Las dudas sobre la sobrevivencia del nuevo gobierno de Nepal, el quinto desde las últimas elecciones generales hace tres años y medio, son crecientes menos de 24 horas después de su instalación.
El rey Birendra designó el domingo primer ministro a Girija Prasad Koirala, luego de los dos días de inquietud política que se sucedieron a la renuncia de la coalición de centroderecha que encabezó Surya Bahadur Thapa.
Koirala, de 74 años, ya fue primer ministro. Es el líder del principal grupo político del país, el Partido Nepalés del Congreso, que posee 87 escaños de los 205 de la Cámara de Representantes.
Su nombramiento para encabezar un gobierno de minoría se produjo luego de que otros partidos fracaron en sus intentos de constituir una coalición de mayoría.
Koirala, un connotado anticomunista que debió moderar su discurso para obtener respaldo en esta ocasión, se comprometió a trabajar con todos los partidos de oposición para afianzar "un gobierno estable y límpido, que es lo que más necesita el país".
A pesar de ese compromiso, la mayoría de los analistas coinciden en que se trata de una tarea difícil. A eso contribuye la precaria situación del Partido del Congreso en el parlamento y la tendencia a voltear un gobierno con el más mínimo pretexto.
"No creo que este gobierno dure más que los previos. La experiencia de los pasados cuatro años nos da razones para prever la caída del gobierno en los próximos meses", sostuvo el periodista M. R. Josse.
Esto significa que Nepal pasará por otra crisis política más pronto de lo que Koirala y su partido esperan. Además, a pesar de que el nuevo primer ministro preside el Congreso, enfrenta una considerable oposición entre sus propios correligionarios, en especial del ex presidente del partido Krishna Prasad Bhattarai.
Desde las últimas elecciones generales hace tres años y medio, Nepal ha estado gobernada por tantos gobiernos como ideologías políticas están representadas en su parlamento, comunistas, centristas, monárquicos.
Las elecciones de 1994 arrojaron un parlamento sin mayoría clara. Ningún partido individual pudo obtener 103 escaños, los necesarios para constituir un gobierno. Debieron formarse coaliciones.
De los cuatro gobiernos anteriores, tres fueron coaliciones, todas ellas fracasadas. Solo los comunistas se animaron antes que Koirala a conformar un gobierno de minoría, pero duró apenas nueve meses.
Esta frecuencia en los cambios de gobiernos contribuyó a la apatía política que predomina entre los 21,6 millones de nepaleses, según los observadores. La inestabilidad también redujo el ritmo del crecimiento económico y el desarrollo.
El producto interno bruto crecerá este año apenas 4,9 por ciento, por debajo del 6,1 por ciento previsto por el gobierno, de acuerdo con el último estudio del Banco Central.
Durante su anterior período al frente del gobierno (1991-1994), Koirala fue acorralado tanto por la oposición comunista como por disidentes de su propio partido, que provocaron su caída en una votación parlamentaria.
A pesar de su posición ideológica, Koirala ha cortejado a los comunistas en las últimas semanas en procura de respaldo.
"Hay un cambio perceptible en el comportamiento reciente de Koirala. Restó decibeles a su anticomunismo y se volvió más moderado", dijo Lok Raj Baral, un profesor de ciencia política de la Universidad Tribhuvan, en Katmandú.
Pero aun así es poco probable que Koirala permanezca al frente del gobierno hasta las elecciones de noviembre de 1999.
La estrategia de Koirala pareció haberle dado resultado este lunes. Un alto dirigente comunista, Pradip Nepal, anunció el voto de confianza de su partido al gobierno del Partido del Congreso.
Ese respaldo es clave, pues solo con 87 escaños, el Congreso requiere otros 16 votos para sobrevivir al voto de confianza que se realizará en menos de un mes.
"Podremos respaldar al gobierno, pero si el Congreso quiere un apoyo continuo deberá presentar políticas y programas que recojan nuestra posición", dijo el legislador comunista Jhalanath Khanal. (FIN/IPS/tra-en/sp/rdr/mj/ip/98