La visita a Chile del secretario de Defensa de los Estados Unidos, William Cohen, tiene entre sus objetivos acelerar la era del pos-pinochetismo, alentando el control del poder civil sobre los militares.
Cohen arribó a Santiago en la tarde del domingo para una visita de 48 horas, que incluyó este lunes una entrevista con el presidente Eduardo Frei y una reunión de trabajo con los comandantes de las Fuerzas Armadas chilenas.
Esta es la cuarta vez que un secretario de Defensa estadounidense viene a Chile en los últimos dos años, pero es la primera tras el retiro del mando del Ejército del ex dictador Augusto Pinochet.
El general de 82 años, que gobernó el país por casi 17 años desde 1973 hasta 1990, juró el 11 de marzo como senador vitalicio, un día después de entregar el mando del Ejército al general Ricardo Izurieta, de 54 años.
Frei afirma que con el cambio de mando culminó una "exitosa transición" en la principal rama castrense del país, aunque admite que la democracia chilena es aún incompleta por la persistencia de disposiciones autoritarias en la Constitución.
El gobierno y un sector del Partido Demócrata Cristiano de Frei hicieron fracasar en abril una acusación constitucional contra Pinochet de la mayoría de la coalición oficialista de centroizquierda, aduciendo su inconveniencia política.
En la gobernante Concertación por la Democracia y en la izquierda marxista se sostiene que Pinochet mantiene altas cuotas de poder y encabeza en el Senado una "bancada militar", que integran los senadores designados por las Fuerzas Armadas.
La visita de Cohen a Chile concluirá el martes y es parte de una gira del jefe del Pentágono por el extremo sur de América Latina para tratar "asuntos políticos estratégicos", que comenzó en Argentina y finalizará en Brasil.
A bordo del avión que lo trasladó a Santiago desde Buenos Aires, Cohen señaló que en Chile examinará y alentará "los esfuerzos destinados a institucionalizar el control de lo militar por los civiles".
El ministro chileno de Defensa, Raúl Troncoso, indicó que la visita de Cohen se inscribe en el marco de la creciente normalización de los vínculos militares de los dos países, iniciada en 1990 con el retorno de Chile a la democracia.
"La idea es conversar (con Cohen) de una serie de temas de Defensa que no son solo de interés para Chile y Estados Unidos, sino también para todo el hemisferio", agregó Troncoso.
Washington busca construir nuevos lazos estratégicos con el continente en la era de la posguerra fría sobre la base de consolidar las democracias representativas y dejar atrás las dictaduras militares que proliferaron en la década del 70.
Esta concepción procura extenderse más allá de América, al tenor del discurso que Cohen pronunció este lunes ante el empresarial Consejo Económico de la Cuenca del Pacífico, denominado "Paz y estabilidad: las piedras angulares de la prosperidad".
Este consejo, uno de los organismos asesores del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), comenzó este lunes en Santiago su reunión anual, que se prolongará hasta el miércoles, con la participación de 500 empresarios.
La amplia proyección estratégica atribuida a la visita del ministro estadounidense a Chile procura dejar definitivamente atrás las conflictivas relaciones que se dieron en el plano militar desde 1978 con la Enmienda Kennedy.
Esa enmienda, impulsada por el senador demócrata Edward Kennedy, sancionó al régimen de Pinochet con la suspensión de los programas de suministros bélicos y cooperación militar a raíz de las violaciones de derechos humanos de la dictadura chilena.
El embargo, que se endureció a raíz del asesinato en 1976 en Washington del ex canciller chileno Orlando Letelier, hizo que la dictadura desarrollara una industria local de armamentos y diversificara su parque bélico con proveedores europeos.
Los efectos de este distanciamiento se prolongaron prácticamente hasta 1996, cuando los dos países firmaron un protocolo en busca de acercamientos en materias militares, ciencia y tecnología y formación de civiles en Defensa.
Ese mismo año, el embajador estadounidense en Santiago, Gabriel Guerra Mondragón, afirmó que aún no existía en Chile una sujeción de las Fuerzas Armadas al poder civil, y se vio forzado a "precisar" sus palabras tras una protesta de la cancillería.
La decisión de Clinton de declarar en 1997 a Argentina aliado especial extra-OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) produjo malestar en el gobierno de Frei y particularmente en el Ejército comandado aún por Pinochet.
En su visita a Chile en abril, con ocasión de la II Cumbre de las Américas, Clinton elogió el "liderazgo" económico de este país y restó gravitación a la alianza preferencial de Estados Unidos con Argentina en el plano estratégico.
Una de las señales para medir el grado de acercamiento entre Santiago y Washington en materia militar será la decisión de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) respecto de la compra de nuevos aviones de combate para reemplazar viejos A-37 estadounidenses.
La FACH deberá optar entre cazabombarderos F-16 de la estadounidense Lockheed, F/A-18 de la Boeing, también de Estados Unidos, los Mirage-2000-5 de Francia y los Gripen de Suecia.
Cohen descartó que las compras de la FACH generen una carrera armamentista en América del Sur y negó que su visita incluya el propósito de hacer presión por los aviones de su país, aunque admitió que el asunto sería tratado con sus interlocutores chilenos. (FIN/IPS/ggr/mj/ip/98