El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, sancionó a India como reacción a dos nuevas pruebas nucleares, lo cual tendrá un "profundo efecto" en las relaciones entre ambos países, anunció el Departamento de Estado.
A la vez, Clinton envió el miércoles a Pakistán a dos altos funcionarios, uno de ellos el director de su Comando Central militar, para persuadir al primer ministro Nawaz Sharif de cancelar posibles planes para realizar sus propias pruebas nucleares como respuesta a las cinco bombas detonadas por India desde el lunes.
Los organismos de inteligencia de Estados Unidos, que no detectaron la preparación de las pruebas indias, informaron que se intensificó la actividad esta semana en sitios de Pakistán donde se realizarían pruebas nucleares, informaron funcionarios de Washington.
Mientras, funcionarios y legisladores estadounidenses advirtieron el miércoles que una prueba paquistaní no sólo generaría sanciones drásticas contra Islamabad, sino que arriesgaría desatar una "reacción en cadena" de otros estados en el umbral nuclear que podrían acelerar sus programas atómicos.
"Otros países tratarán de seguir el ejemplo (de India) a menos que podamos intervenir políticamente para persuadirlos de que no lo deben hacer", declaró el secretario de Defensa, William Cohen.
Las pruebas indias, añadió, "presionarán a Pakistán" para que responda con la misma moneda. "Exhortamos a Pakistán para que tenga moderación y no siga el ejemplo" de India.
El gobierno también comunicó a los legisladores de Washington que las pruebas indias revelan la urgencia que existe para ratificar el Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares, cuya aprobación por el Senado está pendiente.
Pero influyentes senadores republicanos, entre ellos el líder de la mayoría Trent Lott y el presidente del comité de Relaciones Exteriores, Jesse Helms, opinaron que el Tratado se debe archivar.
Cionco días después del anuncio de India sobre la realización de tres pruebas nucleares subterráneas, la posibilidad de un quiebre importante en la relación bilateral con Estados Unidos parece muy cercana.
La Ley de Prevención de la Proliferación Nuclear, de 1994, aplicable a los países que no son estados nucleares declarados y detonan un aparato atómico, no otorga al presidente la facultad de modificar o hacer excepciones a las sanciones que estipula, señaló Clinton.
"Para retirar las sanciones, como yo interpreto la ley, el Congreso tendría que votarlo", explicó Clinton durante una conferencia de prensa realizada en conjunto con el canciller (jefe de gobierno) alemán Helmut Kohl, en Potsdam, Alemania.
Las sanciones son graves y colocarán a India, prácticamente de un día para otro, dentro del grupo de "estados renegados" en el que se encuentran enemigos de Estados Unidos como Birmania, Cuba, Irán, Iraq y Libia.
Entre las sanciones de Washington se incluyen el cese de la ayuda, excepto la humanitaria, la prohibición de venta de armas y financiación militar, la suspensión de los préstamos bilaterales y la oposición de Estados Unidos a otorgarle créditos en las instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las sanciones también prohíben la exportación de ciertos artículos de alta tecnología que se podrían utilizar con fines militares o nucleares. La medida impedirá que India tenga acceso a supercomputadoras fabricadas en Estados Unidos, las más rápidas y complejas del mundo.
Si Washington logra que otros países industrializados sigan su ejemplo, el efecto de las sanciones en India, uno de los países más pobres del mundo, podría ser radical.
Aunque India no solicita préstamos al FMI desde 1993, recibió más de 1,500 millones de dólares del Banco Mundial y su filial de créditos blandos, la Asociación para el Desarrollo Internacional, sólo en 1997.
Este mes, la junta directiva del Banco tenía previsto aprobar 567 millones de dólares en nuevos préstamos para Nueva Delhi. Ahora, la medida está en duda. Hasta el momento, la institución financiera prestó más de 15.000 millones de dólares a India, su principal cliente.
Para que la oposición de Estados Unidos a nuevos préstamos para India en instituciones financieras internacionales se haga efectiva, Washington sólo necesita el respaldo de algunos países industrializados, como Alemania y Japón.
Japón declaró que está considerando suspender su programa de ayuda bilateral a India, el más grande que recibe Nueva Delhi, y Kohl dijo el miércoles que Alemania "analizará detalladamente las sanciones".
"No hay dudas de que el gobierno federal (alemán) dejará en claro que esta decisión de India fue equivocada, que no aceptamos esa decisión y que no vemos ninguna razón que la justifique", añadió Kohl. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq-ml/ip/98