BRASIL: Reelección de Cardoso ya no es segura

La reelección del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, es todavía el más probable resultado de los comicios de octubre, pero ya no es plenamente segura.

Las últimas encuestas señalan la declinación de la popularidad de Cardoso y avances del principal desafiante, el ex obrero metalúrgico Luis Inacio Lula da Silva, del izquierdista Partido de los Trabajadores.

Las dos tendencias están consignadas en el informe de una firma encuestadora, el Instituto Vox Populi.

La intención de voto por Cardoso disminuyó de 40 a 34 por ciento desde diciembre, y las preferencias por Lula subieron de 24 a 25 por ciento. Así mismo, el índice de rechazo al presidente pasó de 10 a 17 por ciento.

Encuestas anteriores anunciaban la reelección de Cardoso en la primera vuelta de la votación, a realizarse el 4 de octubre, pero de persistir las nuevas tendencias observadas, esa eventualidad quedaría descartada.

En efecto, la suma de los votos en otros candidatos superaría el respaldo a Cardoso y sería necesario convocar a una nueva votación, el 15 de noviembre.

El gobierno y el propio Cardoso cometieron por lo menos diez "pecados capitales", advirtió Tereza Cruvinel, comentarista poltica del diario O Globo, que anunciaban efectos negativos sobre las posibilidades electorales del presidente sin necesidad de encuestas.

Al calificar de "vagos" hace dos semanas a quienes se jubilan antes de los 50 años, Cardoso provocó daños duraderos a su campaña electoral. Gran parte de la población se sintió agraviada.

El presidente intentó matizar sus expresiones, pero no pudo limpiar la ofensa ante muchos electores.

La oposición removerá seguramente esa herida durante toda la campaña, recordando que el mismo Cardoso se jubiló a los 38 años como profesor, en 1969, aunque a causa de su expulsión de la universidad, dispuesta por el régimen militar (1964-1985).

La amnistía decretada diez años después le permitía recuperar su cátedra, pero prefirió la jubilación, para hacer carrera política.

La tardía reacción gubernamental a la sequía en el nordeste puede ser otro golpe duradero. Con la siembra perdida, diez millones de personas enfrentan el hambre, escasamente aliviada por los alimentos enviados por el gobierno, de defectuosa distribución en los 1.209 municipios de la región.

"Lo peor de la sequía está por venir", reconoció el portavoz presidencial, Sergio Amaral, porque las consecuencias de la pérdida de las cosechas se sentirán en los próximos meses.

Pero el gobierno distribuirá entonces sus reservas de alimentos y 400 millones de dólares en créditos a pequeños agricultores, para superar el desastre, aseguró Amaral.

El portavoz acusó a la oposición de estimular el saqueo el el nordeste de supermercados, camiones y escuelas, intentando sacar partido electoral del drama de la sequía.

En el nordeste y en el resto del país se sabía desde el año pasado que habría una fuerte sequía a causa del fenómeno climático de El Niño, una corriente cálida de aparición esporádica en el océano Pacífico, cuyo impacto se siente en todo el mundo.

El gobierno también tuvo una actuación insuficiente ante los incendios forestales de marzo en el norteño estado amazónico de Roraima, otra tragedia previsible, dada la escasez de lluvias que determinó El Niño.

Así mismo, casi dos meses de huelga en las universidades federales, la epidemia de dengue atribuida a tardías medidas de las autoridades y problemas políticos, como derrotas y divisiones del oficialismo en el parlamento, contribuyeron a desgastar al gobierno

Hay problemas adicionales en la economía. Las decisiones tomadas en noviembre para neutralizar el impacto de la crisis asiática, como el alza de las tasas de interés y el ajuste fiscal, fueron impopulares y no produjeron los resultados esperados.

El déficit público superó los límites de seguridad, al ubicarse en 6,53 por ciento del producto interno bruto, y dificulta toda iniciativa tendente a generar un clima económico más favorable a la reelección.

El viceministro de Hacienda, Pedro Parente, admitió que podría ser indispensable la aplicación de nuevas medidas de ajuste fiscal. El elevado déficit impide una reducción mayor de las tasas de interés, necesaria para reactivar la economía.

El desempleo, medido por un instituto sindical, alcanzó a 18,9 por ciento en Sao Paulo, un record que será explotado por la oposición, especialmente por Lula, que llegó a la política por su actuación como líder sindical hace dos décadas.

La encuesta de Vox Populi apunta otro riesgo para Cardoso, y es que su ventaja sobre Lula casi desapareció en las grandes ciudades, cuya opinión tiende tradicionalmente a extenderse al resto del país.

En las capitales provinciales, el presidente cuenta con apenas 30 por ciento de intenciones de voto, frente a 28 por ciento de Lula. (FIN/IPS/mo/ff/ip/98

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