/BOLETIN-AMBIENTE/

Los incendios que ya destruyeron más de 160.000 hectáreas de bosques en Guatemala ponen en peligro los parques nacionales que guardan tesoros de la civilización maya, al tiempo que las autoridades de salud se declararon en alerta roja.

Un manto de bruma, cada vez más oscuro, cubre también a la capital, pues los vientos desplazaron el humo generado por los incendios forestales en el norte del país, en especial en el departamento de Petén.

Las autoridades meteorológicas prevén que el humo permanecerá por varios días en la ciudad de Guatemala, donde aumentaron los casos de conjuntivitis, dermatitis, alergias y enfermedades broncopulmonares.

Las líneas aéreas comerciales debieron desviar sus vuelos a El Salvador esta semana porque la escasa visibilidad les impedía aterrizar en Guatemala.

La situacion es excepcional en Guatemala, país célebre por la brillantez de un sol cuyos rayos no logran hoy traspasar la espesa capa de humo.

El gobierno de Alvaro Arzú ha declarado estado de alerta roja nacional desde el domingo 17. El ejército trasladó el lunes pasado a 1.100 hombres a Petén para colaborar en la lucha contra los incendios.

Por otra parte, brigadas por bomberos y miembros de organizaciones ambientalistas viajaron a la Reserva de la Biósfera Maya (RBM), un área de 21.000 kilómetros cuadrados en Petén equivalente a 19 por ciento del territorio nacional.

La RBM contiene la mayor parte del bosque tropical que aún queda en Guatemala, y la mitad de la superficie boscosa del país.

El viceministro de Cultura, Carlos Zea Flores, dijo que el Parque Nacional Tikal, mayor monumento arqueológico del país, se encuentra a salvo, ya que el cambio del viento condujo hacia el sur el fuego que había llegado el miércoles a 10 kilómetros del lugar.

Claudio Cabrera, del Instituto Nacional de Bosques (INAB), informó que 99 por ciento de los incendios forestales en la Reserva de la Biosfera Maya son provocados por el hombre.

Las quemas de terrenos para ampliar predios agrícolas o encubrir talas ilícitas constituyen "un factor determinante entre las causas de los incendios forestales", señaló Cabrera.

El funcionario agregó que el fuego ha afectado hasta ahora alrededor de 160.000 hectáreas, lo que representa cuatro por ciento del total de superficie con bosques del país. Los incendios se agravaron por la sequía que provocó el fenómeno de El Niño, además de las quemas provocadas.

La Fuerza Aérea no pudo utilizar sus helicópteros para combatir el fuego porque la densa humareda impide el vuelo sobre las áreas afectadas, por lo que Estados Unidos prometió el envío de aparatos especiales modelo Chinook, capaces de transportar gigantescas bolsas de agua.

El vicepresidente y presidente en ejercicio, Luis Flores, expresó su preocupación de que fuertes vientos agraven los incendios, y llamó a la población a conformar patrullas de voluntarios que estén dispuestos a viajar a Petén.

Flores dijo que era imposible garantizar la protección de algunos de los 2.500 centros arqueológicos más pequeños, porque las fuerzas deben concentrarse en la salvaguarda de los principales.

Gina Sánchez, portavoz de la organización ambientalista Greenpeace International, dijo a IPS, que no se notaron mayores esfuerzos por parte del gobierno para prevenir estas situaciones.

"Este año se han quemado ya 2.000 kilómetros cuadrados de bosques, mientras en todo 1997 se habían quemado 200 en total" dijo Sánchez.

Los incendios que se han producido desde principios de año se agravaron la semana pasada.

Los parques nacionales de Tikal, Laguna del Tigre y Sierra del Lacandón, así como el biotopo El Zotz, fueron declaradas áreas prioritarias en el control de incendios en Petén, que se definieron de acuerdo con la gravedad de los siniestros.

Mientras las autoridades luchan con escasos recursos contra el imparable fuego, el Consejo de Ancianos Mayas realizaron el fin de semana ceremonias en el parque nacional Tikal, para implorar la llegada de lluvias.

Cirilo Pérez, líder del Consejo de Ancianos Mayas, dijo que aunque no podían precisar cuándo llegarán las lluvias a Guatemala, ellas vendrán "porque Dios no dejará a sus hijos sin terreno para vivir, así como tampoco permitirá que los animales mueran". (FIN/IPS/cz/mj/en/98

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