Argentina, el único país sudamericano que participó en la guerra del Golfo, iniciará el lunes próximo una gestión comercial en Iraq para compensar la inminente pérdida del mercado iraní, hasta ahora su mayor cliente en Medio Oriente.
Marcelo Avogadro, subsecretario de Negociaciones Económicas y Comercio Internacional de la cancillería argentina, partió este sábado rumbo a Bagdad, acompañado de representantes de cinco empresas líderes en el mercado local de alimentos.
Se trata de la primera misión comercial desde la guerra del Golfo en 1991, cuando Argentina rompió relaciones con Iraq tras el envío de dos buques de guerra que se sumaron a la fuerza militar de la coalición encabezada por Estados Unidos, que actuó en respuesta a la invasión de Kuwait por parte de Bagdad.
La delegación, que permanecerá en Bagdad el lunes y el martes próximos, intentará revivir de la crisis diplomática entre Argentina e Irán, que derivó en la suspensión de las compras iraníes.
Irán es el octavo cliente de Argentina en el mundo y el primero en Medio Oriente. En 1997, adquirió productos alimenticios, mayoritariamente cereales y oleaginosas, por una cifra cercana a 700 millones de dólares.
No obstante, como consecuencia de las investigaciones judiciales en Buenos Aires sobre los atentados antijudíos perpetrados en Argentina, el país sudamericano redujo al mínimo su relación con Irán y podría romper relaciones a corto plazo.
La justicia federal argentina sigue la pista de la presunta participación de diplomáticos iraníes en el atentado contra la embajada de Israel en 1992 y en el ataque que voló la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, ambos con más de un centenar de muertos.
El juez Juan José Galeano podría citar a declarar al ex agregado cultural de Irán en Buenos Aires, Moshen Rabbani, quien fue invitado a abandonar el país hace unos meses. Si el magistrado ordena su captura, el gobierno argentino ya anunció que romperá relaciones con Irán.
El juez está recogiendo testimonios y pruebas que inculparían al diplomático iraní como organizador del atentado la AMIA. Cuenta con declaraciones de ciudadanos iraníes y de un testigo brasileño en este sentido.
La sospecha forzó a la cancillería argentina a retirar su embajador de Teherán y lo propio hizo Irán hace tres años con su representante en Buenos Aires. Pero en el último mes, el juez avanzó en la llamda "pista iraní" y luego de una serie de allanamientos tomó declaración a ocho iraníes en Argentina.
La ofensiva decidió al gobierno de Irán a anunciar la suspensión de las compras a Argentina, un hecho que, en principio, no causó preocupación en Buenos Aires. El canciller Guido Di Tella sostuvo que los alimentos podrían triangularse y llegar a destino.
Pero esta semana se conoció que Irán canceló sus pedidos de arroz, cereales, aceites y harinas de soja y girasol, carnes y otros productos agroindustriales, y orientó esas compras hacia Brasil, que cuenta con esos productos.
La determinación de Irán de cambiar de proveedor, sumado al avance de las investigaciones en la justicia argentina, podría derivar en la ruptura de las relaciones diplomáticas con Teherán, que es el "próximo paso", según admitió Di Tella.
Analistas diplomáticos creen que el eventual respaldo de Irán a la realización de atentados en Argentina podría estar vinculado a la decisión del país sudamericano de alinearse con Estados Unidos en los años 90 y suspender la venta de material bélico a Teherán.
Versiones de prensa indicaban este viernes que el gobierno argentino busca romper relaciones diplomáticas con Irán antes del 18 de julio, cuando se cumple un nuevo aniversario del atentado contra la AMIA. (FIN/IPS/mv/ag/ip-if/98