La búsqueda de la paz une a los candidatos en las elecciones presidenciales de este domingo en Colombia, tras desplazar al combate contra el narcotráfico del primer lugar en la campaña política.
Las coincidencias entre los aspirantes a presidente son tantas que los votantes deberán examinarlas "con lupa" a la hora de decidirse.
En un escenario en el cual los grupos rebeldes mayoritarios anunciaron su intención de iniciar el diálogo con el próximo presidente, los candidatos Andrés Pastrana, Noemí Sanín y Horacio Serpa manifiestan su aceptación, aunque no aclaran cómo abordarán el proceso.
Pastrana, del Partido Conservador y postulado por un movimiento pluripartidista, afirma que dialogará de forma directa con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolivar, que integran las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL).
Este candidato, el único que tiene su pasaje a la segunda vuelta del 21 de junio asegurado, según las encuestas, se aparta con su propuesta del mecanismo de diálogo con cada uno de los grupos guerrilleros por separado que intentó aplicar el gobierno de Ernesto Samper.
Pastrana, al igual que Sanín y Serpa, considera importante la mediación internacional como facilitadora para el diálogo y propone la firma de un acuerdo sobre derecho internacional humanitario y la negociación en medio del conflicto.
Serpa, candidato oficial del hoy gobernante Partido Liberal, también dice que dialogará en persona con los jefes guerrilleros pero, a diferencia de Pastrana y Sanín, se compromete a ordenar el retiro del ejército del lugar que se acuerde como sede del inicio de las conversaciones.
El despeje militar de cinco municipios del sur de Colombia es una de las exigencias que han puesto las FARC para comenzar el diálogo con el gobierno.
El candidato del Partido Liberal afirma también que está dispuesto a convocar una Asamblea Constituyente, que ha sido propuesta con algunas variantes por las FARC y el ELN como el escenario propicio para que la sociedad civil participe en el diseño de un proyecto de paz de largo alcance.
Serpa considera que la paz debe ir de la mano de "profundos cambios sociales, económicos y políticos, de la lucha contra la inseguridad ciudadana que es producto de otras formas de violencia, y de la erradicación del problema del narcotráfico".
La estrategia de paz de Serpa, en opinión de algunos analistas, está enmarcada en una especie de "contrato social que ofrezca reglas de juego estables para todos", de corte populista y similar al programa que intentó poner en marcha Samper.
Para el sociólogo y escritor Alfredo Molano, la propuesta de Serpa es la que más se acerca a las exigencias que han planteado tanto el ELN como las FARC.
Molano indicó que con los avances que se están dando, quienes resulten elegidos el 31 de mayo y avancen a la segunda vuelta tienen el reto de abrir el espacio que ponga fin a las cinco décadas de conflicto interno que ha vivido Colombia.
El escritor consideró también que sería importante que el conjunto de las fuerzas políticas se unieran en un acuerdo para buscar una política estatal de paz que supere los cuatrienios presidenciales.
Pero para Alfredo Rangel, ex guerrillero y asesor de Seguridad Nacional de Samper, la propuesta presidencial de paz que puede tener más acogida es la de Pastrana.
Rangel dijo a IPS que el diálogo en conjunto con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolivar, no por separado, podría ser de mayor agrado para los grupos insurgentes.
Además, el experto consideró que las posiciones de Pastrana son de mayor aceptación por parte de Estados Unidos, país que en las últimas semanas ha dado muestras de gran interes en facilitar un proceso de paz en Colombia.
Pero Rangel no se muestra muy convencido de que en el próximo gobierno se llegue a una negociación, por lo largo y complejo que puede resultar el proceso.
El máximo jefe de las FARC, Manuel Marulanda, anunció el fin de semana que esa agrupación insurgente está dispuesta a iniciar un diálogo de paz con el próximo presidente si éste acepta su condicionamiento de retirar el ejército de cinco municipios del sur colombiano.
Para concretar su propuesta, Marulanda anunció la creación de una comisión de miembros de la cúpula de las mayoritarias FARC, que se entrevistará con Serpa, Sanín y Pastrana para discutir sus planteamientos.
En esa misma línea, el ELN, segunda fuerza insurgente, que ya había anunciado su intención de iniciar un proceso de paz, decidió que será con el próximo presidente con quien continue los contactos que se iniciaron en febrero.
El ELN suspendió el acuerdo para realizar en junio una reunión con los comisionados de paz y otras personalidades en la que se definiría la realización de una Asamblea que crearía espacios para la negociación, por considerar que Samper y los candidatos presidenciales lo estaban capitalizando electoralmente.
Además, algunos consideran que los otros dos grupos minoritarios de la guerrilla, el comando Jaime Bateman Cayín, una disidencia del legalizado M-19 que se encuentra fuera de la Cordinadora Guerrillera, y el EPL también segurían los pasos de las FARC y el ELN. (FIN/IPS/yf/mj/ip/98