El nivel mundial del mar puede aumentar entre cuatro y seis metros a partir del 2000, a causa de las emisión de gases que recalientan el planeta y provocan el derretimiento del casco de hielo de la Antártida occidental, advirtió esta semana un estudio.
Utilizando recientes avances tecnológicos en los modelos climáticos y nueva investigación científica sobre el hielo y los océanos, Michael Oppenheimer, del Fondo de Defensa Ambiental, con sede en Nueva York, hizo tres predicciones sobre el impacto del cambio climático en la capa de hielo de la Antártida.
En dos de los tres escenarios, el deshielo total elevaría el nivel del mar entre cuatro y seis metros, causando inundaciones costeras planetarias, escribió Oppenhaeimer en el número de la publicación "Nature" de el miércoles pasado.
En el tercer escenario, el desplazamiento interno del hielo dentro del casco helado enlentecería la descongelación.
Con sus 3,8 millones de kilómetros cúbicos de hielo en el polo sur, el casco antártico occidental plantea "la amenaza más inmediata para un gran aumento del nivel del mar, debido a su inestabilidad potencial", dijo Oppenheimer.
Cambios en la temperatura y la circulación del océano que acompañarán el recalentamiento mundial podrían desintegrar la enorme capa de hielo a partir del próximo siglo, dijo.
Las tres posibilidades, sin embargo, están basadas en aumentos de las tasas de deshielo que podrían ser peores si no se reducen las emisiones de los gases con efecto invernadero, alertó.
La capa de hielo del oeste de la Antártida atrajo la atención hace 30 años, cuando científicos sugirieron que el recalentamiento mundial causado por los gases con efecto invernadero causaría su desintegración.
Las emisiones de gases invernadero, incluyendo dióxido de carbono, creadas por la combustión de carbón, gas y petróleo, causan, según creen la mayoría de los científicos de la atmósfera, el recalentamiento de la superficie de la Tierra y cambios en el clima mundial.
En 1995, un panel internaiconal de científicos asesor de la Organización de las Naciones Unidas predijo que las temperaturas promedio mundiales aumentarían entre uno y 3,5 grados Celsius durante el próximo siglo.
El año pasado, científicos declararon a 1997 el año más cálido registrado hasta el momento, y el hecho de que nueve de los 11 últimos años fijaron nuevas marcas impulsó la visión de que las emisiones invernadero estaban aumentando la temperatura media.
Con el tiempo, estos aumentos causarían cambios en el clima, incluyendo mayor frecuencia e intensidad de las tormentas, inundaciones, olas de calor y sequías, sostuvieron los científicos.
Para enfrentar esta amenaza, 38 países industrializados acordaron, en una conferencia en diciembre del año pasado en Kyoto, Japón, reducir sus emisiones de seis gases invernadero alrededor de seis por ciento entre el 2008 y el 2012.
Mientras países trabajan sobre los detalles del acuerdo de Kioto, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático declaró que la falta de compresión científica de los efectos del recalentamiento mundial sobre el casco de hielo de la Antártida occidental limita la capacidad de predecir el riesgo del derretimiento.
Pero Oppenheimer advirtió que, mientras los países comienzan a formular políticas sobre el recalentamiento mundial, "los riesgos potenciales del colapso de la capa de hielo son demasiado grandes e irreversibles" como para ser considerados más adelante.
Puntos de vista científicos conflictivos sobre el efecto del recalentamiento en las capas de hielo han confundido el tema, sostuvo Oppenheimer.
Hasta hace poco, estudios científicos alegaron que la capa de hielo occidental y la Antártida en su conjunto crecían en lugar de desintegrarse o derretirse.
Además, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático estimó que durante el último siglo la Antártida no causó un aumento de los niveles del mar.
Pero recientes estudios encontraron altos niveles de derretimiento bajo el hielo flotante, agregó el experto. Junto al descubrimiento del empequeñecimiento de varios icebergs, estos nuevos índices de derretimiento excedían el crecimiento estimado del hielo en el casco de la Antártida occidental.
Oppenheimer señaló estudios sobre dos plataformas de hielo al norte del casco de hielo antártico occidental que se estaban desintegrando desde hace décadas, posiblemente a causa del calentamiento atmosférico local.
Aunque la mayoría de los científicos estuvieron de acuerdo en que el casco perdía su tamaño, no coincidieron en la rapidez del descongelamiento y sus consuecuencias posibles.
En un esfuerzo por simplificar la polémica, Oppenheimer produjo lo que creyó serían los tres efectos más probables del calentamiento mundial del casco.
Aunque la mayor parte del aumento del nivel del mar ocurriría más allá del siglo XXI, y duraría varios cientos de años, el proceso podría comenzar en 50 años. Algunos informes sostienen que el proceso ya comenzó.
En el tercer escenario, Oppenheimer estimó que el desplazamiento interior del hielo dentro del casco posiblemente causaría que el descongelamiento fuera más lento.
Debido a la acumulación de dióxido de carbono, y el largo tiempo que requieren los océanos para enfriarse una vez que se han calentado, si no se toman medidas políticas contra el fenómeno, los efectos del cambio climático se dejarán sentir durante los próximos siglos, dijo Oppenheimer.
"Las decisiones estudiadas ahora podrían afectar irreversiblemente en el futuro lejano al casco antártico occidental", declaró.
"Si las emisiones mundiales siguen cualquiera de los varios escenarios del Panel Intergubernamental durante el siglo XXI, podría crearse suficiente cambio climático para que, sin importar qué respuestas políticas se adopten, pueda asegurarse un adelgazamiento sustancial de parte del casco duante el siglo XXII", afirmó. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp/en/98