero aseguró que "gran parte de la ayuda que la UE brinda a India es ayuda que (ese país) necesita mucho".
La UE cooperará con India, Pakistán y China para impedir que la situación se agrave.
El G-8 también expresó su profunda preocupación por la situación en Indonesia y pidió que Yakarta adopte reformas políticas y económicas, pero confirmó su esperanza en la función de instituciones multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Alentamos a las autoridades (de Indonesia) a responder con celeridad, al entablar un diálogo que cubra las aspiraciones del pueblo indonesio e incorpore las reformas necesarias".
El G-8 "reconoce el sufrimiento" causado por la crisis económica que golpea a Indonesia. Pero el programa de reformas económicas acordado con el FMI "es la única forma de restaurar la confianza y el crecimiento", por lo que respalda "plenamente su implementación por el gobierno" de Alí Suharto.
"Pero el éxito de la reforma económica y el respaldo internacional a la misma requiere de la estabilidad política y social. Seguiremos trabajando, junto con las instituciones financieras internacionales, para apoyar a la reforma y aliviar el sufrimiento", declararon los ocho jefes de gobierno.
El respaldo del G-8 al papel del FMI en el sudeste asiático recibió las críticas de activistas reunidos en Birmingham para una Cumbre del Pueblo paralela que pretende llamar la atención mundial sobre cuestiones como la deuda externa y el "aporte" del organismo multilateral a la crisis económica asiática.
"Indonesia le debe a Gran Bretaña 3.200 millones de dólares, dinero prestado al presidente Suharto para persuadirlo de comprar tanques británicos", sostuvo Ann Pettifor, de Jubileo 2000, una coalición de 70 organizaciones no gubernamentales que propone la cancelación de la deuda externa de los países pobres.
El FMI debe cargar con gran parte de la responsabilidad por la crisis del sudeste asiático, porque recomendó la rápida liberalización de los mercados de capital de esos países, exponiéndolos a la volatilidad monetaria, aseguró Martin Khor, director de la Red del Tercer Mundo.
"La crisis del sudeste asiático demuestra que habrá nuevas crisis en el futuro debidas a la deuda externa", dijo Khor este sábado. "Veremos más Indonesias en el futuro". (FIN/IPS/tra- en/dds/aq-ag/ip/98