El presidente electo de Costa Rica Miguel Angel Rodríguez, quien asume este viernes, se propone como meta la lucha sin cuartel contra la pobreza, contando con el saneamiento de las finanzas públicas como instrumento básico.
El compromiso asumido por el mandatario electo para impulsar el desarrollo de la población de escasos recursos, que comprende a 20,7 por ciento de los hogares costarricenses, incluye abatir la inflación, que actualmente ronda el 11 por ciento, para llevarla a un dígito.
El programa de gobierno de Rodríguez contempla un mecanismo denominado "triángulo de la solidaridad", integrado por el Estado, los gobiernos locales y la comunidad.
Este mecanismo servirá para llevar a cabo programas de saneamiento básico rural y urbano, aumentar la cobertura y calidad de los comedores escolares y disminuir la deserción y repetición escolar.
Sin embargo, Rodríguez, que es doctor en economía, considera que el mejor instrumento para vencer la pobreza es el crecimiento económico. Por esto, da una importancia al saneamiento de las finanzas públicas, labor que se verá facilitada por las cifras macroeconómicas con que le entrega el poder José María Figueres.
Rodríguez heredará un déficit fiscal manejable, de 3,5 por ciento del producto interno bruto (PIB), y un crecimiento de la economía de 3,2 por ciento, que según las estimaciones podría llegar este año a 3,5 o cuatro por ciento.
Pero sobre todo, Rodríguez contará con que la población y en particular el sector empresarial, ha comenzado a recuperar el optimismo.
La recesión económica que sufrió el país entre 1994 y 1996 llegó prácticamente a paralizar actividades económicas básicas como la construcción. Pero a mediados del año pasado comenzó a llegar inversión extranjera y se produjo un modesto crecimiento económico.
A principios de este año, la Primera Encuesta Trimestral de Negocios, que realiza la cúpula empresarial, reveló que 64 por ciento de los entrevistados considera que el nuevo gobierno ejecutará medidas efectivas para enfrentar problemas como el de la deuda interna.
Esta es una de las prioridades del próximo gobierno, según el asesor económico Andrés Rodríguez, hijo del presidente electo, quien planteó la necesidad de atacar las tres principales causas de distorsión macroeconómica: el déficit fiscal, la deuda interna y el déficit del Banco Central.
Para solucionar el problema de la deuda interna, que equivale a 45 por ciento del PIB, el gobierno pretende recurrir a la venta de algunos activos del Estado, pero deberá esperar el momento político propicio, ya que éste es uno de los temas más polémicos.
Además del saneamiento de las finanzas públicas, Andrés Rodríguez considera necesario la modernización de los mercados y la supervisión prudencial del Estado. A la vez, se inclina por una apertura a la banca extranjera.
Otros retos que enfrentará el nuevo gobierno será mejorar la infraestructura vial y de puertos y aeropuertos, para lo cual contará con una ley aprobada recientemente que permite la concesión de obras públicas a empresas privadas.
Pero el presidente electo asegura que la inversión en infraestructura dependerá del crecimiento, porque "no se puede gastar lo que no se tiene". (FIN/IPS/mso/ag/ip/98
