El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entregó a México 2,7 millones de dólares destinada a apoyar la eliminación en la industria de los cloroflurocarbonos (CFC), sustancias que destruyen la capa de ozono.
Con el apoyo del PNUD, las inversiones del sector privado y el respaldo de organismos estatales, México camina seguro hacia la meta de suprimir para 1999 los CFC de la gran mayoría de sus productos industriales, afirman portavoces del Instituto Nacional de Ecología.
Según el italiano Bruno Guandalini, representante del PNUD en México, el país latinoamericano, que recibió el dinero el martes pasado, "ha realizado un excelente trabajo en la protección de la capa de ozono y va a la vanguardia en muchos aspectos".
La agencia de las Naciones Unidas, que para el caso de la protección de la capa de ozono canaliza recursos y asistencia del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, mantiene a México como una de sus prioridades en el apoyo para eliminar los CFC.
Los 17,2 millones de dólares que en los últimos cuatro años entregó el PNUD a México para ese fin constituyen el presupuesto más alto proporcionado por esa agencia a un país de América Latina y uno de los más importantes del mundo.
El apoyo es elevado, pues México tienen una de las más importantes plantas industriales exportadoras, los empresarios demuestran interés en proteger la capa de ozono y el gobierno comprometió su palabra con el Protocolo de Montreal, explicó Guandalini a IPS.
Para cumplir las metas del acuerdo internacional, firmado en 1987 con el objetivo de detener la producción de CFC, sustancias usadas como espumas, refrigerantes, solventes y aerosoles, el PNUD canalizó desde 1991 recursos por 100 millones de dólares en 37 países.
Las regiones industrializadas se comprometieron con el Acuerdo de Montreal a eliminar los CFC en enero de 1996 para la mayoría de sus aplicaciones, mientras las que se consideran en vías de desarrollo deberán hacerlo antes del 2010.
México está en la segunda catgoría. Sin embargo, ya dio pasos firmes hacia la meta y al finalizar el próximo año la habrá cumplido.
Gracias al dinero y la asistencia técnica canalizada por el PNUD, 10 empresas locales suprimieron el uso de CFC y 62 más están a punto de hacerlo. "Las 72 empresas que recibieron ayuda representan lo principal de la industria local que usa CFC", indicó Guandalini.
En materia de aesoroles, los avances de México han llegado al punto que 99 por ciento de esos productos ya no contienen CFC.
Pero aunque México se mantiene como uno de los líderes en suprimir el uso de los CFC, en su territorio se asientan varias empresas que aún producen esas sustancias para exportar o abastecer a firmas locales que las requieren.
"No hacemos nada ilegal. Aún tenemos derecho a producir CFC, pues hay un mercado que lo demanda", dijo a IPS José Angel Anidón, gerente comercial de Quimobásicos, una de empresas mexicanas que trabajan con esas sustancias.
Organizaciones ambientalistas de Estados Unidos y Canadá han detectado los últimos años tanques de CFC producidos en México que llegan de contrabando a sus países.
Guandalini señaló que esos problemas podrían considerarse marginales en relación con el interés que la mayoría de empresarios y el gobierno mexicano expresan para terminar con el uso de los químicos que destruyen la capa de ozono.
El ozono, que se ubica en en estratósfera de la Tierra (15 a 50 kilómetros de altura), es un escudo natural que protege a los organismos vivos de los efectos nocivos de la radiación ultravioleta que produce el Sol.
Múltiples investigaciones, entre ellas algunas realizadas por el premio Nobel de Química mexicano Mario Molina, demostraron hace más de una década que los CFC destruyen la capa de ozono, por lo que se acordó eliminar su uso en forma progresiva.
"México debe estar orgulloso, pues en líneas generales está cumpliendo muy bien con sus compromisos en la defensa de la capa de ozono", declaró el representante del PNUD, organismo que maneja proyectos por 30 millones de dólares en este país. (FIN/IPS/dc/mj/en/98
