El gobierno de Venezuela anunció hoy que tomará medidas para revertir la tendencia al desbocamiento de la inflación observado en marzo, pero observadores independientes creen que la variable más rebelde de la economía local no se dejará poner bridas en un año de incertidumbre electoral.
En marzo, el índice de precios al consumidor se movió 2,7 por ciento, lo que colocó en 7,1 por ciento la tasa de inflación del primer trimestre del año y aleja la meta oficial de controlarla este año en 25 por ciento, 12 puntos menos que en 1997.
El ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, admitió este jueves que la inflación de marzo demostró que las medidas antiinflacionarias adoptadas por el gobierno "no han tenido la suficiente eficacia".
Pero ratificó que pese a la tendencia negativa, la meta de inflación del ultimo año del gobierno de Rafael Caldera se mantiene inalterada y que "lo que hay que acometer son medidas para reforzar la estrategia antiinflacionaria".
Petkoff no detalló medidas específicas para contener los precios y se limitó a indicar que "no se descartan nuevos ajustes fiscales", tras el realizado en diciembre con ese fin y el que fue causado en enero por la aguda caída de las cotizaciones del petróleo, determinante en la economía local.
En enero, la inflación fue de dos por ciento, para colocarse en febrero dos décimas por encima y repuntar ahora, para llevar el índice interanual a 38,3 por ciento, por encima de la tasa del año pasado.
El economista Alexander Guerrero replicó que las nuevas medidas de control del gasto que pueda adoptar el gobierno van a ser neutralizadas por lo que definió como "el efecto incertidumbre", ante el confuso panorama electoral.
Explicó que los agentes económicos comienzan a actuar con nerviosismo, que se vuelca en expectativa inflacionaria, ante el favoritismo que las encuestas adjudican a candidatos y candidatas presidenciales que hacen temer un periodo de nuevos experimentos en materia económica.
Las encuestas adjudican en la actualidad la mayor opción de triunfo a la alcaldesa y ex miss Universo Irene Saéz y al ex cabecilla golpista y teniente coronel retirado Hugo Chávez.
Saéz dijo que su objetivo en los primeros 100 días de gobierno será colocar la inflación en cero, pero su anuncio sembró preocupación en los sectores empresarios, porque va unido a la introducción en el país del controvertido sistema de la caja de conversión, cuya aplicación ya fue rechazada.
Chávez genera una alta preocupación entre inversores nacionales y extranjeros, que se nutre, además de su origen golpista y del apoyo a su candidatura de una mezcla de sectores de de la extrema derecha y la extrema izquierda, por el hecho de que ha anticipado que revisará las privatizaciones y otras medidas.
Guerrero recordó que durante el proceso electoral pasado, en 1993, hubo una gran salida de capitales entre octubre y noviembre, cuando era claro que Caldera sería el ganador y que su programa incluía el retorno a medidas neopopulistas de control.
Caldera, de 82 años, retornó a la senda neoliberal con un plan de ajuste, reapertura y desregulación tras un bienio de fracasado modelo de control de precios y de cambios, que drenó las reservas internacionales y alejó a los inversionistas, mientras se disparaba la inflación y se agudizaba el deterioro social.
Guerrero también indicó que el repunte inflacionario es la absorción del deslizamiento del valor de la moneda nacional, el bolívar, frente al dólar, con la que el Banco Central busca enfrentar la caída del ingreso de divisas por el hundimiento de los precios del petróleo.
El dólar se negoció este jueves a 525 bolívares, mientras al cierre de febrero la paridad fue de 516 y al finalizar 1997 de 504.
En Venezuela, según fuentes del sector privado, cerca de 70 por ciento de la actividad económica depende en alguna medida de la importación de insumos y productos finales.
El director del Banco Central, el economista marxista Domingo Maza, aseguró este jueves que elementos como la crisis de los precios del petróleo y la sequía que, ha producido un aumento del valor de los alimentos, van a hacer difícil que la inflación se contenga por debajo de una tasa de 30 por ciento.
Maza afirmó que el Banco Central tratará de contribuir a frenar el incremento de precios mediante el sostenimiento de una sobrevaluación del tipo de cambio, que calculó en 12 por ciento para fines de año, tomando como base la inflación internacional, que promediará cinco por ciento, y la venezolana.
Petkoff, por su parte, consideró que parte del alto incremento de los precios en marzo se debió a que los empresarios anticiparon el traslado a los costos del incremento del salario mínimo, que desde mayo subirá al equivalente a 191 dólares mensuales, 33 por ciento más que su nivel actual.
El economista Francisco Vivancos consideró que la indocilidad de la inflación era de esperarse, porque el gobierno no ha hecho un esfuerzo contundente en la contención del gasto, sino que buscó sobre todo frenar la inflación mediante el control del consumo, a través del alza de las tasas de interés.
Sólo una de las firmas de análisis económicos y de consultoria existentes en el país consideró este jueves que el gobierno aún puede mantener la inflación por debajo de 30 por ciento en 1998.
Maza aseguró que una inflación de 30 por ciento, con las variables imprevistas adversas que ha tenido que sortear el gobierno y en medio de un año electoral, cuando tradicionalmente se expande el gasto, sería un éxito, después que en 1996 trepó al record histórico de 103 por ciento. (FIN/IPS/eg/ff/if/98