El Mundial de Fútbol desató en Chile una fiebre consumista de televisores, en tanto la venta de entradas para los partidos, a través de paquetes turísticos de viajes a Francia, tuvo una demanda muy inferior a la esperada.
Las ventas de televisores crecieron más de 30 por ciento en abril y se esperan porcentajes aún mayores este mes, en tanto las agencias de viajes que adquirieron licencias para comercializar entradas temen haber hecho un mal negocio.
Tanto los importadores de equipos electrónicos como los agentes turísticos apostaron a la Copa Francia'98 desde que el 16 de noviembre Chile se clasificó, por primera vez desde 1982, para la fase final del certamen futbolístico, que empezará el 10 de junio.
Cifras de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) difundidas este miércoles señalan que en abril, las compras de electrónicos en general crecieron 24,4 por ciento y las de televisores aumentaron 32,3 por ciento en relación a igual mes de 1997.
"El hecho se explica porque la gente quiere darse un gusto, comprando un nuevo televisor, ya que Chile no iba desde hace 15 años a un mundial", dijo el vicepresidente de la CNC, Mario Agliati, quien anticipó un nuevo incremento durante este mes.
Las ventas totales del comercio aumentaron 9,2 por ciento en abril, una proporción considerada excesiva por las autoridades, empeñadas en un plan de ajuste para cumplir las metas de control de la inflación y contrarrestar el impacto de la crisis asiática.
Pese a que el índice de precios al consumidor se mantiene bajo control, el Banco Central está preocupado por el incremento del gasto, convertido a su vez en uno de los principales motores de crecimiento del producto interno bruto (PIB).
En el primer trimestre de este año el PIB creció 7,2 por ciento, una tasa mayor a lo esperado, pero el gasto de la población aumentó al ritmo aún mayor de 14,6 por ciento, duplicando entonces al incremento del producto.
El gobierno de Eduardo Frei y el Banco Central buscan disminuir el consumo, sobre todo de electrónicos y otros bienes durables importados, para bajar la inflación de seis por ciento de 1997 a cinco por ciento este año.
En pos de este objetivo, las autoridades quieren "enfriar" relativamente la actividad productiva y se plantean un crecimiento del PIB en torno de cinco y 5,5 por ciento, inferior a la tasa de 1997 de 6,5 por ciento.
El ajuste económico, que se fundamenta en el mantenimiento de altas tasas de interés, se ve sobrepasado por el aumento del consumo, empujado a su vez por los efectos comerciales de las turbulencias bursátiles y cambiarias del sudeste asiático.
El economista Guillermo Patillo, de la estatal Universidad de Santiago de Chile, señaló que la demanda por electrodomésticos y en particular por televisores no sólo responde a la expectativa futbolística, sino también a factores económicos.
Los artículos electrónicos que se venden en el mercado chileno proceden en su mayoría de Asia y están ingresando a menor precio como consecuencia de la devaluación monetaria dispuesta por varios países ante la crisis, apuntó Patillo.
El incremento del gasto en importaciones contribuyó a que en el primer cuatrimeste de este año la balanza comercial chilena acumulara un déficit mayor a los 600 millones de dólares, monto similar al superávit que exhibió en el mismo período de 1997.
Cuando la selección de fútbol de Chile alcanzó la clasificación para Francia'98, numerosas agencias de viaje adquirieron licencias al Comité Organizador del torneo para comercializar entradas en lugar de tomarlas a consignación.
De esta manera, los operadores turísticos apostaron a lograr una mayor ganancia, incluyendo los boletos de ingreso a los estadios en excursiones para permanecer en Francia durante todo el Mundial con costos en torno de los 5.000 dólares por persona.
Cuando restan poco más de dos semanas para que Chile debute en Burdeos enfrentando a la selección de Italia, varias agencias turísticas mantienen un excedente de entradas que no pueden devolver a los organizadores de la Copa del Mundo.
Raimundo Achondo, gerente de una agencia, dijo este miércoles al diario La Tercera que rematará a menor precio las entradas que adquirió para disminuir una pérdida que por ahora calcula en torno de los 60.000 dólares.
Achondo señaló que el "frenazo" (ajuste) de la economía a raíz de la crisis asiática hizo que el público modificara sus planes y prioridad de gastos, cancelando planes de relativamente alto costo como un viaje a Francia.
Las casas comercializadoras de televisores lanzaron intensas campañas publicitarias para vender equipos, apelando al interés adicional del público por el campeonato mundial de fútbol tras la clasificación de Chile.
La publicidad ofrece televisores rebajados, a un precio promedio de 300 dólares, para ver cómodamente desde casa "en vivo y en directo" al seleccionado chileno y poder grabar y repasar los goles y las mejores jugadas de todos los partidos.
Esos mensajes resultaron para muchos más convincentes que sus desos de acompañar como hinchas a los jugadores chilenos en los estadios franceses, a un costo demasiado alto cuando se viven épocas de crisis. (FIN/IPS/ggr/ff/if-cr/98