El presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, llamó hoy a los 132 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a forjar una "asociación para el desarrollo mediante el comercio y la inversión".
La OMC, que celebra su 50 aniversario con una reunión ministerial en esta ciudad suiza, debe asegurar que el comercio mundial esté al servicio del desarrollo, dijo Mandela. "El comercio por sí mismo no traerá un mundo mejor. Esto requiere un trabajo sabio", sostuvo.
Poco antes el presidente cubano Fidel Castro dijo que la agenda de la OMC fue saboteada por los países ricos, mientras a los pobres se les niega el acceso a los mercados en el Norte inudstrializado.
Castro afirmó que los temas introducidos por los países ricos en la OMC resultaron en una reducción de la ventaja competitiva de los países en desarrollo, y agregó que las nuevas ideas promovidas por los estados occidentales serían utilizadas inevitablemente como "pretextos para barreras no arancelarias".
"Los países del Tercer Mundo han estado perdiendo todo", dijo Castro a la OMC, y advirtió que las firmas multinacionales del Norte industrializado convierten a los países en desarrollo en una inmensa zona de plantas de ensamblaje que ni siguiera pagan impuestos.
La evaluación del presidente cubano de los últimos 50 años del sistema multilateral de comercio contrasta con la hecha por Estados Unidos y la Unión Europea.
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, insistió en que el comercio mundial ha creado la prosperidad en el mundo. "Esta nueva economía mundial dinámica ofrece la posibilidad de elevar a miles de millones de personas a una clase media mundial", dijo.
"La globalización no es una opción política, es un hecho. Podemos trabajar para modelar esas poderosas fuerzas de cambio para el beneficio de nuestro pueblo. O podemos retirarnos tras los muros de la protección y quedar atrás en la economía mundial", señaló Clinton.
Tony Blair, primer ministro de Gran Bretaña, actual sede de la presidencia de la Unión Europea (UE), dijo a la OMC que "la tendencia irreversible e irresistible" hacia el libre comercio no se puede detener.
Gran parte de la fricción en Ginebra se debe a las demandas de la UE y Estados Unidos de una nueva ronda de negociaciones mundiales de comercio.
Una declaración a ser adoptada por países de la OMC el 20 de mayo compromete a la agencia a lanzar nuevas discusiones para abrir el mercado el 1 de enero del 2000, una cumbre ministerial que Clinton prometió realizar en Estados Unidos.
Aunque muchos países en desarrollo se resisten a embarcarse en esas conversaciones, temiendo ser presionados a hacer mayores concesiones, Mandela dijo a la reunión que los países del Sur deben "dar liderazgo al desarrollo de una agenda positiva para encarar por completo sus necesidades".
Clinton aclaró en su discurso que Estados Unidos presionará por una mayor atención a temas ambientales y sociales en las nuevas conversaciones de comercio.
Washington pretende una reunión de alto nivel entre ministros de comercio y ambiente del mundo, "para dar una dirección clara y nueva energía a los esfuerzos ambientales de la OMC".
Agrupaciones internacionales de sindicatos dieron la bienvenida al interés de Clinton en las normas laborales, agregando que el tema debe ser parte de una nueva ronda mundial.
Pero el economista jefe de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), Stephen Pursey, dijo que la OMC ya no puede evitar la cooperación con la Organización Mundial del Trabajo (OIT) para evitar la violación de los derechos de los trabajadores.
En un informe preparado para el 50 aniversario, la OMC indicó que las conversaciones sobre liberalización del comercio condujeron a una reducción de 90 por ciento en los aranceles mundiales y una expansión del comercio mundial de 15 veces su tamaño.
Pero la organización advirtió que la creación de bloques regionales comerciales no debe detener ahora el crecimiento del sistema multilateral de comercio. (FIN/IPS/tra-en/si/rj/lp/ip/98