Millonarias pérdidas en agricultura, ganadería, pesca, incendios forestales y escasez de agua son algunas de las consecuencias del fenómeno climatológico El Niño en América Central.
En Costa Rica las pérdidas fueron calculadas en cerca de 23 millones de dólares, en cultivos de exportación, granos básicos y ganadería. La zona norte del país es la más afectada, donde el gobierno ha declarado emergencia nacional por regiones.
El ministro de Agricultura, Esteban Brenes, aseguró que si bien las pérdidas son cuantiosas el impacto no ha sido tan fuerte como se esperaba.
En la zona norte de Costa Rica, los productores calculan que las pérdidas en frijoles alcanzarían dos millones de dólares.
En Guatemala, las altas temperaturas y la sequía provocadas por el fenómeno han contribuido a la destrucción de 65.000 hectáreas de bosques de la Biosfera Maya, ubicada 600 kilómetros al norte de la capital.
En Nicaragua, se han producido decenas de muertes debido a la falta de alimentos, sobre todo en el norte del país, según organizaciones no gubernamentales.
Unas 50.000 familias ubicadas en 30 municipios habían sufrido hasta marzo la pérdida de sus cosechas, por lo cual el Programa Mundial de Alimentos inició un programa de asistencia por 3,2 millones de dólares.
En Honduras, se han perdido más de 100.000 hectáreas sembradas de granos y el gobierno estima las pérdidas en maíz y caña de azúcar en casi 50 millones de dólares. En El Salvador las pérdidas ascienden a 172 millones de dólares.
En cuanto a las existencias de agua, la sequía producida por El Niño produjo una reducción en los principales embalses de la región, lo que afecta la producción de electricidad.
Honduras, que sufre un déficit crónico de energía pese a sus valiosos recursos hídricos, es el país más afectado. Por esto, el gobierno se vio obligado a importar alrededor de 120 megavatios al resto de los países centroamericanos.
En Panamá, el nivel de agua de los lagos y embalses se redujo en aproximadamente 70 por ciento, según datos del Sistema Nacional de Protección Civil.
Para enfrentar los efectos del Niño, el Consejo Regional Centroamericano (Coreca) sugirió una serie de medidas a mediados del año pasado, como favorecer la producción de granos en tierras con riego o almacenar forraje para el ganado.
Costa Rica adoptó planes de contingencia, que incluyeron la distribución de pacas y melaza en las zonas más afectadas por la sequía y financiamiento para obras de riego, que permitirán enfrentar el problema a mediano y largo plazo.
El gobierno costarricense, que asumió el día 8, está poniendo vehículos a disposición de los agricultores para el transporte de alimentos para animales y la Comisión de Emergencias pidió a las empresas privadas que contribuyan al transporte de agua para consumo humano en camiones sisterna.
Los expertos del Instituto Metereológico Nacional opinan que en junio comenzará a estabilizarse el régimen de lluvias en la región centroamericana. (FIN/IPS/mso/ag/en/98