SOMALIA: FAO estimula cultivos tras inundaciones del Niño

Las inudaciones que persistieron hasta enero en el sur de Somalia a causa del fenómeno del Niño provocaron pérdidas totales de reservas de alimentos, cosechas y ganado, devastación de infraestructura y desplazamiento de la población.

Un programa de la FAO entrega semillas para cultivar tierras antes inundadas en las que ahora sólo crecen hierbas silvestres, en la región de los ríos Shabelle y Juba, que comenzaron a desbordarse en el último trimestre de 1997.

El coordinador de emergencias de la FAO, El-Zein M. El Musamil, basado en Nairobi, llegó a la región del Shabelle en un convoy protegido, a causa la guerra civil que continúa en Somalia.

Los ancianos de la villa de Wagade lo recibieron y, tras negociaciones, aceptaron la ayuda propuesta por la FAO. La comunidad perdió 1.150 hectáreas de maíz en las indundaciones.

Pero 750 hectáreas se secaron y están listas para plantar con las semillas entregadas por la FAO, las que pagarán después de la cosecha.

"Hacer que estos agricultores vuelvan a la producción es un medio muy eficaz para ayudarlos y devolverles la independencia. Otras agencias entregan ayuda inmediata en alimentos y atención médica. Nosotros en la FAO nos concentramos en la rehabilitación agrícola", destacó El-Muzamil.

En el río Juba, las inundaciones fueron causadas por el exceso de agua a kilómetros de Etiopía. El río comenzó a crecer bajo cielos azules.

Un vuelo bajo por sobre el valle del Juba revela las dimensiones del daño. Gran parte de la tierra productiva de la región estaba irrigada junto a las márgenes del río.

Ahora, grandes extensiones están bajo un metro de arena y arcilla, y nuevos lechos de arroyos se dibujan a lo largo de tierras antes productoras de frutas.

En Bardhera y otras localidades a lo largo del Juba, las víctimas desplazadas de las inundaciones se refugian bajo algunas ramas cubiertas con plástico. La malaria y la desnutrición abundan.

"Después de las inundaciones muchos animales, en especial camellos y cabras, murieron de varias enfermedades, muchas transmitidas por los gusanos de mosquitos y otros insectos. No pudimos hacer nada. No tenemos medicinas", dijo el veterinario local Hussein Ismail Ahmad.

La última exhortación de la FAO a la comunidad internacional de donantes incluye un pedido de más de un millón de dólares estadounidenses para respaldar servicios veterinarios en Somalia y luchar contra las enfermedades animales.

Los somalíes obtienen la mayor parte de sus divisas de las exportaciones de ganado, y está claro que la ayuda es muy necesaria.

La situación es similar en Buale, río abajo. Al igual que en Bardhera, la FAO envía semillas a ser distribuidas por organizaciones no gubernamentales (ONG) que operan en el área. Vsión Mundial Internacional en Buale, Terra Nuova en Bardhera.

Hay semillas de cereales y vegetales. Algunas son de cebollas y tomates, a los que las comunidades están habituadas, pero también hay variedades nuevas como coles y zapallo, las que ayudarían a elevar los niveles de nutrición.

En la localidad de Buale el aire está poblado del sonido de martillos. El herrero Gabow Ali Hurre acaba de ganar un contrato de la FAO para fabricar 3.500 azadas. Se trata del primer trabajo pago que tiene desde las inundaciones, y cuenta con la ayuda de todos sus familiares.

El trabajo se detiene al oírse un disparo, y luego otro. Finalmente una voz hace un anuncio y todos se relajan. Fuerzas de seguridad mataron a cocodrilos cerca del sitio en que las mujeres retiran agua del río. Ocho de ellas fueron víctimas de estos reptiles en las últimas semanas.

Las semillas entregadas por FAO son utilizadas en un contexto especial en la localidad de Merca, donde funciona una escuela de rehabilitación financiada por la Unión Europea para ex guerrilleros que quieren una nueva vida.

En Merca hay clases de alfabetización y aritmética para los hombres jóvenes, 60 por ciento de quienes llegaron analfabetos tras años en la guerra. Además, pueden escoger entre capaciación para la agricultura o la pesca.

Aunque las perspectivas de una paz duradera sean frágiles en Somalia, los 150 fusiles entregados parecen decir que aún hay esperanzas.

Ninguno de los estudiantes de Merca dejó la instrucción, y muchos hablan de crear un futuro sin guerra, aunque los aviones y camiones que transportan ayuda de emergencia aún necesitan fuerte protección. (FIN/IPS/tra-en/np/lp/dv/98)

————————

(*) El periodista Nick Parsons es consultor de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y recientemente visitó el sur de Somalia

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe