/BOLETIN-DD HH/ GUATEMALA: Asesinato de obispo continúa sin solución

El asesinato del obispo Juan Gerardi en Guatemala continúa sin solución al cumplirse 15 días, pese a la intervención de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos.

Las autoridades policiales aseguran que ellos fueron los primeros en llegar al lugar del crimen, pero una fuente del Arzobispado asegura que antes alguien ordenó lavar la sangre en pisos y paredes, lo que borró evidencias de gran valor.

El asesinato se produjo en la noche del 26 de abril en la entrada de la casa parroquial de la iglesia de San Sebastián, donde el obispo fue golpeado con una pesada piedra que le destrozó el cráneo y el rostro.

El hecho ocurrió dos días después que la Iglesia Católica presentara el informe de Recuperación de la Memoria Histórica, titulado "Guatemala: Nunca Más", una extensa investigación coordinada por Gerardi sobre las violaciones de los derechos humanos durante los 36 años de conflicto armado interno.

El informe de la Comisión, creada en el marco de los acuerdos de paz para investigar las violaciones de los derechos humanos, acusa al ejército de Guatemala de 80 por ciento de las mismas y a la guerrilla de nueve por ciento, mientras no pudo determinar a los responsables del restante 11 por ciento.

El asesinato fue calificado como un crimen político por organizaciones de defensa de los derechos humanos, en tanto el gobierno replicó que no debía calificarse de esa manera hasta no conocer los resultados de la investigación.

Las declaraciones de testigos que la noche del asesinato se encontraban en una plaza frente a la iglesia, llevó a la detención de Carlos Alberto Vielman. Pero el diario Siglo Veintiuno publicó que sus características físicas no coinciden con las del sospechoso.

El diario señaló como sospechoso a Rafael Perdomo "El Chino", quien tras allanarse su vivienda no fue detenido.

Además, Vielman mide 1,55 metros, frente a 1,85 de Gerardi, lo que le habría dificultado golpearlo en la cabeza, señaló el fiscal Otto Ardón.

La madre del acusado, Matilde Alemán, dijo que su hijo es alcohólico y que ese día se encontraba en estado de ebriedad.

El martes pasado, Vielman fue llevado a tribunales donde declaró a la prensa que es inocente y nunca conoció al obispo asesinado.

El ministro de Gobernación (Interior), Rodolfo Mendoza, declaró que la prueba del detector de mentiras efectuada por el FBI al testigo que identificó a Vielman como el asesino del obispo, confirmó que decía la verdad.

Mientras, la Iglesia Católica continúa resistiéndose a integrar la comisión investigadora de alto nivel, como solicitó el gobierno.

"Los obispos no son criminólogos ni investigadores", argumentó el lunes el presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Víctor Hugo Martínez.

La Unión Europea reclamó al gobierno guatemalteco que facilite una amplia investigación del asesinato de Gerardi, respalde a la Comisión para el Esclarecimiento Histórico y garantice la seguridad de sus integrantes.

El presidente Alvaro Arzú declaró al diario Prensa Libre que "hay elementos probatorios importantes" contra Vielman, pero aún así no quiere culparlo hasta que concluya la investigación.

Arzú reconoció que el asesinato del obispo afectará la imagen de Guatemala en el exterior, pero aseguró que "los países amigos han sido respetuosos y responsables en sus declaraciones" y "no han adelantado ningún tipo de especulaciones". (FIN/IPS/cz/ag/ip- hd/98

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