CHILE: Rebaja arancelaria será un antídoto contra crisis asiática

Chile retoma el liderazgo latinoamericano en materia de apertura comercial con la fuerte rebaja del arancel externo único anunciada por el presidente Eduardo Frei, que también busca ser un antídoto contra la llamada "fiebre amarilla".

El anuncio de Frei, sobre el envío en junio al Congreso de un proyecto de ley para rebajar el arancel de 11 a seis por ciento fue recibido con satisfacción este viernes por los grandes empresarios y valorado por la oposición derechista.

La Bolsa de Comercio de Santiago, en su reapertura tras el feriado del 21 de mayo, registró este viernes aumentos superiores a uno por ciento en sus dos índices, interpretados como señal de buena acogida del mercado a la decisión presidencial.

En el Mensaje a la Nación con que inauguró este jueves la legislatura ordinaria del parlamento, el mandatario indicó que propondrá una baja de tres puntos desde enero de 1999 y de otros dos puntos adicionales en los dos años siguientes.

Para la derecha, éste fue uno de los pocos aspectos positivos de la alocución presidencial, donde a su juicio se mostró el agotamiento de un gobierno que "no tiene nada que ofrecer" en la fase final de una gestión que termina en marzo del 2000.

Walter Riesco, presidente de la empresarial Confederación de la Producción y el Comercio, señaló que la rebaja arancelaria es satisfactoria, pero que tal vez el gobierno pudo impulsarla antes para combatir los efectos de la crisis asiática.

El empresario Angel Fantuzzi sostuvo, en cambio, que el ingreso con menores impuestos de bienes importados será "una lápida" para las pequeñas y medianas empresas, que generan más de 80 por ciento del empleo en el sector manufacturero.

En su mensaje pronunciado en la sede del Congreso en Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago, Frei subrayó que la disminución de aranceles apunta a restituir competitividad al sector exportador ante el actual cuadro económico internacional.

"Varios de nuestros socios comerciales enfrentan hoy una seria crisis financiera, lo que acarrea momentos difíciles para el sector exportador", dijo el mandatario, aludiendo a las turbulencias bursátiles y cambiarias en el sudeste asiático.

Alrededor de 35 por ciento del intercambio comercial de Chile se realiza, según cifras de 1997, con Japón, China y los llamados "tigres asiáticos", uno de los porcentajes más altos en América Latina.

Los menores ingresos fiscales por concepto de la rebaja arancelaria deberán ser compensados con impuestos al consumo, lo cual seguramente será el aspecto más difícil a negociar con la oposición derechista, mayoritaria en el Senado.

En la estrategia gubernamental, junto con la baja de aranceles debe resguardarse el equilibrio fiscal e impedir que un déficit exagerado en ese frente repercuta negativamente en las metas antinflacionarias, prioritarias para el Banco Central.

La disminución arancelaria estaba comprometida desde 1996, ya que fue una de las concesiones que Frei hizo a la derecha en el Senado para que aprobara el tratado de asociación con el Mercado Común del Sur (Mercosur), en vigencia desde octubre de ese año.

Chile adoptó un arancel externo único bajo la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), quien fue pionero en América Latina de las políticas de apertura comercial con un impulso a las exportaciones basado en las llamadas ventajas comparativas.

El primer gobierno de transición democrática encabezado por Patricio Aylwin (1990-1994) instituyó el actual arancel de 11 por ciento, rebajando la tasa de 15 por ciento heredada del régimen dictatorial.

Con Aylwin se inició también la negociación de tratados bilaterales de libre comercio sobre la base de liberaciones arancelarias programadas, que repercuten en los hechos en la existencia de aranceles diferenciados.

Un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago, conocido hace una semana, señaló que el arancel externo promedio de Chile es de 8,9 por ciento por efecto de los tratados de comercio y que con la rebaja de tres puntos ese promedio será de 6,5 por ciento.

El país tiene acuerdos bilaterales con México, Canadá, Venezuela, Ecuador, Colombia y Bolivia, además del tratado con el Mercosur, que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Este mes se concretaron las bases para un acuerdo comercial con Perú y en breve se iniciarán las negociaciones para un tratado de Chile con el Mercado Común Centroamericano, cuyos miembros son Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

La disminución de los aranceles fue reclamada a comienzos de este mes por políticos de posiciones tan disímiles como el senador Jovino Novoa, de la Unión Demócrata Independiente, de extrema derecha, y el ex diputado socialista Jaime Estévez.

La competitividad del sector exportador chileno se ve seriamente comprometida por el cierre de mercados en el Asia y por la llegada de ese mismo continente de importaciones a menor precio por efecto de las devaluaciones monetarias.

La balanza comercial acumuló hasta el 15 de abril último un déficit de 617,5 millones de dólares, en contraste con el superávit de 811,2 millones de dólares registrado en el primer cuatrimestre de 1997.

Si bien el último año se cerró con un déficit comercial del orden de los 1.294 millones y para este año se prevé también una cuenta negativa, las autoridades buscan impedir un deterioro mayor en las cuentas del intercambio.

En esa perspectiva que la rebaja de aranceles no sólo es un instrumento para que las exportaciones recuperen y amplíen sus mercados, sino también uno de los remedios para contrarrestar el impacto de la "fiebre amarilla" que viene del sudeste asiático. (FIN/IPS/ggr/mj/if/98

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