La Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC) denunció a las discotecas limeñas The Edge, Mithos, Mamut y The Brick por discriminar a sus clientes según sus rasgos físicos.
El Presidente de ASPEC, Jaime Delgado, informó que su organización había denunciado formalmente a esos centros nocturnos por discriminación racial y económica ante Indecopi, entidad gubernamental encargada de la protección de los consumidores.
"La denuncia de racismo ha sido documentada con videos, donde se observa cómo se impide el ingreso a personas que no son rubias o reúnen ciertas características físicas. En cambio, a otras se las deja ingresar sin problemas", dijo Delgado a la prensa.
A los jóvenes de tez oscura o rasgos andinos no se les permite entrar a esas discotecas, ubicadas en los exclusivos barrios de Miraflores y Magdalena del Mar.
"Con esta denuncia buscamos que se elimine este tipo de discriminación, que es una vergüenza para un país con una mixtura de razas como el nuestro", agregó Delgado.
Según el presidente de ASPEC, la Comisión de Protección al Consumidor de Indecopi podría multar hasta con 90.000 dólares a los locales acusados de discriminación racial.
Delgado anunció que próximamente serán denunciadas otras cuatro discotecas, por los mismos motivos: tres en Lima y la otra en Arequipa.
En América Latina no es extraña este tipo de discriminación. En 1996, el Servicio Nacional del Consumidor de Chile (SERNAC), dio trámite a varios casos de discriminación en el consumo.
Algunos tuvieron como escenario a un café llamado Mississippi, situado en el barrio alto de la capital, donde una gran cantidad de personas había visto negada su entrada por su condición social y hasta por su color de piel.
Según el SERNAC, grandes multitiendas, cafés y saunas discriminan arbitrariamente a las personas por su aspecto físico, nivel socioeconómico e incluso por la comuna donde habitan.
En Chile, la discriminación en el consumo se extiende también a otras situaciones, como la negativa de algunos colegios privados a admitir a niños procreados "fuera del matrimonio", argumentando motivos supuestamente religiosos. (FIN/Consumers International- IPS/98)