La ayuda Japón, de Malasia, Singapur y Australia es tan importante para Indonesia como la del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su nuevo intento de superar la crisis económica.
Las autoridades indonesias están aliviadas con el anuncio de ayuda de los países asiáticos. Singapur asignará 3.000 millones de dólares de su compromiso de ayuda bilateral de 5.000 millones para garantizar las cartas de crédito de Indonesia.
Malasia se provone entregar a Jakarta 500 millones de dólares para garantizar sus importaciones.
El nuevo acuerdo con el FMI, anunciado por Jakarta el miércoles, se produjo tras meses de diferencias por la implementación de reformas prometidas por Indonesia cuando aceptó, el año pasado, la primera entrega de un paquete de rescate de 43.000 millones de dólares.
El acuerdo, el tercero desde que el presidente Alí Suharto aceptó ayuda del FMI en noviembre, aún debe ser firmado formalmente, y las autoridades afirman que se están eliminando "complicaciones de último momento".
Este último pacto con el FMI es crucial, indican analistas, ya que muchos aún dudan de la capacidad de Jakarta para mantener sus promesas, y otros se preguntan si las reformas económicas nunca serán suficientes para restaurar la estabilidad de Indonesia.
Tras un mes de negociaciones entre el nuevo gabiente de Suharto y el FMI, el nuevo programa es menos estricto en la eliminación de subsidios, tras disturbios en varios puntos de Indonesia por el aumento de precios, el creciente desempleo y unaa inflación de 34,2 por ciento para el año fiscal finalizado en marzo.
Los subsidios, cruciales para los pobres, se extendrán al arroz y la soja, el forraje para animales y la importación de medicinas, en medio de una escasez de material médico. Pero estos subsidios serán retirados gradualmente.
El acuerdo revisado tiene un mecanismo de supervisión más estricto, bajo el cual los fondos serán entregados en cantidades relativamente más pequeñas tras revisiones periódicas. Los problemas con el cumplimiento de Jakarta hicieron que el FMI suspendiera una entrega de 3.000 millones de dólares.
El acuerdo incluye medidas más detalladas sobre la estabilización de la rupia, la reforma de la banca, la política fiscal, las reformas estructurales y la deuda empresarial.
Prevé una estricta política monetaria, altas tasas de interés y fortalecimiento del banco central, el Banco de Indonesia. Se revisaron las metas económicas, y se espera que el crecimiento de la economía se contraerá 4 por ciento este año.
Las estimaciones utilizadas en el presupuesto estatal de este año, que registrará una caída de 3,5 por ciento, incluye precios del petróleo a 14 dólares el barrill. Esto afectará el ingreso en divisas de Indonesia, productor de crudo.
Indonesia parece muy interesada en dar las señales adecuadas al FMI. El fin de semana disolvió siete bancos insolventes y adquirió otros siete, cuatro de los cuales son en parte propiedad de familiares de Suharto.
El gobierno, con el respaldo del FMI, ayudará a las empresas a pagar las deudas con el extranjero. Ginanjar afirmó que no habrá rescates, y que todo el riesgo comercial permanecerá con los deudores.
Los préstamos blandos se extenderán a empresas y cooperativas de mediana y pequeña escala, que también recibirán crédito y proyectos que requieran trabajo intensivo. (FIN/IPS/tra-en/ky/js/lp/if/98