La organización ecologista Greenpeace de Argentina denunció hoy que la justicia le prohibió manifestarse junto a indígenas del noroeste contra un gasoducto que atravesará un ecosistema único, y que amenazó a sus activistas con la cárcel.
Greenpeace y los indígenas kollas de la provincia de Salta -en el límite con Bolivia- se oponen al tendido de un gasoducto que llevará energía al norte de Chile, en competencia con otro ducto que ya existe y que podría abastecer por sí solo toda la demanda de esa región.
Los promotores de los dos proyectos -que fueron autorizados por el gobierno nacional y el provincial, pese a todo reparo- entablaron una verdadera guerra comercial por la demanda potencial del norte chileno, con inversiones que superan en total los 2.000 millones de dólares.
El primer proyecto es de Gas Atacama, un consorcio integrado por CMS Energy de Estados Unidos y Endesa de España que, si bien para los ambientalistas no es absolutamente inocuo, es menos perjudicial que el trayecto escogido por su competidor Norgas, el grupo formado por la belga Tractebel, Edelnor de Chile y la argentina Techint.
CMS había propuesto a las empresas de generación eléctrica del norte de Chile reconvertir a gas sus centrales alimentadas con carbón -caro y contaminante-, y si bien en principio la respuesta fue negativa, la compañía estadounidense comenzó la obra en 1996.
Norgas inició la suya a principios de este mes, apenas obtuvo el permiso de la gobernación de Salta, y ya comenzó a trasladar máquinas, a allanar los caminos con ripio y fundamentalmente, a sentar sus reales en una zona donde no es bienvenida.
Los ambientalistas objetan el trazado del gasoducto de Norgas porque cruza la selva de montañas "Yungas", un corredor biológico de tres millones de hectáreas que abarca el sur de Bolivia y cuatro provincias del noroeste argentino: Salta, Jujuy, Catamarca y Tucumán.
Yungas -que en lengua aborígen significa "abundancia"- es uno de los dos ecosistemas de mayor riqueza biológica de Argentina. Alli sobrevive una de las últimas poblaciones de yaguareté, el felino más grande de Sudamérica, con unos 200 ejemplares.
Asimismo, en las Yungas hay tucanes, monos, ocelotes, pumas, ranas -algunas de ellas protegidas por la Convención Internacional sobre Tráfico de Especies-, una gran variedad de insectos, 60 por ciento de las especies de aves del país. También habitan en la zona 350 familias kollas.
Greenpeace planteó sus reparos, pero la justicia provincial de Salta, haciéndose eco de la autorización del gobierno para construir los dos proyectos, prohibió todo acto de resistencia y amenazó con condenas de hasta cuatro años de cárcel a los activistas o los indígenas que no acaten su resolución.
La prohibición de manifestaciones fue apelada por Greenpeace ante la justicia federal, y el tribunal decidió convocar a una audiencia para este miércoles en la que Greenpeace, el defensor del pueblo de la Nación Jorge Maiorano y representantes de los dos consorcios en pugna acudirán para dirimir diferencias.
Pero las expectativas no son muy alentadoras para quienes resisten el segundo proyecto. La audiencia como respuesta al recurso de amparo es considerada una decisión extraña por los representantes de la entidad ecologista, que han sido denunciados por presunta defensa de los intereses de un consorcio.
Un vocero de Greenpeace comentó a IPS que Norgas optó por "ensuciar" a la entidad, identificándola con los intereses de Gas Atacama en contra de toda competencia. "No creemos que el proyecto de Gas Atacama sea ambientalmente puro, pero es un poco menos dañino y no atraviesa las Yungas", explicó la fuente.
Entre tanto, los propios representantes de las empresas admiten que se ha entablado una guerra comercial por el dominio del mercado eléctrico del norte de Chile que, no obstante, no podrá absorber tanta oferta, ni mucho menos compensar la millonaria inversión.
Para peor, un tercer competidor se sumó a la contienda. Se trata de Chilgener, una empresa chilena que decidió reemplazar sus centrales de carbón por gas, para lo cual realiza sus propias inversiones en Salta en un ducto que podría ser el primero en quedar finalizado.
Chilgener espera finalizar las obras a fines de este año, en tanto Gas Atacama debería comenzar a operar en febrero de 1999 y Norgas unos meses después. La carrera está en desarrollo y las posibilidades de Greenpeace y de la familias kollas de defender las Yungas de la invasión de cemento se presentan cada vez más lejanas. (FIN/IPS/mv/ff/en/98