La crisis política de Rusia culminó hoy cuando el parlamento prefirió -aunque con reservas- apoyar al candidato del presidente para primer ministro en lugar de arriesgar una disolución e inciertas elecciones anticipadas.
La Duma (cámara baja) ratificó este viernes en el cargo al primer ministro interino Sergei Kiriyenko, de 35 años, por 251 votos contra 25, muy por encima de los 226 votos necesarios.
La mayoría de los diputados afirmaron que no votaron por el impopular Kiriyenko sino por la supervivencia del parlamento, aunque sólo 276 de los 450 miembros de la Duma sufragaron.
El rechazo del candidato por tercera vez hubiera permitido al presidente Boris Yeltsin disolver la Duma y convocar a elecciones anticipadas en un plazo de tres meses, según la Constitución.
Una tercera negativa también hubiera permitido a Yeltsin designar él mismo al primer ministro, y el presidente había dejado claro que nombraría a Kiriyenko de todas formas.
Los 134 diputados comunistas emitieron de hecho un voto de calidad en la confirmación de Kiriyenko, quien era ministro de Energía cuando Yeltsin destituyó a todo su gabinete, el 23 de marzo.
En la víspera de la crucial votación, Yeltsin telefoneó al líder comunista Gennady Zyuganov y le exhortó a colocar los intereses nacionales por encima de los partidarios y a apoyar al primer ministro interino.
El comité central del Partido Comunista se reunió y decidió votar contra el joven protegido de Yeltsin, pero el aliado de Zyuganov, el líder del Partido Agrario Nikolai Jaritonov, suavizó su postura, mientras Nikolai Ryzhkov, líder de la facción procomunista Poder del Pueblo, anunció que votaría por la supervivencia de la Duma y apoyaría a Kiriyenko.
En su discurso a la Duma, Kiriyenko prometió proteger a la industria nacional de las importaciones y sugirió reintroducir el monopolio estatal de la venta de alcohol al por mayor con el fin de pagar a los funcionarios públicos los salarios que se les adeuda.
Aunque citó como prioridades el crecimiento industrial y una moneda fuerte, prometió proteger a la gente común.
En vísperas de la votación final, sin embargo, Kiriyenko debió admitir que el gobierno recortará el gasto público en siete por ciento este año, debido principalmente a la abrupta caída de los precios mundiales del petróleo.
Algunos de los oponentes de Kiriyenko en el parlamento intentaron calificar de "ilegal" el recorte previsto, pero la mayoría ignoró esos esfuerzos.
Los críticos arguyen que Kiriyenko, hasta hace poco prácticamente un desconocido, carece de experiencia y peso político para ocupar el segundo cargo más importante de Rusia.
Según la Constitución, el primer ministro reemplaza al presidente si éste queda incapacitado, lo cual preocupa mucho a la oposición debido a los problemas de salud de Yeltsin.
No obstante, es obvio que la mayoría de los diputados consideraron que no valía la pena una disolución del parlamento por el rechazo a Kiriyenko.
Aparentemente, la oposición teme que Yeltsin intente disolver la Duma para gobernar por decreto, principalmente para introducir la propiedad privada de la tierra, una medida que la oposición comunista rechaza tajantemente. (FIN/IPS/tra-en/sb/ml/ip/98
