(Arte y Cultura) PANAMA: Música típica pierde su identidad

La música típica de Panamá, que cada semana congrega a unas 50.000 personas en bailes y presentaciones públicas, ha comenzado a perder su identidad, debido a influencias externas y a fusiones con ritmos ajenos al folclore local.

La polémica sobre el tema comenzó a fines de 1997, cuando los hermanos Samy y Sandra Sandoval, directores de una orquesta típica local invitados al programa "Sabado Gigante", que se transmite a toda América Latina desde Miami, no supieron definir el género musical que ejecutan.

Los Sandoval dijeron que su música podría catalogarse como una "cumbia urbana", lo cual a juicio de los expertos locales no tiene ningún sentido, porque la cumbia y el punto, que dieron origen a la música típica, son eminentemente rurales.

El escritor y folclorista Carlos Changmarín dijo a IPS que los clásicos ritmos de la cumbia y el punto comenzaron a desaparecer en la década del 50, cuando se introdujo el acordeón de origen alemán como instrumento base de los grupos que los interpretaban.

En sus inicios, la música típica tenía como instrumento básico un violín de tres cuerdas, tipo Ravel, la guitarra mejoranera o bocona, una caja pequeña y la guáchara, indicó Changmarin.

La sonora guitarra mejoranera, de cinco cuerdas y tamaño similar al del violin, así como la guáchara, hecha de una corteza vegetal, son instrumentos propios del folclore panameño.

Luego de la introducción de acordeón, paulatinamente fueron sustituidos la guitarra mejoranera por un bajo y una guitarra eléctrica, la caja por tumbadoras y timbales, la guáchara por un guiro de metal o unas maracas y la "cantalante", mujer cantora, por un cantante masculino.

El cambio de instrumentos, según Changmarin, se produjo cuando ese ritmo emigró del caserío rural y los arrabales de los pueblos del interior hacia la capital, donde se organizaban los "pindines" para personas del interior radicados en la ciudad.

En ese proceso los músicos "dejaron de tocar por amor al arte" y comenzaron a cobrar por su trabajo.

En cuanto a la voz masculina en sustitución de la mujer, se produjo por influencia de los conjuntos típicos colombianos donde el que canta es un hombre, explicó Changmarín, autor de varios libros sobre folclore panameño.

Pero a su juicio lo más grave es que lo que se define como música típica ha ido a la fusión con el rock, la ranchera mexicana, la salsa y otros ritmos extranjeros que nada tienen que con el folclore panameño.

Tras advertir que "hay una indefinición" sobre el género musical que ejecutan las orquestas de música del interior, Changmarín acotó que para considerarla cumbia o punto habría que volver a utilizar los instrumentos originales con que se tocaban estos ritmos.

Sandra Sandoval adujo que los cambios introducidos, que incluyen acordes del rock y de la salsa, así como los pasos de baile inventados por ella, han hecho que la juventud acuda en forma masiva a los bailes donde se ejecuta música típica.

El experto Francisco Cruz indicó que lo que ofrecen los hermanos Sandoval y otra decena de orquestas que amenizan la extensa cartelera de bailes típicos o "pindines" debería definirse sólo como música popular.

Cruz coincidió con Changmarín al señalar que la música típica fue desvirtuada en la fusión con otros ritmos, pero celebró que las actuales orquestas hayan tenido la virtud de hacer que la música panameña del interior haya trascendido del "pindin" arrabalero a las mejores salas de baile del país.

El famoso cantante y actor panameño Rubén Blades incluyó en su último disco "La Rosa de los Vientos", un tema tocado en acordeón y cantado por el director de orquesta típica Osvaldo Ayala, que en 1997 ganó el premio Grammy en Estados Unidos.

Dora Zárate, profesora de história y folclorista, dice en su libro "Nuestra Música Típica" que los directores de orquestas de ese género "tendrían que observar las reglas que para ella se imponen con respecto a los instrumentos, cantos y ritmos", para que puedan definirse como cultores de la música típica.

En caso contrario sólo deberán definirse como orquestas de música popular, subraya Zárate, cuyo esposo, ya fallecido, creó hace alrededor de treinta años el festival de la mejorana de Guararé, el único en su tipo existente en el país. (FIN/IPS/sh/ag/cr/98

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