Decenas de miles de parejas infértiles no recurren a las técnicas de inseminación artificial en Marruecos debido a su elevado costo o porque sus creencias religiosas no se lo permiten.
Muchos se culpan a sí mismos. "La procreación es un regalo de Dios. De El depende y no debemos interferir en las decisiones divinas", dijo Mubarak Assimi, un hombre analfabeto, casado hace 18 años y estéril.
Assimi no acudió a un médico para tratar su incapacidad para tener hijos. En su lugar, cita un versículo del Corán, el libro sagrado del Islam. Dios "ofrece niños a quien desea, niñas a quien desea y hace estériles a quien desea".
Pero los teólogos sostienen que las enseñanzas islámicas son más comprensivas de lo que piensa Assimi. Los estudiosos alientan a los marroquíes a solicitar tratamiento si lo necesitan. El verdadero problema es que quienes lo hacen con frecuencia descubren que no está a su alcance.
Marruecos tiene 26 millones de habitantes y sólo siete centros de tratamiento capaces de ofrecer servicios de fertilización in vitro (FIV) o de "probeta", realizados por primera vez en 1992.
Sólo unas 400 parejas por año pueden someterse a técnicas de relativa sencillez como la inseminación artificial porque la gran mayoría no puede pagar los 2.000 dólares que cuesta el tratamiento, informó el presidente de la Asociación Marroquí de Fertilidad y Anticoncepción, Mohamed Yaakoubi.
Una investigación reveló en 1994 que 268.740 parejas no tienen hijos y se supone que son estériles. Pero las estadísticas demuestran que sólo 26.870 reciben ingresos suficientes para pagar el tratamiento. , La Caja Nacional de Organismos de Previsión Social financia sólo un intento de inseminación artificial y, aun así, únicamente cubre 25 por ciento del costo de la operación.
Por desgracia, el proceso suele requerir tratamientos repetidos. La tasa de éxitos de la FIV en Marruecos se calcula entre 65 y 70 por ciento de los casos, después de tres intentos, explicaron Yaakoubi y el obstetra Mohamed Bennis.
Los pobres tienen la alternativa de recurrir a la medicina tradicional de hierbas. La misma investigación de 1994 halló que unas 13.500 parejas habían intentado este método.
La sociedad marroquí por lo general considera con simpatía y lástima a las parejas sin hijos. Pero la infertilidad aún se considera anormal y es una de las causas más populares de divorcio.
"Tras 10 años de matrimonio y de haber intentado todo lo posible para tener hijos, mi esposo decidió divorciarse. Lo intentamos todo, incluso la medicina tradicional, para realizar nuestro sueño de tener un hijo", explicó Amina Bentarja, de 33 años.
Bentarja y su esposo no podían pagar la FIV. Tres de cada cinco parejas que sufren de infertilidad o esterilidad terminan en divorcio, según el censo de población de 1994.
La alta tasa de infertilidad entre las parejas marroquíes se debe a enfermedades de transmisión sexual que no recibieron el tratamiento adecuado, sostuvo el ginecólogo Abdel-alim Zouari.
El analfabetismo y la pobreza de muchos marroquíes los hace vulnerables a la esterilidad, ya que no solicitan tratamiento para este tipo de enfermedades. Otros estados árabes hallaron que la esterilidad congénita es más común donde las comunidades permiten el matrimonio enfre familiares consanguíneos.
Mohamed Sha'air, teólogo islámico marroquí, sostiene que la inseminación artificial no contradice las enseñanzas del Islam. El versículo citado por Assimi tiene su propio contexto y no puede interpretarse como una regla que prohibe el tratamiento para una enfermedad como la esterilidad, dijo.
La mayoría de los ginecólogos islámicos distinguen entre esterilidad e infertilidad. En el primer caso, cuando los testículos u ovarios no funcionan, no hay cura y se considera que esa es la voluntad divina.
Pero la infertilidad es una condición curable y la mayoría de los médicos citan versículos del Corán que alientan su tratamiento.
Las técnicas como la inseminación intrauterina, la transferencia de gametos intrafalopianos y la FIV, seguida de la transferencia uterina de embriones, donde se traslada un embrión desde una probeta al útero, son practicadas con frecuencia en el mundo árabe.
La mayoría de las técnicas se utilizan en Egipto desde 1986 y también en la teocrática Arabia Saudita, donde se interpreta que no contradicen las leyes islámicas del país. Si la FIV se emplea en legítimo matrimonio, se alienta como medio para preservar la familia como componente esencial de la sociedad.
Para mejorar la situación en Marruecos, los ginecólogos intentan promover nuevas investigaciones para generalizar el uso de técnicas de inseminación artificial y reducir el costo del tratamiento.
Los especialistas quieren lanzar campañas de información a gran escala para demostrar que la inseminación artificial no se opone a las enseñanzas del Islam. También pidieron a las compañías de seguros e instituciones estatales de cobertura social que asuman los costos de los tratamientos. (FIN/IPS/tra-en/aa/sm/aq-lp/he cr/98