La Organización de las Naciones Unidas (ONU) necesita 74 millones de dólares para ayudar a las decenas de miles de afectados por el desastre de la central nuclear de Chernobyl, en Ucrania, pero la comunidad internacional sólo ha aportado 1,4 millones.
"Me siento frustrado y desilusionado", declaró Sergio Vieira de Mello, subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, frente a la pobre respuesta de los donantes del Norte industrializado.
Considerado el peor accidente nuclear de la historia, la serie de incendios y explosiones en la central de Chernobyl, cerca de Kiev, ocurrida el 26 de abril de 1986, causó la muerte a 31 personas y dispersó material radiactivo sobre Europa occidental y oriental.
Los tres países más afectados por la tragedia fueron Belarús, Rusia y Ucrania. Los expertos atribuyen a la radiación liberada en la atmósfera decenas de miles de muertes por cáncer, así como el incremento de defectos congénitos registrado en esas tres repúblicas ex soviéticas desde 1986.
"No se superan las consecuencias de una tragedia nuclear en cuestión de meses o años. Doce años después, no hay nada que celebrar", comentó Vieira de Mello.
Las agencias de la ONU necesitan dinero para programas humanitarios destinados a investigar y atender problemas de salud y para rehabilitación psicosocial y ambiental, explicó el subsecretaro general.
Vieira de Mello también dijo que entre los proyectos de la ONU se incluyen el diagnóstico y el tratamiento de cáncer de tiroides, de leucemia y diversos linfomas, y la investigación de las consecuencias de la radiación en los progenitores, para controlar la salud de sus descendientes.
El funcionario señaló que la radiación afectó de gravedad a miles de "combatientes nucleares" que trabajaron en forma voluntaria durante las primeras etapas de la catástrofe. El programa de la ONU "los ayudaría a sobrevivir, si es posible", añadió.
La ONU continuará con sus gestiones para recaudar los fondos necesarios, aunque la respuesta de la comunidad de donantes no es alentadora, indicó Vieira de Mello.
En Rusia, 19 regiones y 56.000 kilómetros cuadrados quedaron contaminadas por la radiación, explicó la semana pasada el embajador ruso ante la ONU, Sergey Lavrov.
Desde 1989, Moscú realizó varios programas para ayudar a reubicar y emplear a 50.000 personas afectadas por el desastre de Chernobyl. Además, se construyeron más de dos millones de metros cuadrados de viviendas, junto con escuelas, hospitales y clínicas.
A pesar de estos esfuerzos, las secuelas de la catástrofe son todavía severas, dijo Lavrov. Cuarenta mil de los 350.000 rusos que participaron en la eliminación de las consecuencias del desastre quedaron discapacitados.
La última conferencia de países donantes, celebrada hace dos meses en Ginebra, fue una desilusión, comentó Lavrov. Pero el embajador espera llamar la atención de la comunidad internacional con ayuda de los medios de comunicación.
"La ONU puede concienciar a los donantes hasta cierto punto, y los medios de comunicación deben ayudar a concentrar la atención en las consecuencias duraderas de Chernobyl", señaló el diplomático.
El embajador Alyaksandr Sychou, de Belarús, declaró a la prensa que más de 70 por ciento de la radiación de Chernobyl cayó sobre su país. La contaminación a largo plazo subre casi 23 por ciento del territorio de Belarús, que "perdió así tierras y bosques", añadió.
Se calcula en 235.000 millones de dólares el daño sufrido por Belarús, de 10,5 millones de habitantes y un ingreso anual per cápita de 2.200 dólares.
En los últimos 12 años, el gobierno destinó entre 15 y 20 por ciento del presupuesto nacional para mitigar las consecuencias del accidente nuclear, informó Sychou.
El embajador Volodymyr Yelchenko, de Ucrania, advirtió que su país "soporta la parte más pesada de la carga". Las pérdidas irremediables que causó el accidente representan entre 120.000 y 130.000 millones de dólares, 10 veces más que el ingreso anual por exportaciones.
"El gobierno destinó más de 1.000 millones de dólares anuales para la protección social de la población afectada, pero los esfuerzos no cubrieron las necesidades reales", afirmó.
Belarús, Rusia y Ucrania solicitaron la asistencia del recién creado Fondo Turner, financiado con los 1.000 millones de dólares que ofreció a la ONU el empresario estadounidense Ted Turner. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq-ff/en he/98