El fuerte respaldo que obtuvo en elecciones estaduales de Alemania el partido xenófobo y antisemita Unión del Pueblo Alemán modificó el paisaje político cuatro meses antes de las próximas elecciones nacionales.
Analistas políticos ya indican una perceptible inclinación hacia la derecha de los principales partidos conservadores de la coalición gobernante y el resurgimiento de la extrema derecha.
El 26 de abril, la Unión del Pueblo Alemán obtuvo un sorprendente 13 por ciento de los votos en las elecciones del estado oriental de Sajonia-Anhalt.
Desde entonces, un sondeo de opinión en el estado de Mecklenberg-Pomerania, en el nordeste, reveló que ocho por ciento de los encuestados votarán por la extrema derecha y otro ocho por ciento no descarta la opción.
Los demás grupos políticos no ignoran las consecuencias de esta tendencia. El Partido Nacional Democrático (PND), de extrema derecha y en aparente decadencia, pretendió relanzarse días después de la elección.
El 1 de mayo, el PND convocó a una masiva manifestación de 3.000 partidarios en Leipzig, que resultó en disturbios, saqueos y quema de barricadas. Unos 100 manifestantes fueron detenidos por arrojar piedras y botellas a la policía y enfrentarse a grupos antinazis y de izquierda.
Pero el PND, que comenzó a caer en el olvido político a medida que sus seguidores, muchos de ellos ex nazis, envejecían y morían, se está rejuveneciendo. El grupo tiene sus raíces en Alemania occidental, pero pretende expandirse y atraer a la juventud del este.
El número de seguidores del PND en Sajonia Oriental y Leipzig, donde cuenta con unos 200 afiliados, comienza a crecer, informó la organización Oficina para la Protección de la Constitución (OPC), de Dresden, ya que 70 por ciento de sus nuevos integrantes son menores de 30 años.
"El partido se aprovecha del vacío existente", señaló Eckhardt Dietrich, de la OPC, y añadió que absorbió a grupos menores, como los "skinheads" (cabezas rapadas) y otros grupos violentos pero normalmente apolíticos.
Otras organizaciones de extrema derecha que se habían refugiado en la clandestinidad salieron a la luz pública, alentadas por el apoyo que recibió la Unión del Pueblo Alemán.
En el distrito de Spandau, en Berlín, más de 200 simpatizantes nazis marcharon por las calles el 30 de abril para celebrar el aniversario del nacimiento de Rudolf Hess, colaborador de Adolf Hitler, encarcelado durante 40 años por las fuerzas de los Aliados en la prisión de Spandau hasta su muerte, en 1987.
El Partido Republicano, de extrema derecha, que obtuvo nueve por ciento de los votos en el próspero estado sudoccidental de Baden-Wuerttemberg, en marzo de 1996 -lo que le aseguró varias bancas en la asamblea estadual-, declaró que la victoria de la Unión del Pueblo Alemán representó una inyección masiva de moral.
"La alta proporción de los votos en Sajonia-Anhalt demostró que es posible que los partidos de derecha se consoliden en el este", dijo el portavoz del partido, Bernd Bernhard.
En el norte, según la OPC de Hamburgo, pequeños grupos neonazis pretenden aprovechar la creciente simpatía de la juventud hacia la extrema derecha mediante la fusión de varias organizaciones bajo el nombre de Nacionalistas Libres.
El objetivo esencial de esta asociación es crear "zonas libres de extranjeros" en Alemania.
Thomas Wulff, presidente del prohibido grupo neonazi Lista Nacional y condenado a seis meses de cárcel en 1995 por "incitar a la población", ejerce un papel fundamental en la unión de estos grupúsculos, muchos de ellos organizaciones prohibidas, indicó la OPC.
Wulff espera "reunir a los neonazis prohibidos y desamparados, superar la fragmentación de la neoderecha y mejorar su capacidad", explicó Reinhard Wagner, de la OPC de Hamburgo.
La OPC Federal teme que estos grupos se transformen en una estructura más formal que les permita actuar en el norte y este de Alemania, donde el desempleo juvenil es más alto.
La triunfal Unión del Pueblo Alemán es el mayor de los partidos neonazis, con unos 15.000 afiliados, explicó la OPC federal. La ley electoral estipula que el grupo recibirá 360.000 dólares en fondos estatales gracias a los 12 legisladores electos a la asamblea estadual de Sajonia-Anhalt.
Pero, hasta el momento, el dinero no ha sido un problema para la Unión del Pueblo Alemán de Sajonia-Anhalt, financiado por el millonario y líder partidario Gerhard Frey.
Se cree que Frey gastó más en la campaña de su partido en Sajonia-Anhalt que los dos partidos principales, la conservadora Unión Demócrata Cristiana, dirigida por el canciller (jefe de gobierno) Helmut Kohl, y el opositor Partido Social Demócrata, de centro-izquierda.
"Para los jóvenes, votar por la derecha se convirtió en parte de la cultura juvenil, así como la música 'tecno' y el 'skateboard"', aseguró Frey.
Pero los partidos tradicionales no perciben el éxito de la extrema derecha como una moda pasajera.
Perturbados por el 13 por ciento de respaldo que obtuvo la Unión del Pueblo Alemán, los demócrata-cristianos y su partido gemelo en Bavaria y socio de la coalición de gobierno, el CSU, parecen inclinarse a la derecha para atraer al voto joven.
Pocos días después de los comicios, políticos de la Unión Demócrata Cristiana y el CSU ya intentaban atraer a los votantes de la Unión del Pueblo Alemán con la promesa de prestar mayor atención a la "seguridad interna", la cuestión de los inmigrantes y los asilados.
"Debemos dejar en claro que tomamos con seriedad y brindaremos soluciones a los temores del público y que los extremistas con sus consignas sólo están pescando en aguas turbulentas", dijo el ministro del Interior de Bavaria, Gunther Beckstein, conocido por su xenofobia, el día después de las elecciones.
Pero Beckstein también se distanció de la extrema derecha. "Debemos limitar la inmigración a una cantidad que la sociedad pueda soportar e integrar mejor a los extranjeros honrados" residentes en Alemania, añadió.
Mientras, Kohl insiste que su partido seguirá siendo "de centro", mientras su ministro de Defensa, Volker Ruhe, anunció un nuevo programa denominado Este Futuro, con el fin de responder a las inquietudes de los votantes de esa zona.
Hasta el momento, la Unión del Pueblo Alemán no indicó si presentará candidatos a la elección estadual de Bavaria de principios de septiembre, poco antes de los comicios nacionales.
No queda claro hasta qué punto llegará la Unión Demócrata Cristiana para neutralizar los mensajes de la extrema derecha, sobre todo en medio de una lucha electoral.
El primer ministro de Bavaria, Edmund Stoiber, declaró que "no debería haber un partido legítimamente democrático a la derecha de la Unión Demócrata Cristiana".
Sin embargo, el resultado obtenido por la Unión del Pueblo Alemán demostró que sus seguidores no pueden ser fácilmente ignorados por los principales partidos del país. (FIN/IPS/tra-en/ys/rj/aq-ml/ip/98