/BOLETIN-DROGAS/ DROGAS: La conexión venezolana, entre la sorpresa y la serenidad

El gobierno y la banca de Venezuela reaccionaron con dosis similares de sorpresa y serenidad ante la acusación de Estados Unidos de que dos altos ejecutivos bancarios de este país participaron en operaciones de narcolavado.

El ministro de la Comisión Antidrogas, Carlos Tablante, dijo el jueves que "en Venezuela estamos totalmente satisfechos de que Estados Unidos esté comenzando a perseguir los carteles invisibles que mueven el dinero de la droga" en su territorio.

Un día antes, a media tarde, el embajador en Washington, Pedro Luis Echeverría, recibió la primera comunicación formal de la Reserva Federal de Estados Unidos de que tres venezolanos habían sido ya detenidos y otros dos eran buscados por los agentes de la llamada Operación Casablanca.

Una de las personas detenidas es Esperanza Matos, hermana de Raúl Matos, ministro de Hacienda hasta diciembre, y alta ejecutiva del estatal Banco Industrial, y entre los dos buscados está el octogenario vicepresidente del Banco del Caribe, Marco Tulio Henríquez. Ambos se declaran inocentes de los cargos.

La acusación concreta los involucra en una conspiración para legitimar 9,5 millones de dólares de capitales de los carteles de la droga de Colombia y México, mediante filiales bancarias en la isla antillana de Curazao y en Estados Unidos.

La Operación Casablanca se llevó adelante en forma encubierta durante unos dos años y medio y estalló el lunes, cuando las autoridades de Estados Unidos anunciaron la detención de unos 25 funcionarios de bancos mexicanos por supuestos delitos de blanqueo de dinero y de bienes de narcotraficantes.

Ningún directivo bancario quiso hablar abiertamente, pero bajo anonimato aseguraron estar tranquilos, pues creen que no habrá nuevas extensiones en la conexión venezolana a la operación en el norte continental para detectar capitales procedentes del tráfico de drogas.

El hecho de que los supuestos capitales ilegales no hayan pasado por Venezuela, que el alegado blanqueo fuera de sólo 9,5 millones de dólares y que tres de los involucrados no sean empleados bancarios, alienta esa serenidad.

La propia fiscal general de Estados Unidos, Janet Reno, subrayó este jueves en su país que las acusaciones sólo involucran a personas y no afectan la idoneidad de los sistemas bancarios tanto de México como de Venezuela.

El gobierno venezolano también ha optado por la total cooperación, según subrayaron Echevarría y Tablante, aunque el ministro no deje pasar la ocasión para reiterar que los países latinoamericanos son los primeros que han urgido a Estados Unidos a que enfrente el problema del narcolavado en su territorio.

Se calcula que en Estados Unidos, el mayor consumidor mundial de sustancias ilegales, se blanquean cada año 300.000 millones de dólares procedentes del tráfico de drogas.

El caso que más conmocionó en Venezuela fue la detención el martes de Esperanza Matos, vicepresidenta ejecutiva de la sucursal en la ciudad estadoundiense de Miami del estatal Banco Industrial.

Su hermano, ex ministro y ahora senador Raúl Matos, dió este jueves la cara ante la opinión pública, para aclarar su posición, de solidaridad firme como hermano y de alineamiento pleno con la total colaboración del gobierno con Washington en el caso.

El senador, jefe de la economía venezolana entre marzo de 1995 y diciembre pasado, fue precisamente quien tuvo a su cargo la implementación de nuevas normas de control del ingreso en la banca local de capitales procedentes del tráfico de drogas.

Matos, de 52 años, dijo que su familia está destrozada, que confía en que su hermana sea inocente como ha asegurado en una comunicación telefónica y que él estará al lado de ella sea inocente o culpable, aunque si esto último queda demostrado, ella "tendrá que hacerse responsable de sus actos".

En el caso del Banco del Caribe, diferentes dirigentes de la banca y de la propia institución comentaron que no es descartable que la filial en Curazao fuera puente en la operación de blanqueo investigada, pero manifestaron "totales dudas" de que su vicepresidente tuviera que ver en el caso.

Henríquez es, según opiniones coincidentes, "una figura de trayectoria intachable" en el Banco del Caribe, que actuaba como presidente del Caribbean American Bank de Curazao, pero sin tareas operativas. La consternación dominaba en la entidad.

A diferencia de México, en Venezuela no se han alzado al menos por ahora voces críticas sobre la forma en que se llevó a cabo la operación para detectar a las personas acusadas de narcolavado, y el propio Tablante ha admitido que enfrentar ese delito requiere manejos secretos y actuaciones encubiertas.

Según lo informado por la Reserva Federal de Estados Unidos, un testigo cooperador se infiltró como supuesto propietario de una empresa vinculada a carteles de la droga llamada Esmerald Empire Corporation, con sede en el estado de California.

El testigo, Javier Ramírez, contactó a la venezolana Carmen Salima, que mantenía vinculaciones con otros dos personajes, Roberto Vivas y Carlos Izurieta, con nexos con los dos ejecutivos bancarios encausados.

Siempre según la acusación de la justicia estadounidense, Matos y Henríquez habrían aceptado participar en la operación de blanqueo y la habrían llevado a cabo a cambio de una comisión no especificada, mientras que Salima cobró cuatro por ciento del capital legitimado. (FIN/IPS/eg/ff/ip/98

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