La Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHA) declaró su convicción de que la investigación del asesinato del obispo Juan Gerardi, ocurrida hace un mes, avanza con "lentitud y negligencia".
Gerardi fue muerto la noche del 26 de abril cuando regresaba a su hogar en la casa parroquial de la Iglesia San Sebastián, en pleno centro de la capital de Guatemala y a corta distancia de la residencia del presidente de la República.
El religioso sufrió golpes contundentes con un pesado bloque de cemento y fue encontrado horas después con el rostro y el cráneo destrozados.
El asesinato de Gerardi se produjo menos de tres días después de que el obispo presentó el informe "Guatemala: Nunca más", resultado de una investigación que insumió tres años a la Iglesia Católica y que documentó 55.000 casos de violaciones de derechos humanos durante más de tres décadas de guerra civil.
El sacerdote muerto era coordinador de la ODHA, oficina que impulsó el proyecto Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi) que se encargó de la investigación.
El informe atribuyó al ejército 80 por ciento de las violaciones de derechos humanos durante la guerra civil, nueve por ciento a la hoy desmovilizada Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca y el resto a criminales no identificados.
Organizaciones humanitarias y la propia iglesia católica calificaron el asesinato de Gerardi de "crimen político", a pesar de los intentos del gobierno de atribuirlo a delincuentes comunes.
El gobierno pidió la colaboración de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) para investigar el caso, cuyos funcionarios se sumaron a los investigadores guatemaltecos sin que hasta el miércoles pasado se hubiera conocido resultado alguno.
La Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala (Minugua) expresó este miércoles que reconoce el esfuerzo del gobierno para esclarecer el caso "a pesar de la ausencia de avances decisivos hasta el momento".
Minugua recomendó fortalecer la capacidad del Ministerio Público con el objeto de que este organismo conduzca la investigación, "dotándole de todos los recursos humanos y materiales para el eficaz desempeño de su función".
"Es significativo que el fiscal especial del caso cuente con tan solo tres auxiliares" aunque se trata de "una investigación particularmente compleja", advirtió la agencia de la Organización de las Naciones Unidas.
El fiscal que investiga la masacre de indígenas a manos de una patrulla del ejército ocurrida en 1995 en Xamán dispone de siete auxiliares, y el funcionario a cargo del caso Moreno, referido a contrabando y evasión fiscal, cuenta con 20 asistentes, recordó la Minugua.
La Misión consideró también que es importante, para la eficacia y credibilidad de la investigación, que todas las pistas se exploren a fondo y que las autoridades mantengan debidamente informada a la ciudadanía, dentro de los límites que impone el caso.
Por su parte, la Iglesia Católica se mostró desilusionada con los resultados de las investigaciones del gobierno.
"Todo parece indicar que las investigaciones no conducen a pistas con mucho futuro, por lo que estamos satisfechos del esfuerzo pero desilusionados con los resultados", dijo el obispo Rodolfo Valenzuela, presidente de la Comisión de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG).
La CEG reclama el esclarecimiento del caso y continuará presionando en ese sentido pero no emplazará al gobierno, pues comprende que una investigación puede llevar más o menos tiempo, agregó Valenzuela.
"Las evidencias, que producirán conclusiones, nos van a permitir demostrar algunas hipótesis y descartar otras" en los próximos días, sostuvo, a su vez, la directora de la gubernamental Comisión Presidencial de Derechos Humanos, Marta Altolaguirre, quien lamentó el desaliento de la Iglesia
"Tengo gran confianza en que se llegará a identificar al autor o autores del crimen" dijo Altolaguirre.
Por su parte, el fiscal especial a cargo del caso, Otto Ardón, dijo que la "desilusión" de la CEG no le merece comentarios, pues solo ha transcurrido un mes desde el asesinato. "Hemos avanzado bastante" en ese tiempo, afirmó.
Pero si las evidencias físicas del asesinato de Gerardi, que se analizan en Estados Unidos, pueden revelar algo, habrá que esperar por lo menos tres meses para saberlo, pues el FBI dispondrá de ese lapso para efectuar el estudio.
Sin embargo, al cumplirse un mes del asesinato, las hipótesis acerca del móvil son varias, y hay distintas versiones respecto de la fecha en que las evidencias fueron enviadas a los laboratorios del FBI.
Carlos Vielman, un joven alcohólico, es el único detenido por el caso, pero la propia Iglesia ha manifestado su incredulidad acerca de que se trate del autor del crimen.
La líder indígena y premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú asistió el domingo pasado a la misa oficiada por el papa Juan Pablo II en Turín, Italia, en homenaje a la memoria de Gerardi.
Menchú afirmó que pedirá el apoyo del Papa para la campaña que se desarrolla en Guatemala para reclamar "una investigación seria" de parte del gobierno, que lleve a la captura de los responsables del asesinato del obispo.
"Este crimen no permanecerá impune, sobre todo pensando en la envergadura moral del prelado asesinado y su acción a favor de la justicia social" señaló Menchú.
El asesinato del obispo Gerardi es el hecho de violencia más importante ocurrido tras la firma de la paz en diciembre de 1996. (FIN/IPS/cz/mj/ip hd/98