Los fuegos electorales se encendieron ya en El Salvador, 10 meses antes de los comicios presidenciales, al comenzar la campaña política del partido en el poder y las típicas guerras de encuestas.
La gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena) comenzó la campaña política hace dos meses, cuando su candidato, Francisco Flores, empezó el recorrido por todas las comunidades del pais.
En tanto, las encuestas realizadas hasta ahora y divulgadas por diarios locales aseguran que la contienda electoral mostrará una cerrada lucha entre Arena y el opositor y ex guerrillero Frente Farabundo Martí (FMLN), que hace imposible por ahora predecir cual de los dos conseguirá el triunfo.
La primera encuesta, de la compañía Cid-Gallup, asegura que ARENA cuenta con 23 por ciento de las intenciones de voto, seguido por el FMLN con 19 por ciento.
El Centro de Investigaciones de la Universidad Tecnológica, en cambio, le dio el triunfo en una encuesta divulgada el viernes al FMLN, aunque por estrecho margen.
Ambos sondeos coinciden en que el mayor porcentaje hasta el momento se lo llevan los indecisos. Cid/Gallup ubicó esta proporción en 54 por ciento. En tanto, la Universidad le suma cuatro puntos más.
Cid-Gallup revela que mientras ARENA perdió un punto en los últimos tres meses (tenía 24 por ciento antes), el FMLN subió tres y puede seguir acortando la distancia rápidamente, pese a que ese partido aún no ha designado a su candidato presidencial.
Pese a su crecimiento, el FMLN no puede sentirse seguro, porque la mayoría de salvadoreños desconfían de sus intenciones y su pasado.
"Cuarenta de cada 100 entrevistados opinaron que si el FMLN llega al poder podría rebrotar la violencia en el país. Solo tres de cada diez adultos cree que el Frente no volverá a sus antiguas prácticas", asegura la encuesta.
El FMLN fue el movimiento guerrillero que libró con el ejército una cruenta guerra civil que concluyó en 1992 con un acuerdo de paz, tras el cual el movimiento rebelde se transformó en partido político.
En cuanto a ARENA, la mayoría le atribuye tener intereses marcadadamente empresariales y solo 20 de cada cien opina que el partido se preocupa por los más necesitados.
Esto refleja que, en la lucha que se avecina por el poder, tanto Arena como el FMLN tendrán que enfrentar un fantasma que se pasea por toda América Latina: el desencanto por los partidos políticos.
Los salvadoreños, al igual que el resto de latinoamericanos, ya no cree en sus dirigentes. Por eso, según la encuesta Cid- Gallup, 40 por ciento asegura que no votará por los candidatos que presenten los dos partidos mayoritarios.
El descontento afecta también a los partidos pequeños, porque estos tienden a desaparecer del mapa político salvadoreño debido a la indiferencia del electorado.
En los terrenos del FMLN, los sondeos de opinión concluyen que el candidato con más posibilidades de derrotar a Arena es Facundo Guardado, actual coordinador del partido. Guardado se ubica en las preferencias con dos puntos porcentuales por debajo del candidato arenero.
Guardado consideró este hecho muy positivo. "La diferencia es que él (Flores) es candidato y yo no soy ni candidato ni precandidato", dijo. El ex comandante guerrillero espera resultar electo candidato en la convención del partido que se realizará el 26 de julio.
Otro hecho que puede favorecer al FMLN es el regreso de antiguos miembros del partido que se habían distanciado para formar organizaciones políticas independientes.
La más importante separación fue la del grupo comandado por Joaquín Villalobos y Ana Guadalupe Martínez, que formó el Partido Demócrata.
Nueve de esos dirigentes, encabezados por el ex comandante Francisco Mena, regresaron el miércoles 20 a las filas del FMLN para trabajar en la "unificación de criterios políticos de cara a la construcción de un partido opositor más abierto al pueblo".
Arena tiene en contra las críticas que le hace la población al gobierno de Armando Calderón Sol, que, si bien logró consolidar el proceso de paz iniciado en 1992, no ha podido aliviar el problema de pobreza.
Calderón Sol, que la próxima semana comienza su cuarto y último año de gestión, podría ser el primer presidente de El Salvador que entregue el poder a un partido de izquierda. (FIN/IPS/lv- mso/mj/ip/98