El cuarto aniversario hoy del inicio del genocidio en Ruanda fue acompañado de una demanda de grupos de derechos humanos al primer ministro de Francia, Lionel Jospin, para que investigue el papel de su país en los hechos que condujeron a las matanzas.
Los grupos exigen además que se investigue el respaldo que supuestamente Francia dio a los responsables del genocidio.
Extremistas hutus con machetes se volcaron contra ruandeses tutsis y hutus moderados pocas horas despúes que el presidente Juvenal Habyarimana muriera en un accidente aéreo el 7 de abril de 1994.
En marzo, la Asamblea Nacional francesa instaló una misión de información que, según el presidente de la comisión de Defensa Paul Quiles, debería investigar el "papel que diferentes fuerzas militares extranjeras y la Organización de las Naciones Unidas pueden haber tenido en la crisis ruandesa entre 1990 y 1994".
Pero organizaciones humanitarias y ciudadanos ruandeses continúan presionando por una comisión investigadora con mayores potestades legales.
Survie, un grupo de presión que lidera una campaña denominada "La verdad sobre Ruanda", destaca que la actual misión no puede citar a testigos.
Una verdadera misión de investigación parlamentaria, con testigos que testifiquen bajo juramento, aclararía interrogantes sobre el papel de ciertas autoridades francesas en los hechos de 1994 y después.
Según varias estimaciones, entre 500.000 y 800.000 tutsis y hutus moderados perecieron en las masacres. El legado de las matanzas continúa desestabilizando al país y la región centroafricana.
En 1993, organizaciones que investigan informes sobre violaciones de los de derechos humanos tras el lanzamiento de una rebelión liderarada por tutsis en 1990 habían advertido sobre la crisis en ciernes.
Los grupos acusaron a Francia de armar y capacitar a militares hutus y grupos paramilitares que lideraron las matanzas, que duraron hasta julio.
"En marzo de 1993, la anatomía de estas masacres ya era conocida por todos los gobiernos", sostuvo el abogado basado en Bruselas Eric Gillet, de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos (FIDH), al testificar la semana pasada ante la misión de información.
Las organizaciones informaron sobre sus descubrimientos a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los gobiernos de Bélgica, Francia y Estados Unidos, y hubo contactos con la oficina de la presidencia francesa, dijo Gillet.
Después de las matanzas y el colapso del dominio de los extremistas hutu sobre Ruanda bajo ataque de fuerzas rebeldes tutsis, Francia habría evacuado a muchos líderes ruandeses responsables del genocidio.
Las autoridades francesas siempre negaron haber respaldado a los asesinos, pero las acusaciones persisten. Francia apoyó al gobierno anterior al genocidio, y envió tropas a Ruanda en junio de 1994. (FIN/IPS/tra-en/ao/mom/rj/lp/hd ip/98