Autoridades de Iraq boicotearon una conferencia internacional que se inauguró hoy en esta capital para discutir formas de acelerar la ayuda en alimentos y medicinas a ese país.
El efecto combinado de las sanciones, la política de Bagdad y el daño causado por la guerra del Golfo causó hambre y pobreza a millones de iraquíes.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) cree que decenas de miles de civiles debilitados por el hambre, especialmente niños, murieron de enfermedades prevenibles en Iraq.
La Reunión Humanitaria sobre Iraq, de dos días de duración, reúne a expertos de los 15 países miembros de la Unión Europea, a Emma Bonino, comisaria del bloque europeo para Asuntos Humanitarios, autoridades de países donantes y ONG que trabajan en Iraq y la ONU, representadas por el subsecretario general Benon Sevan.
Gran Bretaña, en su carácter de presidente de la Unión Europea, acordó actuar como anfitriona del encuentro luego de que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, negociara con éxito un fin a la crisis por la inspección de armas que casi provocó un ataque aéreo de Estados Unidos en febrero.
El Consejo de Seguridad de la ONU acordó ese mismo mes permitir a Bagdad la venta de petróleo por 5.200 millones de dólares durante seis meses para adquirir artículos humanitarios.
Pero funcionarios de Bagdad arguyen que el acuerdo permitirá a Estados Unidos mantener las sanciones, y también recelan que el llamado tratado "petróleo por alimentos" sólo dará a las agencias extranjeras aún más poder en Iraq.
En Londres, expertos en desarrollo y ayuda de emergencia consideran asuntos de agricultura, educación, electricidad, alimentos, salud, nutrición, saneamiento y abastecimiento de agua.
"Debemos encontrar formas de hacer nuestros programas más eficaces, pese a la falta de cooperación del gobierno de Iraq", declaró antes de iniciarse la reunión la secretaria británica de Desarrollo Internacional, Clare Short.
Las sanciones se transformaron en un tema de interés nacional en Gran Bretaña la semana pasada, cuando el parlamentario laborista George Galloway arregló el traslado aéreo de una niña iraquí de cuatro años con leucemia, para su tratamiento en Londres.
Galloway, quien afirmó que Mariam no pudo ser tratada en su país por culpa de las sanciones de la ONU, destacó que la conferencia reconoció el sufrimiento del pueblo de Iraq, donde murieron entre 500.000 y 750.000 niños a causa del embargo.
"Los que hemos dicho esto por casi ocho años fuimos acusados rutinariamente de ser servidores de Saddam (Hussein, presidente de Iraq)", dijo Galloway a la radio BBC este lunes.
También habló para el servicio mundial de BBC Salah Shaikly, un portavoz de la oposición iraquí, quien señaló que la ayuda muchas veces cae en manos equivocadas.
Shaikly declaró que su grupo apoya el acuerdo petróleo por alimentos, pero desea una distribución más equitativa de la ayuda.
Kuwait fue el único país de Medio Oriente que asistió a la reunión de Londres. Los otros vecinos de Iraq, Jordania, Turquía, Siria y Jordania, decidieron no concurrir luego de que Bagdad calificó el encuentro como una flagrante interferencia en sus asuntos internos.
Rusia, uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, tampoco asistió. Moscú sostiene que el único asunto a discutir es la implementación efectiva del acuerdo petróleo por alimentos, y no la ampliación del control extranjero sobre las exportaciones de petróleo iraquí ni las operaciones humanitarias.
Dos tercios de los ingresos obtenidos por la venta de petróleo en el lapso de seis meses se pueden destinar a la compra de alimentos y fármacos. El resto se dirige a las actividades de los equipos de inspección de armas de la ONU o a Kuwait, como indemnización por los daños causados durante la guerra del Golfo.
Pero, como advirtió otro informe de la ONU, Iraq no puede extraer la cantidad de petróleo suficiente para generar 5.200 millones de dólares a menos que el foro mundial también acepte la reparación de los pozos y conductos de petróleo en mal estado del país.
Short reconoció este lunes que el programa de petróleo por alimentos podría ser más eficiente. "Espero que busquemos la manera de hacer las mejorías para complementar el trabajo de la ONU y brindar mayor alivio al sufrimiento del pueblo de Iraq", expresó.
Pero la funcionaria británica también pidió a los delegados que no pierdan el tiempo buscando a los culpables de la ineficiencia. El objetivo debe ser el de "hallar cambios que tengan sentido práctico" en el contexto de una situación difícil.
"No vamos a ayudar al pueblo iraquí lamentándonos por la magnitud del problema, ni señalando a los culpables, ya sea el gobierno de Iraq, el régimen de las sanciones o integrantes de la comunidad internacional o las Naciones Unidas", dijo.
Las sanciones fueron aplicadas cuando Iraq sufría las consecuencias de la guerra del Golfo. La mortalidad infantil casi se cuadruplicó y alcanzó las 92 muertes cada 1.000 nacimientos en los tres años siguientes al cese de fuego.
El año pasado, Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) informó que 32 por ciento de los niños menores de cinco años, unos 960.000, sufrían de desnutrición crónica, un aumento de 72 por ciento desde 1991. Más de 4.500 niños menores de cinco años mueren cada mes.
Iraq ya soportaba el peso de la deuda externa antes de la guerra, ahora estimada en unos 200.000 millones de dólares, y la ONU declaró que el conflicto de 1991 dejó al país en un "período preindustrial", pero "con las desventajas de la dependencia posindustrial del uso intensivo de la energía y la tecnología".
Otros informes de la ONU sobre desarme y derechos humanos en Iraq, divulgados durante la semana pasada, pintan un panorama sombrío del sufrimiento humano bajo el régimen que se niega a cumplir con las condiciones de los acuerdos posteriores a la guerra del Golfo.
El relator de derechos humanos de la ONU, Max van der Stoel, sostiene en su informe que el rechazo del programa de petróleo por alimentos "sin duda, no aliviará el sufrimiento del pueblo iraquí y aumentará la responsabilidad de Iraq en el deterioro de la situación humanitaria".
En su informe de la semana pasada, Richard Butler, el presidente de la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM) a cargo de supervisar la destrucción de las armas no convencionales de Iraq, dijo que sus inspectores avanzaron poco en esa tarea.
El informe de Butler también acusó a Iraq de proporcionar información incompleta o inexacta sobre sus programas de armas, sobre todo de agentes biológicos prohibidos que, según la comisión inspectora, incluyen toxinas de ántrax y botulismo.
Los inspectores también hallaron un documento de 1994 que indica que Iraq fabricaba pulverizadores para rociar armas químicas desde el aire.
"Responderemos con absoluta objetividad a las falsedades mencionadas en el informe de Butler", declaró el canciller iraquí Mohammad Said al-Sahhaf a la prensa de El Cairo el sábado, antes de partir para la ONU, en Nueva York.
"Las conclusiones son falsas, erróneas y sin fundamento, dictadas por motivos políticos", añadió.
El Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para revisar el día 27 las sanciones impuestas hace siete años a Iraq.
"El embargo se debe levantar", exhortó el diario estatal de Bagdad Al-Jumhuriya. Estados Unidos "alberga intenciones perversas y conspiratorias" y quiere "enturbiar el problema y provocar nuevas crisis que pongan en duda la cooperación de Iraq", señaló. (FIN/IPS/tra-en/mom/jmp/rj/ml-aq/ip/98