La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba pidió este viernes una apertura en este país caribeño que permita preservar las conquistas sociales obtenidas en las últimas décadas y evitar la emigración de miles de personas.
El documento, dirigido a "todos los fieles católicos y a los cubanos de buena voluntad", partió del llamado del Papa Juan Pablo II para que "Cuba se abra al mundo", realizado durante su visita a la isla en enero pasado.
La declaración de los obispos, titulada "El espíritu debe soplar en Cuba", es la primera de su tipo después de la visita del Papa y se lee este fin de semana en todos los templos católicos de la isla.
El llamado coincidió, además, con la confirmación del viaje al Vaticano del 8 al 13 de junio de 13 obispos, cinco sacerdotes y tres laicos para participar en varios encuentros de análisis sobre la visita del Papa a Cuba y sus consecuencias.
Los obispos estimaron como un paso estimulante en la apertura cubana al mundo cualquier decisión del gobierno de "asumir perspectivas amplias e integradores", que alcancen a todos los cubanos y hagan de la isla un sitio que nadie quiera abandonar.
La jerarquía católica aspira a la creación de un clima similar al que se propició durante la visita del Papa a Cuba, que permita el espacio para "militantes (comunistas) o no, creyentes o no, simpatizantes (del gobierno) o no".
Una perspectiva amplia que "debe ir normalmente precedida y acompañada de una apertura interna en la sociedad cubana" como una "valiosa contribución para garantizar los logros de Cuba en materia de educación, salud y deporte".
La Conferencia de Obispos reconoció que Cuba llega al nuevo siglo con buenos niveles de capacitación profesional y de instrucción media, así como acceso universal y gratuito a los sistemas de salud.
Al mismo tiempo, advierte que "en los últimos años la calidad de la educación y de la atención a la salud se han visto en peligro", debido a "la carencia de recursos para modernizar la tarea educativa" y el déficit de medicamentos y equipos, lo que limita la capacidad creada en la salud.
"Estos dos aspectos fundamentales de la sociedad cubana, educacación y salud, se ven afectados, además, por la emigración sostenida de muchos cubanos, entre ellos profesionales de buena calificación que incluye a médicos y profesores", agrega.
Según los obispos católicos, "la emigración de sus hijos, que como un río en crecida no deja de ensancharse, es un dolor de la Patria y uno de los más grandes desafíos que enfrenta la nación cubana en los albores del siglo XXI".
Para la Iglesia Católica "no sólo las razones económicas alimentan el flujo migratorio". También se explica por "difíciles situaciones familiares, preocupación por la emigración de los hijos y una falta de esperanza en muchos al ver que las dificultades perduran".
"Cada pueblo de la tierra, también el pueblo cubano, aspira, porque lo necesita, a que todos los derechos humanos, sustancialmente relacionados entre sí, sean respetados íntegramente", afirma el documento.
Satisfecha con el movimiento de apertura generada por el reclamo de Juan Pablo II de que "el mundo se abra a Cuba", la Iglesia Católica reclama que el país caribeño "entre en la corriente de la historia presente, aceptando los riesgos que esto trae".
El llamado de la conferencia episcopal coincide con un aumento en este mes de la cantidad de operaciones de repatriación de cubanos, interceptados en intentos ilegales de emigrar a Estados Unidos. (FIN/IPS/da/ag/ip-cr/98