El jefe del Comando Sur del ejército de Estados Unidos, Charles Wilhem inició hoy una visita de 48 horas a Colombia para analizar con los organismos de seguridad la deteriorada situación de orden público en este país, que preocupa a Washington.
Wilhem llegó procedente de Argentina para reunirse con el ministro de Defensa, Gilberto Echeverry, el comandante de las Fuerzas Armadas, general Manuel Bonett, el director de la policía, general Rosso Serrano, y con los jefes antinarcóticos y de inteligencia policial.
El martes visitará la zona del Caguán, en el sudoriental departamento de Caquetá, para evaluar en el campo los resultados del combate que las Fuerzas Armadas libran con los guerrilleros y narcotraficantes que operan en esa región.
Comentarios del jefe del Comando Sur y de funcionarios de agencias estadounidenses sobre la violencia en Colombia sugieren a algunos que las relaciones bilaterales han entrado en una nueva fase.
Juan Tokatlián, de la Universidad Nacional, se asiste "al final de una era en las relaciones entre Washington y Bogotá y el comienzo de otra".
En opinión de Tokatlián, Estados Unidos ha renunciado a "la diplomacia rutinaria" a cargo de unos pocos funcionarios intermedios y políticos, e iniciado una etapa en la que será relevante el peso de los estrategas, los altos mandos militares y destacadas figuras del Poder Legislativo.
En adelante, Estados Unidos someterá a Colombia "a un minucioso escrutinio" mientras considera distintos escenarios y planes de contingencia para "la turbulenta transición política" colombiana, dijo Tokatlián a IPS.
Wilhem afirmó el 27 de abril en Miami que, por su compleja situación de violencia, Colombia ha sustituido a Cuba como la primera amenaza contra la seguridad hemisférica.
Según el jefe del Comando Sur, la guerrilla ha ganado terreno, ayudada por la financiación que obtiene de los narcotraficantes, y las Fuerzas Armadas muestran resultados desalentadores.
No obstante, el jefe militar reconoció que las Fuerzas Armadas colombianas tienen que luchar simultáneamente contra la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico.
Así mismo, Wilhem había afirmado a comienzos de abril ante la comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que Colombia "está muy mal preparada para contener efectivamente" las amenazas que afronta.
"El débil liderazgo nacional, un sistema judicial sobrecargado y corrupto y la ineficacia de las fuerzas de seguridad" obstaculizan la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico, dijo Wilhem ante la comisión.
Una semana después, el diario El Clarín y Radio Mitre, de Argentina, aseguraron que Wilhem propuso la conformación de una fuerza multinacional para combatir la guerrilla colombiana.
La versión fue desmentida por Washington y por las embajadas de Argentina en Bogotá y de Colombia en Buenos Aires.
El 10 de abril, un informe de la Agencia de Inteligencia para la Defensa (DIA), de Estados Unidos, senaló que en cinco años Colombia podría convertirse en un "narcoestado", por el auge que tienen los grupos guerrilleros y sus vínculos con el narcotráfico.
Según la DIA, la guerrilla cuenta con cerca de 20.000 combatientes provistos de aviones y misiles adquiridos con dinero de la droga, mientras el ejército regular, con 120.000 hombres, ha demostrado ser "inepto, mal entrenado y pobremente equipado".
Además, Wilhem advirtió que el conflicto interno de Colombia ha desbordado las fronteras y amenaza también a los vecinos Ecuador, Panamá y Venezuela.
Así mismo, el informe anual del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre "Terrorismo Global", divulgado la semana pasada, concluyó que la mayoría de los incidentes terroristas de 1997 en América Latina ocurrieron en Colombia.
El informe del Departamento de Estado identifica a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la mayor organización guerrillera, y al Ejército de Liberación Nacional, la segunda fuerza, como "los dos principales grupos terroristas" colombianos. (FIN/IPS/yf/ff/ip/98
