El proceso de liberalización de la economía saldrá fortalecido de la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) inaugurada este lunes.
El borrador de la declaración final de la conferencia, que será aprobado en la sesión de clausura del miércoles, incluye párrafos que contemplan inclusive la liberalización de las inversiones, un tema cuestionado por los países en desarrollo.
La negociación de un acuerdo multilateral de inversiones fue el blanco principal de las críticas durante las demostraciones ciudadanas contra la OMC, que alcanzaron su apogeo este fin de semana en Ginebra con incidentes protagonizados por unos 5.000 manifestantes.
El borrador de la declaración acepta también la posibilidad de que la OMC vuelva a examinar temas que ya se creía deslindados definitivamente de su jurisdicción, como las conflictivas cuestiones de los derechos laborales y el medio ambiente en relación con el comercio.
Los ministros encomendarán al Consejo General de la OMC que en una reunión extraordinaria de septiembre próximo se ocupe de elaborar recomendaciones para el programa de trabajo que discutirá la conferencia ministerial de 1999.
Pero las recomendaciones deberán versar sobre todos los temas pendientes, como pretendía la mayoría de los países desarrollados.
Como concesión a los países en desarrollo, los ministros encabezaron las recomendaciones con el asunto de la aplicación de los acuerdos ya concertados.
Los países del Sur reprochan a los industrializados que los acuerdos comerciales multilaterales son ignorados sistemáticamente cuando favorecen los intereses de las naciones pobres.
Además de las inversiones, el consejo general de la OMC tendrá que recomendar sobre la posibilidad de sostener negociaciones de otros temas en estudio, como la transparencia en la contratación pública y la relación entre el comercio y la competencia.
El texto del borrador, aprobado este domingo por los negociadores de los 132 países miembros de la OMC, representa en la práctica un triunfo para la diplomacia de la Unión Europea, que reclamaba la convocatoria de nuevas negociaciones globales para el año 2000, en la llamada Ronda del Milenio.
Estados Unidos, el otro poder determinante dentro de la OMC, se había mostrado más cauto al propiciar únicamente negociaciones sectoriales, como la liberalización del comercio electrónico.
Otro sector beneficiado es el Grupo de Cairns, que reúne a países exportadores agrícolas que no subsidian su comercio. El texto de resolución propone que en septiembre se comiencen a preparar las negociaciones del sector, que se iniciarán en el 2000.
Los países del bloque sudamericano del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) celebraron también la exclusión del texto de un párrafo crítico de los acuerdos regionales.
La declaración final no contendrá párrafo alguno referido a los agrupamientos regionales, cuestionados con frecuencia por el director general de la OMC, Renato Ruggiero, que los considera contradictorios con el espíritu liberal del multilateralismo.
En su discurso de apertura, Ruggiero mostró prepcupación por los efectos de la crisis financiera de Asia y previno que los países con dificultades de cuentas corrientes no deben tratar de subsanarlas mediante el recurso del proteccionismo.
En un encuentro con representantes de organizaciones no gubernamentales, Ruggiero invitó a "no hablar más de liberalización comercial, sino de interdependencia mundial".
El sistema internacional del comercio cometería un error si desconociese cuestiones como la protección del medio ambiente, las condiciones sociales, el empleo, la salud pública o la diversidad cultural, dijo el director de la OMC.
"Son problemas globales que requieren respuestas globales", indicó en una invitación a las ONG a establecer consultas para determinar una forma futura de diálogo entre la institución y los grupos cívicos independientes.
Ruggiero aconsejó a los dirigentes de ONG que se guiasen por el ejemplo del presidente de Cuba, Fidel Castro, con quien se entrevistó este domingo.
"Castro me impresionó por la modestia que tuvo cuando dijo que quería escuchar los discursos de los líderes" que hablarán este martes en la sesión de la conferencia de celebración del 50 aniversario de la OMC.
El presidente cubano precisó que "tenía que aprender mucho de los otros", aseguró Ruggiero.
Un balance de la declaración final de la conferencia que adoptarán los ministros muestra un aparente desequilibrio en perjuicio de los países en desarrollo, obligados a afrontar nuevas aperturas de su economía sin haber recibido los beneficios de la liberalización.
Sin embargo, el secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el brasileño Rubens Ricupero, advirtió hace dos semanas a diplomáticos de países en desarrollo sobre el alcance limitado de las resoluciones adoptadas por los ministros.
Ricupero, basado en su experiencia en el gabinete de Brasil, observó que los ministros son funcionarios tradicionalmente más permeables a las presiones políticas internacionales.
En cambio, los negociadores comerciales que representan a los países en el consejo general de la OMC y que decidirán finalmente en septiembre el futuro de las negociaciones, actúan sobre bases más técnicas, señaló. (FIN/IPS/pc/ml/if/98