El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobierna México ininterrumpidamente desde 1929, designará por primera vez candidatos a las elecciones nacionales mediante el voto directo de su militancia.
"Terminaron el autoritarimo y la decisiones de cúpula" en materia electoral, proclamó este martes la dirección del PRI.
"Ahoras estamos por delante del resto de organizaciones políticas, somos más democráticos", señaló Mariano Palacios, presidente del PRI.
Figuras como el "dedazo" (candidaturas decididas por el presidente del país) y el "tapadismo" (candidatos que permanecen en reserva hasta que la dirección del partido lo decida) han sido eliminadas, aseguró Palacios.
Desde las elecciones del 6 de julio del año pasado, cuando el PRI perdió por primera vez la mayoría en la Cámara de Diputados y la oposición le arrebató la gobernación de la capital, el partido, acusado de autoritario y dictatorial, vive un proceso de revisión.
El desafío es renovarse o morir, reconocen sus dirigentes. Los primeros candidatos elegidos por votación directa, según decidió el Comité Ejecutivo del PRI, competirán en octubre y noviembre por la gobernación de los estados de Tlaxcala, Puebla, Sinaloa y Tamaulipas.
"El PRI profundiza su vida democrática y elimina prácticas detestables", dijo Palacios, quien lidera el partido desde octubre de 1997, cuando fue designado directamente por el gobierno.
Al ser consultado sobre la forma en que se escogerá al candidato presidencial para el 2000, el dirigente indicó que "seguramente" será por votación de la militancia. Sin embargo, advirtió que la dirección del PRI aún mantiene potestades en la materia.
Palacios informó que su partido realizará comicios primarios en mayo, con vistas a las elecciones estaduales de octubre y noviembre.
Los analistas opinan que se asiste en el PRI a un proceso de reequilibrio de fuerzas entre dos corrientes internas: los conservadores, conocidas como "jurásicos", y los "tecnócratas" y liberales.
Algunos políticos del PRI ya han hablado abiertamente de su posible candidatura presidencial, un hecho sin precedentes en la historia del partido, pues siempre el postulante fue escogido directamente y en secreto por el mandatario saliente.
Los gobernadores Manuel Barlett, del estado de Puebla, y Roberto Madrazo, de Veracruz, ambos considerados del ala jurásica, manifestaron interés en competir por la Presidencia del país.
Mientras el PRI mueve sus fichas y proclama la democracia interna, los opositores Partido Acción Nacional (PAN), de derecha, y de la Revolución Democrática (PRD), de centroizquierda, también comienzan a barajar nombres para la eleccion presidencial.
Por el PAN se apuntan el gobernador del estado de Gunajuato, Vicente Fox, y por el PRD, el gobernador de la capital, Cuauthémoc Cárdenas, y el diputado Porfirio Muñoz. No se conoce si en alguno de los dos casos se realizarán elecciones primarias.
Según el PRD, algunos de cuyos líderes pertenecían antes al PRI, el partido de gobierno "está en fase terminal" y la democracia mexicana se consolidará sólo cuando los opositores logren el poder.
Luego de la derrota de su partido en 1997, el presidente Ernesto Zedillo abandonó la distancia y reserva que había demostrado y salió en abierta defensa de sus correligionarios.
"Nunca he creído y nunca creeré que México ganará con una derrota del PRI" dijo el mandatario en marzo, tras comprometerse a defender su militancia y la permanencia del partido en el poder.
Para enfrentar "la competencia democrática, y ante la prueba electoral más difícil de nuestra historia (las elección del 2000), el PRI debe ahora estar más unido que nunca", agregó.
Los próximos comicios presidenciales serán los primeros de su tipo que se realizan bajo normas electorales aceptadas como transparentes y justas por todos los partidos.
Las garantías, procedimientos y resultados electorales fueron tradicionalmente cuestionados por la oposición. (FIN/IPS/dc/ff/ip/98