Presionados por el déficit comercial, los gobiernos de Brasil y Argentina coinciden con industriales de los dos países en fijar una elevada protección en el régimen automotriz del Mercosur, que estará definido en junio y tendrá vigencia a partir del 2000.
Esa unión de intereses de fuerzas dominantes conduce al arancel máximo permitido por la Organización Mundial de Comercio (OMC), de 35 por ciento, en la importación de vehículos. Inicialmente se preveía una protección común de solo 20 por ciento en los cuatro países del Mercosur.
Paraguay y Uruguay, sin una industria importante a defender, intentan resistir, junto con los importadores independientes, pero con escasa posibilidad de éxito. Hace pocos meses ya fueron atropellados por la decisión de los dos socios mayores de elevar los aranceles comunes en tres puntos porcentuales.
El déficit comercial argentino se está elevando de forma alarmante y se convirtió en la manzana de discordia entre el gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Amenaza crecer 60 por ciento y alcanzar 8.000 millones de dólares este año.
Las importaciones de vehículos y piezas de automóvil responden por la mayor parte de ese desequilibrio. El FMI critica los estímulos adoptados por Argentina desde 1991 para atraer cerca de 5.000 millones de dólares en inversiones del sector y más que triplicar la producción, para 450.000 vehículos al año.
En Brasil, el déficit comercial tiende a bajar este año, en relación a los 8.372 millones de dólares del año pasado. El sector automotriz contribuye poco al saldo negativo y está ampliando sus exportaciones.
Las montadoras instaladas en Brasil deberá exportar más de 6.000 millones de dólares este año, un tercio más que en 1997, prometió José Carlos Pinheiro Neto, presidente de la Asociación Nacional de los Fabricantes de Vehículos Automotores (ANFAVEA).
Tales resultados se deben al régimen automotriz brasileño que aún mantiene en 49 por ciento el arancel sobre automóviles y permite a las ensambladoras importar pagando solo 24,5 por ciento, pero exige exportar por lo menos la misma cantidad importada.
De todas formas, las cuentas externas de Brasil siguen amenazadas de desequilibrio y obligan el gobierno a aplicar políticas monetarias, como las altas tasas de interés, que limitan el crecimiento económico.
Se prevé que el arancel a los vehículos bajará el año próximo a 35 por ciento, nivel que la ANFAVEA propone mantener por