La Unión Europea (UE) aprovechará la conmemoración del 50 aniversario del sistema multilateral de comercio iniciada hoy en esta ciudad suiza para proponer una nueva ronda de negociaciones a la OMC, pese a la probable oposición de Estados Unidos.
El comisionado de comercio de la UE, Leon Brittan, propondrá que una nueva ronda de negociaciones comerciales "amplia, abierta y global" revitalice el sistema de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Varios jefes de gobierno, entre ellos el presidente estadounidense Bill Clinton, el sudafricano Nelson Mandela y el cubano Fidel Castro, asistirán a la conmemoración y conversaciones paralelas que comienzan este lunes.
La celebración del acontecimiento perdió parte de su brillo debido a la violencia en Indonesia y la tensión que las pruebas nucleares de India desencadenaron en Asia meridional. Además, el rechazo a la globalización y el libre comercio aumenta tanto en el Norte industrializado como en el Sur en desarrollo.
A pesar de la solidez de la economía de Estados Unidos, la opinión pública y el Congreso de mayoría republicana de ese país se oponen a la liberalización comercial. Organizaciones sindicales de Europa y Asia también culpan al libre comercio de los problemas financieros que padecen.
A pesar de esta situación, Brittan está convencido de que, además de celebrar los logros pasados de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y su antecesor, el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), los 132 miembros de la organización deben iniciar la "ronda del milenio".
"Debemos garantizar a la OMC otros 50 años de éxito", opinó un funcionario de la UE.
Estados Unidos pretende que hayan nuevas gestiones para liberalizar el comercio mundial, pero prefiere las "negociaciones sectoriales" a una ronda general.
Varias naciones de Asia, afectadas por la crisis financiera, temen que la liberalización de los mercados dificulte su recuperación económica.
"Ya tenemos suficiente por el momento", declaró un funcionario de Malasia, en referencia a los compromisos para liberalizar los mercados asumidos en la Ronda Uruguay, las negociaciones multilaterales de comercio iniciadas en ese país y concluidas en 1994.
A Asia le resulta más difícil de lo esperado convertir muchos de los compromisos de la Ronda Uruguay en normas nacionales, aseguran expertos comerciales. "Varios países recién comienzan a comprender lo que firmaron", concuerda Jacques Pelkmans, de la Universidad de Maastricht.
Puede llevar años transformar en normas nacionales los compromisos asumidos en ámbitos como los servicios financieros, los derechos de propiedad intelectual y las medidas contra el "dumping" (competencia desleal), sostuvo.
Pero otros afirman que, al acceder a una nueva ronda comercial, los países en desarrollo comunicarán al mundo su confianza en el futuro económico. "Se considerará una señal de su seriedad sobre la reforma económica", arguyó Patrick Messerlin, del Instituto de Estudios Políticos, de París.
La liberalización comercial es esencial para impedir la repetición de la crisis financiera desatada en julio en el sudeste asiático, aseguran funcionarios de la UE.
La nueva ronda parece inevitable. La Ronda Uruguay compromete a la OMC a comenzar nuevas negociaciones de liberalización comercial en varios sectores antes del 2000, como los servicios, la agricultura y los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio.
La UE y Washington también solicitaron a la OMC el comienzo de negociaciones sobre un conjunto básico de principios que regulen el comercio electrónico, o sea los bienes y servicios comercializados en Internet.
La idea es mantener al comercio electrónico libre de aranceles y tasas aduaneras, explicó Robert Madelin, negociador de la UE ante la OMC.
Aunque la Ronda Uruguay logró reducir las barreras comerciales tradicionales, desde 1994 surgieron otros problemas que requieren nuevas normas de la OMC, aseguran funcionarios de la UE.
La OMC debe analizar cuestiones como la liberalización de los movimientos internacionales de inversión, las políticas de competencia y la flexibilización del comercio, sostienen.
En lugar de celebrar las negociaciones por separado, a los miembros de la OMC les beneficiará una ronda general en que puedan negociar un conjunto de concesiones por otras ventajas comerciales, afirma la UE.
Así como la UE presentó sus puntos de negociación, los países en desarrollo deben proponer una lista propia de asuntos que quieran discutir en la nueva ronda, indicó el negociador comercial europeo Karl Falkenberg.
A muchos países en desarrollo les interesa que la OMC trate sobre agricultura, textiles, políticas contra el dumping y el libre movimiento de la mano de obra. Estos países también se verían beneficiados por una ronda mundial que elimine aranceles industriales.
Los miembros del Grupo Cairns, entre ellos varios países en desarrollo exportadores de productos agrícolas, esperan que las negociaciones de la OMC pongan fin a los subsidios que trastornan el comercio. El año pasado, los subsidios agrícolas representaron 280.000 millones de dólares.
Para muchos países de Asia y América Latina, la nueva ronda sólo sería atractiva si se incluye la discusión de la liberalización comercial de los textiles. Los exportadores de este sector no están conformes con la implementación de las medidas de liberalización incluidas en la Ronda Uruguay.
Como parte del acuerdo, la UE y Estados Unidos acordaron eliminar las cuotas de importación de textiles y prendas de vestir en cuatro etapas. La liberalización del comercio concluirá en el 2005.
Pero Bruselas y Washington liberan el sector muy gradualmente, aseguran los países exportadores de textiles, por lo que la gran mayoría de las barreras serán retiradas recién en el 2005.
Algunos países de Asia y América Latina podrían participar en la nueva ronda comercial si esta lograra acelerar la eliminación de las cuotas. (FIN/IPS/tra-en/si/rj/aq-lp/if/98