"Noche de Reyes", una de las más importantes comedias de Shakespeare, es exhibida en la capital de Perú en una versión provocadora, en la que los temas de la identidad y el amor se expresan en confusos enredos homosexuales y con ritmo de bolero y rumba.
La original puesta en escena, que sitúa la acción en un lugar del Caribe, corresponde a Alberto Isola, graduado en el Drama Center de Londres hace 25 años y considerado por la crítica como el más importante director teatral peruano de hoy.
Hay modernización de la historia, al reemplazar las costas de la mítica Iliría por el Caribe, y actualización musical al sustituir la música cortesana isabelina por el bolero y la popular por la conga, y hay también en el montaje una clave homosexual contemporánea.
En la historia, Viola, sobreviviente de un naufragio, se disfraza de hombre y finge ser eunuco para entrar al servicio del Conde Orsino, de quien se enamora.
El conde se siente atraído por ella, pero creyéndola varón supone que su pasión es homosexual, en tanto que su prometida Olivia, se enamora a su vez del falso mancebo.
"Noche de Reyes" suele presentarse como una aséptica y reidera comedia de equivocaciones, pero la versión de Isola que se exhibe en el teatro de la Universidad Católica de Lima orilla el drama de la confusión de identidades y de género.
Isola sostiene que su versión es como la hubiera hecho ahora el propio Shakespeare, quien exponía temas de la sociedad isabelina a través de historias desarrolladas en escenarios más o menos distantes pero reconocibles.
Aunque Shakespeare sitúa la acción "en una ciudad de Iliria y a orillas del mar", hay párrafos en los diálogos que revelan que la historia en verdad ocurre en Londres, e inclusive se menciona en el acto primero a "mistress Mall", personaje londinense del siglo XVII.
Mistress Mall, quien siempre vestía de hombre y por quien "el populacho de Londres sentía un interés novelesco", según el experto en Shakespeare Luis Astrana Marín, es una de las claves ideológicas de la trama, según Isola.
"Considero que en esta obra Shakespeare habla sobre su propia vida privada. Creo que nos dice qué cosa significa ser homosexual en una determinada sociedad. Shakespeare juega con ello, aunque, por supuesto, da un final convencional a su historia, ya que es un autor clásico", comenta Isola.
"La sola idea de que una mujer se vista de hombre para sobrevivir y sea forzada a enamorar a otra mujer, y que esa mujer se enamore de ella pensando que es un hombre, me parece extraordinaria", añade.
El director teatral señala que el tema de la identidad le ha preocupado siempre y que no hubiera hecho otra obra de Shakespeare.
"Siempre me pregunté por qué había decidido yo ser actor y tal vez fue por la facilidad de asumir distintas personalidades. Cuando llegas a esa conclusión comienzas a preguntarte por qué en la vida las cosas no son tan flexibles", añade.
El crítico teatral Alfonso La Torre afirma que a través de la actualización geográfica y mediante el bolero Isola traza un horizonte histórico muy próximo, para involucrar a los espectadores en esta pieza de Shakespeare.
"Los disfraces que utilizan los personajes permiten a Isola deplegar una malicia muy limeña. En el teatro isabelino los personajes femeninos tenían que ser interpretados por actores varones, lo que tal vez permitía explorar jocosamente el eros socrático", comenta La Torre.
"Isola, despojado de ese recurso, no pierde nada con ello. Al contrario, la participación de actrices y actores da sentido dramático a los disfraces travestidos y la ambigüedad y las alternativas voluptuosas del humor de Shakespeare se resuelven con miradas e interpretación actoral", concluye el crítico. (FIN/IPS/al/ag/cr/98