México defrauda a la comunidad internacional por su actitud defensiva y hermética frente al caso de las redes de explotación sexual de menores, un problema creciente en este país, señaló la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La mayoría de los funcionarios de turismo, aduanas y migración de México "se hallan en la etapa de negación del problema, lo que es de lamentar", según el informe de la ONU, firmado por Ofelia Calceta, relatora especial del foro internacional sobre venta de niños y prostitución infantil.
El documento, difundido el martes en la capital, descubre en México "lagunas y disparidades jurídicas" para combatir el abuso sexual de niñas y niños, y algunas autoridades encargadas de enfrentar el problema están más dedicadas "a cuestiones políticas".
Unos 100 niños y adolescentes mexicanos caen en promedio por mes en las redes de explotación sexual de menores, calculan organizaciones no gubernamentales locales.
Calceta visitó México en noviembre, alarmada por las denuncias y por las comprobaciones que siguieron en 1996 al desmantelamiento de una organización delictiva dedicada a editar y vender material con pornografía infantil.
La funcionaria afirma haber descubierto en su visita complicidad de algunas autoridades, especialmente policías, con los responsables de la explotación sexual de niñas y niños, una hecho que "perpetúa una cultura de impunidad".
En el informe, presentado a la comisión de Derechos Humanos de la ONU, Calceta no menciona un documento que le presentó el gobierno de Ernesto Zedillo, que reconoció el caso de la explotación sexual de menores e informó que las principales víctimas son niños y niñas que viven y trabajan en las calles.
Las autoridades mexicanas dieron atención al problema luego de que la policía de Estados Unidos detuvo en mayo de 1996 a miembros de una banda que distribuía videos pornográficos y enviaba fotos de menores desnudos vía correo electrónico. Según las pesquisas, el material era producido en México.
Dos meses después de la acción, autoridades mexicanas detuvieron en el balneario de Acapulco a seis personas, a quienes se les decomisó drogas, equipo de video y de fotografía, instrumentos sadomasoquistas, armas y alrededor de 20 películas pornográficas, en la mayoría de las cuales aparecen menores de 10 años.
Tras revisar el material requisado, la Procuraduría General informó que los delincuentes utilizaban desde niños recién nacidos hasta jóvenes entre 15 y 18 años.
Las investigaciones permitieron descubrir que la actividad ilícita se mantenía gracias a los pagos que hacían unos 4.600 clientes estadounidenses.
La relatora especial de la ONU sobre venta de niños y prostitución infantil afirmó que, si bien el caso descubierto en Estados Unidos fue conocido e investigado en México, funcionarios de aduanas niegan hasta hoy la existencia del problema de la explotación sexual de menores.
La actitud de funcionarios de aduanas y del sector turístico impide investigar con mayor profundidad el abuso sexual de menores y el tráfico de pornográfia en zonas fronterizas con Estados Unidos, donde el problema es creciente, dijo Calceta.
Es claro que la redes que producen pornografía infantil en México prefieren las ciudades fronterizas, pues allí encuentran facilidades para transportar los materiales a Estados Unidos, señaló la funcionaria.
En México habría actualmente unos 5.000 niños vinculados a la prostitución, la pornografía y el llamado turismo sexual, según Elena Azona, especialista en el tema.
El informe de la relatora de la ONU indica los mayores problemas de prostitución infantil se registran en la ciudades fronterizas de Tijuana y Juárez, en la capital, en los balnearios de Jalapa y Cancún y en el puerto de Veracruz.
Las autoridades de ciudad de México desmatelaron en marzo una red de prostitución protegida por policías. De acuerdo con las investigaciones, las prostitutas eran menores de edad y casi todas procedían de zonas rurales. (FIN/IPS/dc/ff/hd/98