Desde todos los puntos de España comenzó hoy una masiva movilización contra la violencia, minutos después de que la organización separatista vasca ETA matara a un concejal del municipio de Pamplona, 400 kilómetros al norte de esta capital.
Tomás Caballero, 63 años, concejal por la Unión del Pueblo Navarro (UPN), un partido de centroderecha que gobierna en la comunidad autónoma de Navarra, recibió dos balazos en la cabeza cuando salía de su domicilio, en Pamplona, conduciendo su automóvil, sin escolta y desarmado.
Los nacionalistas vascos de todas las tendencias reivindican a Navarra como parte integrante del País Vasco, pero los ciudadanos navarros resolvieron en referendum lo contrario, a fines de los años 70, organizándose como una comunidad autónoma con su propio gobierno y parlamento regional.
La UPN administra Navarra en coalición con el también centroderechista Partido Popular (PP), que, a su vez, controla el gobierno central de España con el apoyo de los nacionalistas moderados del País Vasco y Cataluña.
En los dos años de gobierno del PP, ETA mató a cuatro concejales de ese partido en municipios del País Vasco, y en la ciudad andaluza de Sevilla asesinó al concejal Alberto Jiménez- Becerril y su esposa, Ascensión Ortiz.
Asimismo, la organización ilegal amenazó con matar a otras personas que ejercen cargos de representación ciudadana. Al producirse una de esas amenazas, Tomás Caballero declaró que "esos asesinos saben que no pueden ganar con métodos democráticos y por eso proceden asesinando como en las peores dictaduras".
Apenas conocida la muerte de Caballero, la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CC.OO., pro comunista) reclamó "una base sólida de unidad de las fuerzas democráticas frente al terrorismo".
Para CC.OO., como para todas las demás organizaciones sindicales y partidos políticos (excepto los próximos a ETA), "el discurso político de ETA sigue siendo el crimen".
Miguel Sanz, presidente de UPN y del gobierno autónomo de Navarra, también solicitó "la unidad de todos los demócratas y el rechazo a cualquier diálogo con los criminales".
"ETA carece de voluntad de paz", afirmó el socialista Ramón Jáuregui, vicepresidente del gobierno autónomo vasco.
Mientras los ciudadanos se reunían frente a los ayuntamientos para rendir homenaje a Caballero y reclamar el fin de la violencia, se vuelve a discutir el sentido de un eventual diálogo con ETA y con la coalición Herri Batasuna (HB), próxima a aquella y que en las últimas elecciones obtuvo 11 por ciento de los votos en el País Vasco.
"Aquellos que se jactan de hablar con HB deben dejar el cinismo y unirse a los demás demócratas para expresar todo el desprecio a HB y ETA", dijo este miércoles Carlos Iturgaitz, presidente del PP en el País Vasco.
Iturgaitz se refirió así a la actitud del moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV), que gobierna el País Vasco en coalición con los socialistas y con Eusko Alkartasuna, formación nacionalista desprendida del primero.
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, declaró el lunes que su partido tiene intención de "seguir hablando" con HB y que si no lo hace con ETA "es porque no podemos".
"Vamos a contactar, a sondear lo que pasa en ese mundo (ETA), que es más heterogéneo de lo que parece", insistió Arzalluz.
En un comunicado emitido el 30 de abril, ETA se pronunció por una solución dialogada y negociada del conflicto vasco y reclamó al PNV que se sume "a las fuerzas que luchan por la construcción nacional"(vasca).
En momentos en que se produjo el ataque contra Caballero, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, era entrevistado en directo por Televisión Española (TVE) y Radio Nacional de España (RNE), ambas de propiedad pública.
ETA pretende "seguir haciendo daño y continuar su escalada de violencia", pero los integrantes del gobierno "somos capaces de soportar situaciones fáciles y difíciles, y somos perseverantes", dijo Mayor Oreja
Para el ministro, los contactos del PNV con HB son "una irresponsabilidad y un disparate".
"No sabemos -añadió- qué sentido tienen esas conversaciones, cuando vemos que todo el equipo de Interior del gobierno vasco continúa siendo objetivo de ETA. Eso no es un talante de diálogo".
La posición del gobierno nacional, respaldada por todos los partidos, excepto HB, es que para dialogar, ETA debe renunciar a todo atentado. Para esas fuerzas políticas, el silencio de las armas debe preceder las conversaciones. (FIN/IPS/td/ff/ip/98