El llamado del ex presidente Fernando Belaúnde a las Fuerzas Armadas de Perú a impedir en acuerdo con algunos partidos la segunda reelección del jefe de Estado, Alberto Fujimori, profundizó la división de las fuerzas opositoras.
Belaúnde lanzó su exhortación golpista en un acto interno de su partido, Acción Popular (AP), como una vía para cerrar el paso a las intenciones de Fujimori de lograr en el 2000 un tercer mandato presidencial.
Belaúnde, un político tradicional derrocado por el ejército en 1968 y que 12 años después volvió a la Presidencia por la vía electoral, invocó así el fantasma del golpe militar, un riesgo casi siempre presente en el panorama peruano.
Dos militares en retiro, el general Jaime Salinas, que intentó derrocar a Fujimori en 1992, y el almirante Alfonso Panizo, se hallaban presentes cuando Belaúnde exhortó a las Fuerzas Armadas a desconocer a la Constitución aprobada por el actual presidente, y reimplantar la de 1979, promulgada por un gobierno castrense.
Salinas y Panizo no se pronunciaron en público sobre las palabras de Belaúnde, pero el parlamentario Javier Alva Orlandini aseguró que "ambos están de acuerdo que estamos ante una dictadura y que no hay otra salida que una concertación cívico- militar"
Alva Orlandini, uno de los dos precandidatos de AP para las elecciones del 2000, afirmó que "Fujimori encabeza un gobierno autoritario basado en una concertación entre la cúpula del ejército y el servicio de inteligencia, que preparan el fraude electoral".
Añadió que la actual Constitución fue resultado "del autogolpe perpetrado por Fujimori en 1992, cuando el ejército apresó a los lideres de los partidos opositores, disolvió el parlamento y destituyó a los jueces de la Corte Suprema".
El diputado Javier Diez Canseco, del frente Izquierda Unida, comentó por su parte que "siendo el gobierno de Fujimori un régimen golpista, tal vez entienda mejor si le administra su propia medicina".
El congresista Jorge del Castillo, del socialdemócrata Apra, expresó cautelosamente que "la concertación civico-militar es perfectamente posible, pero más adecuado sería que la ciudadanía, mediante su movilización y la fuerza democrática de los votos, derrote las intenciones de fraude".
El parlamentario opositor Daniel Estrada declaró inaceptable la iniciativa de Belaúnde y señaó que los partidos deben concentrar esfuerzos en cerrar el paso a la segunda reelección de Fujimori mediante el voto popular y un referendum.
Estrada recordó que los partidos se comprometieron a sumar fuerzas para la recolección de 1,2 millones de firmas para convocar a un referendum que rechace las aspiraciones reeleccionistas de Fujimori.
"Algunas organizaciones no han cumplido con sus compromisos", agregó.
Otro congresista, Gustavo Mohme, editor del matutino La República, respaldó a Estrada y comentó que las exhortaciones a las Fuerzas Armadas "deben dirigirse únicamente a pedirles que cumplan con su deber de respetar el orden constitucional"
"En todo caso, habría que pedir a los jefes militares que influyan en el gobierno de Fujimori, al cual se encuentran muy cerca, para que modifique sus intenciones y no pretenda forzar a la propia Constitución que él promulgo con una reelección rechazada por la actual carta magna", dijo Mohme.
Martha Chávez, ex presidenta del Congreso y líder de la bancada oficialista, declaró que "las Fuerzas Armadas tienen un comando muy fuerte y decidido, que ha tenido grandes logros en la lucha contra la subversión y que no se va a prestar a ninguna aventura".
"Veo que Belaúnde no ha cambiado, sigue anquilosado en el pasado, buscando un cuartelazo porque las encuestas no asignan ninguna posibilidad electoral a su partido", comentó Chávez.
"El presidente Fujimori no ha anunciado su intención de postularse a una reelección, que yo apoyaría de inmediato. Pero quienes se oponen a esa reelección, por ahora hipotética, deberían hacer campaña para recuperar la credibilidad y la confianza popular y competir en el terreno electoral", agregó.
El analista independiente Flavio Solorzano cree encontrar en la respuesta de la oficialista Chávez dos elementos: la confianza del régimen en la cúpula castrense, pero también una ímplicita admisión de la posibilidad de una rebelión de un sector de la oficialidad.
Entre tanto, Fujimori libra batalla para mejorar sus posibilidades electorales. La última encuesta señala que 44 por ciento de la población aprueba su gestión, pero sólo 29,7 por ciento de las personas consultadas se declararon dispuestas a votar por su segunda reelección.
Ese porcentaje de intención de voto le permite encabezar todavía la lista de candidatos potenciales a la Presidencia. Su inmediato perseguidor, el alcalde de Lima, Alberto Andrade, tiene 29,3 por ciento, según la Compañía Peruana de Investigación de Mercados, responsable de la encuesta.
En cuanto a los probables candidatos de Acción Popular, el partido de Belaúnde, no aparecen en el cuadro, al obtener un apoyo inferior a uno por ciento. (FIN/IPS/al/ff/ip/98