RUANDA: Vuelve la amenaza del hambre

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció campañas de ayuda y abastecimiento para 360.000 habitantes de Ruanda amenazados por el hambre, luego de que sus precarios cultivos fueran devastados por factores climáticos.

Unos 200.000 habitantes de los distritos sureños de Butare, Gikongoro y Kibuye necesitan ayuda urgente para resistir hasta su próxima temporada de cosechas, pues este año su producción fue insuficiente para sostenerlos, informó esta semana el PMA.

"En los últimos meses se produjeron lluvias irregulares e inundaciones que afectaron las cosechas de este año, lo cual obligó a la población a recurrir a reservas a punto de agotarse", dijo el PMA al anunciar la campaña de ayuda.

El representante del organismo en Ruanda, Gerard Van Dijk, recordó que se trata de una zona donde la seguridad alimentaria es precaria. "La escasez de tierra obliga a muchas personas a cultivar suelos muy pobres o terrenos ubicados en laderas escarpadas".

"Otras personas habitan aldeas donde sólo hay una pequeña extensión de tierra para una gran cantidad de personas", agregó Van Dijk, quien dijo que con todos estos ingredientes "una disminución pequeña en las cosechas puede resultar devastadora".

La inseguridad alimentaria aumenta ante la persistencia de focos de conflicto en la zona norte de Ruanda, que alguna vez era considerada como el granero de esta nación. Los habitantes de esa región deben trasladarse continuamente, para escapar de los grupos armados.

Esta situación impidió cultivar los campos. Además, la escasa producción suele ser saqueada o confiscada a la fuerza por milicias hutus.

"Miles de familias viven atemorizadas, mientras sus cosechas son destruidas, las reservas de alimentos son robadas y el ganado es sacrificado por grupos armados", advirtió el PMA.

Se esperaba que en julio hubiera una mejoría en la seguridad alimentaria de Ruanda, pero ese pronóstico se arruinó ante las continuas inundaciones, atribuidas a los efectos de la corriente de El Niño.

En algunas regiones, las cosechas fueron arrasadas por el agua, los caminos quedaron interrumpidos y los ríos salieron de su cauce.

El Sistema de Alerta Preventiva de Hambrunas (FEWS) financiado por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) confirmó en marzo que "muchos caminos rurales son intransitables a causa de las lluvias, inundaciones y derrumbes".

La Oficina Metereológica de Ruanda advirtió que seguirá lloviendo.

El boletín del FEWS citó un estudio realizado en febrero por el PMA y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), según el cual Ruanda necesita recibir 82.000 toneladas de cereales en ayuda alimentaria para un período de seis meses.

"Pero como es muy difícil hacer un seguimiento de la ayuda… las 82.000 toneladas deberían ser aumentadas a 102.000 toneladas", dijo el boletín, citando un análisis conjunto de FEWS con FAO, la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura de Ruanda.

Entre tanto, informes provenientes de los distritos de la región sureña de Gikongoro indican que 400 personas habrían muerto como consecuencia del hambre y enfermedades relacionadas con la desnutrición.

El FEWS planteó que es necesario entregar ayuda inmediata a unas 70.000 personas en Gikongoro.

En la prefectura de Kibuye, el servicio de salud atiende a 1.000 niños en estado avanzado de desnutrición, el doble de lo que se había registrado en esta misma fecha el año pasado, reportó el PMA, que cada mes distribuye unas 3.500 toneladas de alimentos que benefician a un grupo de 160.000 personas.

En mayo, este organismo del sistema de las Naciones Unidas espera aumentar su capacidad a 5.000 toneladas, para llegar hasta 360.000 personas.

Sesenta por ciento de la ayuda alimentaria será canalizada a través de proyectos de "comida por trabajo" que en este momento se concentran en la recuperación de tierras pantanosas, la construcción de terrazas y la germinación de semillas.

"Se trata de mejorar la seguridad alimentaria en el largo plazo" dijeron representantes del PMA.

Pero la ayuda alimentaria podría enfrentar algunos obstáculos derivados de los efectos del fenómeno de El Niño, pues las inundaciones destruyeron casi todos los caminos y vías férreas que permiten al acceso a este país desde otras naciones africanas.

El PMA está considerando alternativas, como trasladar los alimentos en embarcaciones a través del Lago Victoria o usar el sistema de trenes de Zambia para poder embarcarlos a través del Lago Tanganika hasta Burundi. (FIN/IPS/tra-en/jbk/pm/lc-ml/dv/98

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