Mingún gobierno debe tolerar o participar en actos de genocidio o terrorismo, ni usar mujeres o niños como instrumentos de guerra, según la Declaración Universal de Responsabilidades Humanas propuesta a las Naciones Unidas (ONU) por el Consejo de Interacción reunido en Brasil.
No utilizar el poder político y económico como instrumento de dominación, sino en favor de la justicia y el orden social, es otro de los 19 "principios fundamentales" que los ex jefes de Estado y de gobierno que componen el Consejo de Interacción proponen como código de ética mundial.
La carta de deberes no disminuye la Declaracion de Derechos Humanos, en vigencia hace 50 años, sino que la complementa y fortalece, ya que "la falta de responsabilidad es un obstáculo al cumplimiento de los derechos humanos", sostuvo el ex primer ministro de Australia, Malcolm Fraser, presidente del Consejo.
La insistencia exclusiva en los derechos tiende a provocar conflictos interminables, olvidar las responsabilidades estimula la ilegalidad y el caos, argumenta la introducción del documento dado a conocer el martes pasado en Rio de Janerio y que será sometido a la discusión y aprobación de la ONU.
"Todos los individuos, independientemente de género, origen étnico, status social, opinión política, lengua, edad, nacionalidad o religión, tienen la responsabilidad de tratar a todas las personas de manera humana", recomienda el primer artículo.
"Ninguna persona, grupo u organización, ningún estado, ejército o policía está por encima del bien y del mal, todos están sujetos a patrones éticos", dice el artículo tercero.
Sinceridad y tolerancia, solidaridad, respeto mutuo, esfuerzos reales por la dignidad y autoestima de todos, para "vencer la pobreza, la mala nutrición, la ignorancia y la desigualdad", son otros deberes mencionados.
"La planificación familiar sensata es responsabilidad de cada pareja", apunta otro artículo. A los medios de comunicación se les exige un periodismo verdadero, además de "responsabilidad y discreción" en el uso de la libertad para criticar iniciativas gubernamentales y a instituciones sociales.
Once de sus 27 miembros participaron en la 16 reunión anual del Consejo de Interacción, creado en 1983 por ex mandatarios europeos y estadounidenses.
Miguel de la Madrid, Oscar Arias y José Sarney, ex presidentes de México, Costa Rica y Brasil, representan a América Latina desde hace cinco años y estuvieron presentes en la reunión de Rio de Janeiro, la primera que se realiza en la región, con 22 políticos, intelectuales y periodistas invitados.
La reunión lamentó la ausencia de dos miembros africanos del Consejo, los ex presidentes Olusegun Obasanjo, de Nigeria, y Kenneth Kaunda, de Zambia, actualmente presos en sus países por razones políticas.
Los ex mandatarios discutieron además otros temas mundiales actuales y aprobaron recomendaciones.
Tras analisar la crisis financiera asiática, recomendaron a los gobiernos la creación de un fondo destinado a "prevenir crisis monetarias en las economías emergentes" y a fortalecer la capacidad del Fondo Monetario Internacional, exigiéndole mayor transparencia en sus actividades.
Japón puede provocar daños a la economía mundial peores que los ocurridos recientemente, por eso es necesario que estabilice su sistema financiero y se recupere, observó el Consejo, que aplaudió la creación de la moneda única de la Unión Europea y la integración regional latinoamericana, en especial el Mercosur.
La Ayuda para el Desarrollo Oficial no deberá favorecer a países cuyos gastos militares superen los de educación y salud sumados, y tampoco a los que no mejoran la educación de niñas y mujeres ni facilitan servicios de planificación familiar, según los ex gobernantes.
Arias destacó que esa ayuda alcanza a 55.000 millones de dólares al año, lo que equivale a "sólo un cuarto del total de subsidios que conceden los países ricos a sus 12 o 13 millones de agricultores, mientras los pobres en el mundo son 4.000 millones".
Los países en desarrollo "tienen también la culpa" por la pobreza, ya que siguen destinando 150.000 millones de dólares a gastos militares, a "juguetes caros que sirven para oprimir, torturar y reprimir", concluyó el ex presidente de Costa Rica. (FIN/IPS/mo/ag/ip/98