PALESTINA-ISRAEL: Medio siglo de la masacre de Deir Yassin

Abed Khamis Zeydan ya tiene 58 años, pero aún conserva intacto el recuerdo de ese día de 1948, cuando un grupo clandestino judío atacó el poblado palestino de Deir Yassin sembrando la muerte y el éxodo.

Zeydan vio como su madre envolvía a su hermano menor en la túnica y luego lo arrastraba a él de la mano para escapar rumbo a la colinas, hacia la localidad vecina de Ein Kerem. Luego se enteraron que la tercera parte de los habitantes de Deir Yassin habían sido asesinados.

La masacre de Deir Yassin, cometida un 9 de abril hace medio siglo, es denominada por los palestinos "al-Nakbah", "la catástrofe". Ocurrió en 1948, en el momento culminante de la guerra por la independencia de Israel.

Mientras los israelíes se preparan para celebrar este mes el 50 aniversario de la independencia, los palestinos recuerdan al- Nakbah con marchas hacia los poblados destruidos y exhibición de documentos que dan testimonio de su expulsión de la tierra donde vivían.

Abed Khamis Zeydan tiene 58 años y se ha convertido en un canoso abuelo que vive en el poblado de Bitin, en Cisjordania, donde su familia se refugió tras huir de Deir Yassin. "Este era poeta, y a este otro le gustaba cantar", dice, mientras señala las fotos de un álbum familiar.

Los palestinos aseguran que durante la guerra de independencia de Israel hubo masacres aun peores que la de Deir Yassin, pero lo ocurrido en ese poblado hace 50 años es un símbolo.

Deir Yassin fue destruido poco después de la huida de sus habitantes. Ahora es un suburbio al oeste de Jerusalén, donde se instaló un hospital para enfermos mentales.

Investigadores de la masacre e incluso algunos sobrevivientes estimaron en los últimos años que el número de muertos no superó los 107. En un documental de la televisión británica algunos de los sobrevivientes aseguraban que no llegaron a 30.

Pero las estimaciones iniciales sobre el número de muertes se basaron en informes entregados por el mismo grupo clandestino judío que cometió la aberrante masacre, la Organización Militar Nacional, más conocida como Irgun, asociada con el grupo separatista Lehi.

El sociólogo palestino Sharif Kanaana, que realizó una investigación de la masacre, se basa en recortes de diarios de la época para probar que fueron Irgun y Lehi quienes informaron sobre la cantidad de víctimas.

En la edición del 11 de abril de 1948 del diario israelí Ha'aretz se citan estos informes para asegurar que en Deir Yassin hubo 250 muertos.

Según Kanaana, hubo al menos otras 30 masacres similares a la de Deir Yassin, pero en ese caso la cifra de muertos fue inflada con el objeto de provocar el éxodo de la mayor cantidad de palestinos.

Se calcula que 750.000 palestinos abandonaron sus hogares y el país, lo cual provocó la desintegración de familias y la aparición del problema de los refugiados. Sólo 150.000 lograron permanecer en sus hogares.

"Si el criminal exagera la cifra de muertos, significa que el crimen se hizo con el propósito de asustar a los palestinos para que huyeran. Querían que sonara como algo horroroso para provocar el miedo. Por desgracia, esa táctica fue exitosa", sostuvo Kanaana.

La masacre de Deir Yassin y la guerra de 1948 dejaron como legado a esos 750.000 palestinos abandonados y apátridas, generando un problema nunca abordado de forma efectiva.

Los pobladores aterrorizados huyeron a Egipto, Jordania, Siria, Cisjordania y Gaza para formar una comunidad que ahora se constituye de tres millones de personas que cargan con la marca imborrable del éxodo y la dispersión.

"Tienen la sensación de ser víctimas de Israel y de la agresión, el expansionismo y las masacres sionistas y de haber sido privados de su existencia como nación", afirmó el analista palestino Khalil Shkaki, a cargo de un grupo de estudio sobre la realidad política y social de la región.

"Los israelíes mataron a un pueblo para poder establecer su Estado y deben reconocerlo. Deben reconocer que los palestinos fueron sus víctimas", opinó Kanaana.

Shkaki dice que casi todos los refugiados palestinos desean poder regresar y reclamar sus propiedades en Israel, pero consideró que esta demanda puede entorpecer las negociaciones de paz.

Un estudio realizado por el grupo que dirige Shkaki demostró que un grupo considerable de palestinos estarían dispuestos a recibir solo una compensación al retornar.

Entre las generaciones más jóvenes de palestinos se sostiene con frecuencia que llegó el momento de dejar de lado los malos recuerdos del pasado, siempre y cuando la historia no sea olvidada.

Ruwan Diyan, de 18 años, publicó junto con su hermana menor un libro en el cual se relata su experiencia de refugiados que eran niños cuando huyeron. "Creo que el derecho a retornar es sagrado", afirmó.

"Pero ya es suficiente con lo ocurrido durante los últimos 50 años. Ahora debemos comenzar a pensar en los próximos 50 años. La próxima generación debe utilizar el pasado para forjar el futuro", agregó.

No muy lejos de la casa de Zeydan en Bitin vive Jamila Ayash, quien a su avanzada edad se siente desafiante y derrotada al mismo tiempo. Recuerda muy bien cómo perdió a su madre, a su padre y a dos de sus hermanos esa noche del 9 de abril de 1948 en Deir Yassin.

Al igual que otros refugiados anhela retornar al hogar, aunque el hogar ya no exista. Le enseña a sus nietos que ellos son de Deir Yassin.

"Si uno tiene una higuera y le corta una rama para plantarla en otro lugar, ¿a dónde pertenece esa rama?", se pregunta su hermano Ahmed.

"La rama podrá estar plantada aquí, pero sus raíces están en otro lado, en el mismo lugar donde se encuentra el árbol", contesta. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/lc-mj/hr-ip/98

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