La justicia de Argentina decidió hoy suspender el campeonato nacional de fútbol, el más popular de los deportes de este país, hasta tanto se adopten medidas efectivas para neutralizar la violencia de los fanáticos.
En los últimos 10 años hubo casi 50 muertos en los estadios, a un ritmo promedio de una cada tres meses. La década del 90, la violencia se incrementó respecto de la anterior y ahora la mayoría de las víctimas es menor de 25 años.
Este fin de semana se produjeron diversos episodios de violencia y agresividad que dejaron como saldo numerosos heridos y detenidos en tres estadios diferentes, ante la impotencia de la policía y de los dirigentes deportivos.
El presidente Carlos Menem consideró "oportuna" la medida judicial a fin de "tranquilizar los ánimos" y analizar qué soluciones se pueden encontrar para frenar la agresividad que caracteriza cada vez más a los espectáculos deportivos.
El fútbol es casi una religión en Argentina, país cuya selección obtuvo la Copa del Mundo en dos oportunidades (1978, como local, y 1986, en México) y donde nació y desarrolló buena parte de su carrera Diego Maradona, considerado sucesor del brasileño Pelé.
En un hecho sin precedentes, el juez Víctor Perrotta ordenó este miércoles la suspensión del torneo anual que organiza la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) en todas las divisiones, cuando faltaban dos partidos para la finalización del campeonato.
El magistrado aseguró que con su determinación procura frenar la violencia que está convirtiéndose en una constante en los recintos deportivos, comprometer a los dirigentes de los clubes a romper con las "barras bravas " (grupos de fanáticos agresivos) y también a sentar un precedente.
Algunos analistas vinculan la violencia en el fútbol con el creciente desempleo, la crisis educativa y la marginalidad de los más jóvenes, hechos que se suman a la falta de medidas de seguridad efectiva, según reconocen los propios dirigentes.
La medida del juez responde a un recurso de amparo presentado en febrero por una fundación vinculada al fútbol, Fair Play, a raíz de los frecuentes episodios de violencia que son amparados por los dirigentes de los clubes.
Desde la presentación del recurso hubo una treintena de episodios violentos que incluyeron heridos de golpes y de bala, así como agresiones a jugadores, árbitros, dirigentes y policías. Este fin de semana hubo diversos episodios de tiroteos, heridos de bala y detenidos.
El juez Perrotta admitió que "por miedo o por complicidad" los clubes eluden el problema de la violencia y hasta financian a los "barras bravas".
Perrotta reveló que desde febrero está reclamando a los clubes que presenten informes sobre estas barras, pero en tres meses no recibió ningún reporte satisfactorio de más de un centenar de clubes.
Mientras tanto, se informó que unos 130 fanáticos, miembros de las "barras bravas" de distintos clubes, viajarán en junio a Francia para alentar a la selección argentina durante la Copa del Munod. Pocos dudan que sus traslados serán financiados por los dirigentes.
Los familiares de las víctimas de los estadios anunciaron que realizarán la semana próxima una manifestación de respaldo a la decisión del juez, y exhortaron a los dirigentes a abandonar la complicidad con los fanáticos.
La AFA anticipó que apelaró la medida, pero el juez adelantó que será casi imposible evitar la suspensión de los partidos programados para esta semana, un hecho que no tiene precedentes en la historia del fútbol argentino. (FIN/IPS/mv/mj/ip cr/98