Grupos internacionales y activistas de los derechos humanos redoblaron esfuerzos por mejorar la protección de los derechos de los trabajadores y las normas laborales esta semana en que el sistema mundial de comercio multilateral celebró su 50 aniversario.
Un compromiso para poner fin a violaciones de derechos como la explotación de 250 millones de niños ayudará a dar al sistema mundial de comercio una necesaria "faceta humana", afirman.
Las protestas de organizaciones no gubernamentales (ONG) y grupos de ciudadanos se sucedieron en los dos días previos al inicio de la cumbre de líderes mundiales y ministros realizada entre el lunes y miércoles, donde se celebró el 50 aniversario de la organización mundial.
Las ONG acusan al sistema mundial de comercio de haber favorecido la explotación de los trabajadores, mientras permite que gigantes multinacionales hagan más y más ganancias.
"Las demostraciones son una indicación de la disconformidad de la gente ante la globalización", dijo Giampiero Alhadeff, secretario general de Solidar, alianza de ONG del desarrollo y el bienestar social. "Existe el temor de que los gobiernos no puedan enfrentar el poder de las compañías multinacionales".
Pero muchos de los ministros y autoridades de comercio en el encuentro de la OMC insistieron en que la ruptura de las barreras comerciales durante los últimos 50 años produjo una prosperidad sin precedentes para el mundo.
"El comercio ha sido un poderoso motor para el futuro", dijo Renato Ruggiero, presidente de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que en enero de 1995 suplantó al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT).
Ruggiero, anfitrión de las celebraciones de la OMC, en las que participaron, entre otros, los presidentes Bill Clinton, de Estados Unidos, Nelson Mandela, de Sudáfrica, y Fidel Castro, de Cuba, insiste en que los 132 miembros de la agencia deben empezar a pensar sobre nuevas aperturas del mercado.
La Unión Europea también presionó por una nueva ronda de discusiones sobre comercio para eliminar las barreras remanentes del libre comercio.
Muchas ONG y grupos internacionales dicen no oponerse a nuevos esfuerzos por la liberalización del comercio, teniendo en cuenta que nuevas conversaciones de comercio lanzadas por la OMC también incluyen una promesa de protección de los derechos de los trabajadores.
"Nuestra tarea es recordar que hay un aspecto subyacente al mercado mundial que debe ser encarado para que la profundización de la liberalización del comercio y la inversión gane el respaldo popular", subrayó Bill Jordan, secretario general de la Confederación Internacional de Uniones Sindicales Libres (CIOSL).
La CIOSL representa los intereses de grupos de trabajadores en 120 países.
Un sistema universal que garantice la voz de los trabajadores sobre la forma en que se comparten los dividendos del crecimiento comercial es de primera necesidad, dijo Jordan.
La CIOSL ha llevado adelante una campaña por la llamada "cláusula laboral" que vincule normas comerciales y laborales. Sin esta conexión, los trabajadores en países en desarrollo continuarán siendo explotados por empresas que intentan desplazar a sus competidores.
Los sindicatos no se oponen a la competencia, pero si esta no es regulada, puede conducir a acciones inescrupulosas que ningún partidario del libre comercio puede defender.
Aunque el gobierno de Estados Unidos y muchos de la Unión Europea respaldan la conexión, varios países en desarrollo se oponen.
"Tememos que la medida produzca mayor proteccionismo en mercados occidentales", dijo un delegado asiático a la OMC. "Una cláusula laboral podría ser mal utilizada por Europa y Estados Unidos para excluir bienes competitivos hechos en países más pobres y de menores salarios".
En gran parte debido a presiones de países asiáticos y otros en desarrollo, una reunión ministerial en Singapur en diciembre de 1996 acordó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y no la OMC, está mejor equipada para tratar con temas de derechos laborales.
Desde entonces la OIT intenta aumentar su papel supervisor, pero los sindicatos advierten que la agencia carece de poderes para hacer cumplir normas. La OMC, por el contrario, tiene la competencia para castigar a miembros que violan sus reglas acordadas internacionalmente.
La CIOSL afirma que, mientras la OIT debe mantener su autoridad para negociar acuerdos comerciales, la OMC debe convertirse en "policía de último recurso" si los gobiernos siguen violando las normas laborales.
La confederación de sindicatos identificó cuatro normas laborales claves que, afirma, deben ser parte de la futura agenda de la OMC.
Estas incluyen el derecho a la sindicalización y la negociación coleciva, la libertad del trabajo servil y el trabajo infantil y la no discriminación basada en el género, la raza o la religión. (FIN/IPS/tra-en/si/rj/lp/if lb/98