NICARAGUA: Arroceros paralizan inversiones

Inversiones por el orden de 25 millones de dólares están paralizadas en el sector arrocero como efecto de la importación masiva de arroz extranjero, autorizada en las últimas semanas por el gobierno de Arnoldo Alemán.

Mario Hurtado, secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Arroceros (ANAR), afirmó a IPS que las inversiones permanecerán congeladas hasta que el gobierno defina claramente las "nuevas reglas del juego" para el rubro arrocero local.

"Los arroceros están hablando de no meter un centavo más en la actividad mientras no se definan las reglas del juego", insistió Hurtado.

En Nicaragua, según datos oficiales, los productores cosechan un promedio de 91.000 toneladas de arroz anuales (entre 1990 y 1995), y la población consume alrededor de 124.000 toneladas por año.

La mayoría del arroz importado extranjero provenía de Estados Unidos, pero las reglas cambiaron luego de que el Ministerio de Agricultura y Ganadería aceptó la entrada de 13.000 toneladas de arroz vietnamita, pese a una prohibición regional.

Los productores nacionales exigieron que no fuera desembarcado porque podía estar infectado con el destructivo gorgojo khapra, pero las autoridades agropecuarias respondieron que estaba sano y autorizaron su comercialización.

Desde entonces, los arroceros locales se mantienen en una virtual huelga de brazos caídos, ya que están temerosos de producir este año y ser avasallados por el arroz vietnamita, cuyo precio por quintal es dos veces menor al nacional (13 dólares frente a 25 dólares).

Por esa razón, reclamaron al gobierno que eleve sustancialmente (en más de 57 por ciento) los aranceles de importación del arroz vietnamita, y también que implemente una serie de medidas a favor de los arroceros locales.

Entre las medidas solicitadas se encuentra la reducción de los costos de producción, por ejemplo en electricidad, gasóleo, gasolina de avión, fertilizantes e impuestos.

"Si no aceptan, peligra la inversión en ese rubro, ya que no sería rentable sembrar, producir, y trillar arroz", declaró Hurtado.

"La gente se dedicará a sembrar otra cosa o se retirará del agro. Si el gobierno no quiere que cultivemos arroz, que nos lo diga claramente", insistió el líder gremial.

Según el productor, las inversiones internacionales representan unos 15 millones de dólares y las nacionales oscilan entre ocho y 10 millones de dólares.

Uno de los inversionistas extranjeros que ha desistido de continuar en el arroz es el consorcio inglés ED&F MAN, con más de 200 años de antigüedad en el ramo del azúcar y con oficinas en más de 60 países del mundo.

"Nosotros, como inversionistas, hemos tenido que suspender inversiones aproximadas a los cinco millones de dólares con los arroceros nacionales", aseguró a IPS una fuente de ese consorcio extranjero.

"Este cambio de reglas (aceptar importación de arroz vietnamita) crea incertidumbre sobre si las líneas de crédito que ofreceríamos podrían ser pagadas por la industria arrocera en las condiciones actuales", agregó.

Por su parte, el ministro de Agricultura y Ganadería, Mario De Franco, desestimó el efecto que generará la importación masiva de arroz vietnamita y norteamericano, entre los productores locales.

"El impacto interno será que algunos productores sufrirán, porque el precio bajará un poco, pero no tendrá consecuencias desastrosas", comentó De Franco.

De acuerdo a sus cifras oficiales, 40 por ciento de la producción nacional de arroz proviene de los grandes y medianos productores que siembran en su mayoría a base de riego, lo que incrementa sus costos.

Según los cálculos del ministro, esos arroceros serían alrededor de 300.

En tanto, 60 por ciento de la producción nacional de arroz descansa en los pequeños agricultores, quienes siembran para autoconsumo y para intercambiarlo por otros productos.

"Esos chiquitos nunca tendrán problemas, porque sus costos de producción están por debajo", comentó De Franco. Según sus cifras, suman alrededor de 20 mil productores.

Hurtado, por su parte, estimó que en Nicaragua hay aproximadamente 6.000 productores de arroz, entre pequeños, medianos y grandes, los cuales siembran 100.000 manzanas, 50.000 de riego y el resto de secano.

Según Hurtado, otros inversionistas extranjeros afectados son Arrocera Benjano, de capital italiano; Amonica, de Guatemala, y la compañía Cabañas S.A, de Manuel Porro, un nicaragüense- estadounidense.

Finalmente, insistió en que el gobierno y los arroceros, como resultado de una negociación política en marcha, deben redefinir "nuevas reglas del juego" para la protección de los productores nacionales, a mediano y largo plazo. (FIN/IPS/rf/ml/dv/98

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