Miguel Angel Rodríguez asumió hoy la Presidencia de Costa Rica por un período de cuatro años, al término de los cuales, afirmó, espera haber logrado un crecimiento económico mayor a seis por ciento anual y una inflación de cinco por ciento.
Rodríguez recibió la tarde de este viernes la banda presidencial del presidente de la Asamblea Legislativa, Luis Fishman, del ahora gobernante Partido Unidad Social Cristiana.
En un extenso discurso que pronunció tras la toma de posesión, Rodríguez afirmó que espera reducir la pobreza, que hoy golpea a 20 por ciento de las familias costarricenses, a menos de 17 por ciento.
El mandatario también se comprometió a procurar una reducción a menos de cinco por ciento del índice de desempleo, que hoy es de alrededor de seis por ciento.
Rodríguez, reconocido economista proclive al libre mercado, afirmó que ya es hora de dejar a un lado el enfrentamiento entre Estado y mercado, porque ambos se necesitan uno a otro para alcanzar el desarrollo del país.
"Mercado y Estado no son antagónicos, son complementarios. El mercado requiere del Estado para establecer y promover el orden de la competencia y el Estado requiere los instrumentos del mercado competitivo para ser eficiente y eficaz", dijo.
Ambos, a su vez, "requieren de las instituciones de la justicia social para que el crecimiento pueda ser creado y compartido por todos", agregó.
Dentro de esa premisa ideológica, Rodríguez abogó por la apertura comercial. "El pais necesita de la competencia y la apertura para descubrir sus fortalezas y llevarlas a su máximo potencial", sostuvo.
El planteamiento de apertura comercial, o libertad creativa, fue complementado por presidente con el de solidaridad fraterna, dentro del cual el gobierno pretende ejecutar una red básica de protección social que brinde apoyo a los que tienen mayores dificultades.
Esa red de protección debe contar con una amplia participación de la sociedad civil, para reducir los costos que implica la burocracia estatal y porque "el mundo actual exige la unidad y la participación de todos", indicó.
En ese sentido, el mandatario recordó que desde que ganó las elecciones del 1 de febrero ha promovido un proceso de consultas que conduzca hacia un plan de concertación nacional para encontrar soluciones a los principales problemas del pais y un plan de largo plazo.
Afirmó que entre las mayores limitaciones que enfrenta el país figura la pobreza, que aflige a uno de cada cinco costarricenses, y el acceso a la educación, porque 40 por ciento de los y las jóvenes en edad de estudiar se encuentran fuera del sistema.
"A pesar de los satisfactorios indicadores de desarrollo humano, la estructura económica de Costa Rica sigue siendo débil y la economía del país y de las familias sigue amenazada por los espectros del bajo crecimiento económico, el déficit fiscal, el alto costo de la vida y la deuda interna", dijo.
Ante tales problemas, Rodríguez reiteró los compromisos de su gobierno de reducir el gasto público, estimular la competencia y la apertura económica, mejorar la calidad de los servicios públicos y hacer frente al desempleo.
Otro de los problemas graves del pais, el deterioro de la infraestructura, se empezará a revertir pronto.
El mandatario aseguró que en cuatro meses estará listo el programa para entregar en concesión de obra pública varias carreteras, los ramales de ferrocarriles y la modernización del aeropuerto internacional Juan Santamaría, insuficiente para atender el movimiento diario del pais.
El gobernante asumió como objetivos prioritarios de su administración la equidad de género, la solidaridad y la defensa de ambiente y prometió una guerra frontal contra el narcotráfico, la corrupción y la delincuencia común.
A los actos de traspaso del poder asistieron delegaciones de 70 países. Además, estuvieron presentes los presidentes Alvaro Arzú, de Guatemala, Carlos Flores, de Honduras, Armando Calderón, de El Salvador, Arnoldo Alemán, de Nicaragua, Ernesto Pérez Balladares, de Panamá, Eduardo Frei, de Chile y Rafael Caldera, de Venezuela. (FIN/IPS/mso/mj/ip/98